Preocupada por el impacto de estos factores, la Asociación de Bancos Privados del Uruguay (ABPU) encargó a la consultora CPA/Ferrere un estudio sobre los “desafíos” del sistema bancario uruguayo. Entre noviembre y diciembre pasado presentaron sus conclusiones ante las autoridades del BCU, el Ministerio de Economía, la Asociación de Empleados Bancarios y la Caja de Jubilaciones y Pensiones Bancarias.
Diversas fuentes financieras dijeron a Búsqueda que el análisis subraya la importancia de la rentabilidad en la decisión de los grupos bancarios internacionales a la hora de mantener o no la operativa en un país. Desde la crisis de 2002 el sistema local es testigo de fusiones y ventas que llevaron a que la plaza pasara de tener más de 20 bancos a poco más de 10, todos ellos filiales de instituciones extranjeras.
En ese contexto, en el documento se destaca que la rentabilidad del negocio bancario en Uruguay ha ido disminuyendo y es inferior a otros países de la región, como Chile o Colombia, según los informantes. El análisis se enfoca en el impacto que sobre esa variable del negocio tienen los encajes, así como el Impuesto a la Renta de las Actividades Económicas, el Impuesto al Patrimonio y los aportes a la Caja Bancaria, entre otros. Apunta, por ejemplo, que los encajes representaron casi 29% de los depósitos de la banca privada en 2013, que el aporte tributario fue de 39% ese año, y que los recursos que se vuelcan a la seguridad social desde ese sector superan a los de otras instituciones financieras.
En el pasado los bancos ya se han enfrentado con el gobierno por el manejo de los encajes, que en algunas oportunidades fueron utilizados por las autoridades económicas como instrumentos de control de la inflación (aumentándolos pretendiendo desalentar la concesión de créditos, que genera presiones de demanda). La última suba se produjo en abril de 2013: el encaje marginal —calculado sobre los incrementos de depósitos— pasó de 20% a 25% en moneda nacional y de 40% a 45% en divisas.
En el tramo final de 2014 los bancos privados volvieron a la carga. El objetivo, marcaron las fuentes, fue generar “canales de comunicación” y un “espacio de diálogo” sobre esos temas. Además, remarcaron, buena parte de los jerarcas que recibieron estos datos seguirán en la conducción económica del gobierno que se instalará el próximo 1º de marzo.
Otra fuente opinó que una eventual revisión del régimen de encajes es la medida más factible a corto plazo para aliviar los costos al sector bancario, dado que no encuentra reparos a nivel de los técnicos del BCU y que la inflación viene cediendo.
“Es un trabajo de evaluación que se hizo a lo largo del segundo semestre (de 2014) y como se hacen otros. Se trata de un informe interno sobre temas que le preocupan” a la banca, se limitó a decir Jorge Ottavianelli, director ejecutivo de ABPU, sin dar detalles sobre el documento encargado a CPA.
Un 2015 con
más cautela
Así como el año pasado, los principales bancos privados se mantendrán cuidadosos durante 2015 con respecto a la morosidad de su cartera de préstamos, si bien viene de niveles históricamente bajos. Algunos apuntarán a crecer en el financiamiento de pequeñas y medianas empresas (Pymes), mientras que otros trabajarán en el negocio de tarjetas de crédito o de préstamos a individuos. Esos también son aspectos de atención para los ejecutivos del BROU.
Al término del año pasado los bancos públicos y privados tenían créditos otorgados por U$S 15.674 millones y manejaban depósitos por U$S 29.865 millones.
Para el BROU y algunos rubros del negocio perfilan mejor para el ejercicio que comienza. El crédito a empresas mostró en los meses finales de 2014 una ligera baja, pero según su presidente, Julio César Porteiro, ello no marca una tendencia. De hecho, el BROU acordó con el Banco Interamericano un préstamo de U$S 125 millones —que puede duplicarse— como una alternativa de fondeo para poder dar más créditos a largo plazo que explora también con Citibank, en este caso por U$S 200 millones (ver Búsqueda Nº 1.795).
A su vez, la demanda de préstamos al consumo sigue aumentando, y mucho más la cantidad de transacciones con tarjetas de débito y crédito estimuladas por el alivio del IVA vigente desde agosto.
Porteiro piensa que las inversiones financieras que hace el banco estatal en el exterior deberían reportar más ingresos en 2015, en parte porque reformuló su portafolio de activos asumiendo algo más de riesgo.
Se espera que este año también empiecen a notarse en la gestión las mejoras en materia tecnológica en las que está invirtiendo el BROU, así como los cambios en su alta gerencia.
Tras el cambio de gobierno del próximo 1º de marzo Porteiro seguirá como presidente de la institución, mientras que como vice asumirá Jorge Polgar, actual subsecretario de Economía y Finanzas.
Santander, el banco privado más grande, apuntará este año a fortalecer el crédito a Pymes. También buscará “mejorar” los ratios de productividad y analizará nuevos puntos para su red de oficinas.
“Esperábamos del sistema en general un crecimiento más alto de créditos y fue más magro que lo proyectado. En esto influyeron varios factores, pero entre otros la eliminación del régimen de prefinanciación de exportaciones por parte del BCU, que históricamente era un instrumento muy utilizado por las empresas”, explicó el gerente de banca comercial Esteban Gherardi.
“Este año va a ser un poco más complicado que 2014, que ya lo fue respecto al año anterior. Los factores macroeconómicos pesan”, dijo Alejandro Vínetz, director financiero de BBVA. “Hay diversos aspectos regulatorios, fiscales y laborales que condicionan los resultados de todo el sector. Son temas a esta altura estructurales y que realmente esperemos que de a poco vayan cambiando. Hay factores que hacen que la cuenta de resultados sea más baja con respecto a lo que debería haber sido en todo el sector”, agregó.
Vínetz destacó la ganancia en cuota de mercado del BBVA (segundo banco en créditos y tercero en depósitos) y adelantó que la institución se enfocará en el crédito a individuos, aunque estiman que la desaceleración en los préstamos otorgados se mantendrá en 2015.
“Habrá que cuidar la inflación en un contexto de aumento en el valor del dólar, asumiendo que Uruguay no puede darse el lujo de perder competitividad”, apuntó.
Para el subgerente de Itaú, Carlos Ham, los ratios de performance de la banca uruguaya “están lejos de lo esperable en función del capital invertido y los riesgos intrínsecos de la actividad bancaria”. El ejecutivo destacó el crecimiento de la institución de origen brasileño (segunda en depósitos y tercera en créditos), que fue “el doble” que el conjunto de los bancos privados, y adelantó que se enfocarán en el crédito a Pymes y en el negocio de tarjetas.
“Creemos que el crecimiento volverá a ser menor en 2015, y eso nos lleva a seguir poniendo foco en el control de gastos y en gestionar muy eficientemente la cartera para evitar un deterioro de la calidad crediticia”, dijo Ham.
El crecimiento en el negocio de tarjetas —tanto de crédito como de débito— también será el objetivo de Scotiabank, cuarto banco en créditos y depósitos. Su gerente general, Horacio Correge, señaló que se privilegiará también la banca minorista, así como la estrategia de captación de depósitos y servicios asociados para empresas (como pagos, cobranzas, etc.).
En 2014 esa institución terminó de procesar su cambio de denominación tras la compra del Nuevo Comercial en 2011, y está a la espera de la aprobación por parte de las autoridades regulatorias de la compra de los activos y pasivos de la filial local de Discount.
“Si bien los depósitos para la banca crecieron y acompañaron el ritmo de crecimiento de la economía, obviamente en créditos se frenó. Eso responde a dos cuestiones puntuales: una estrategia más prudente de los bancos en la medida en que hay síntomas de desaceleración, y un manejo prudente de la liquidez, dadas las restricciones en términos de encajes. Cuando hay un encaje de 63% en dólares y 40% en pesos las reservas de los bancos comienzan a no ser tan holgadas y somos más selectivos a la hora de prestar”, señaló el ejecutivo.
Todas las fuentes consultadas descartaron que haya un impacto en el negocio local una vez que comience la “normalización” de las tasas de interés en Estados Unidos, hoy en niveles cercanos a 0%. Los ejecutivos estiman, además, que esta decisión se tomará recién en el segundo semestre del año y de forma gradual.
Heritage, que cerró el primer ejercicio tras la compra de la operativa de Lloyds en Uruguay, será “selectivo” en los clientes que acepta para dar préstamos, “priorizando los sectores económicos menos expuestos a los vaivenes internacionales y con un comportamiento histórico de buena trayectoria productiva y comercial”, informó su gerenta, Graciela Reybaud. Destacó la “rentabilidad positiva y mejor a la esperada” de la institución. “En 2015 proyectamos una operativa similar a la del 2014. Seguramente será un año de cierta desaceleración en la actividad económica producto de la situación internacional, a lo que debemos estar con mayor cautela a la hora de evaluar el apoyo crediticio a los clientes”, dijo.
Bandes también buscará fortalecer el negocio de Pymes, sin descuidar el crédito a familias, dijo Rodulfo Salazar, su gerente general. En 2014 el banco cerró con una ganancia de U$S 1,9 millones, el segundo año consecutivo de resultados positivos.
Citibank cerró el año pasado su primer ejercicio sin la operativa de banca consumo, que vendió a Itaú. Su gerenta general, Vivianne Caumont, destacó “los grandes desafíos” de la franquicia y dijo que el enfoque durante 2015 será en los clientes corporativos y de inversión, segmentos donde podrá “aportar el mayor valor”.
El Citi cumplirá 100 años instalado en Uruguay. La ejecutiva agregó que existen “planes de crecimiento importantes” en los que se priorizará la “transaccionalidad” de los clientes.
HSBC anunció el lunes 26 que desistió de retirarse de la plaza uruguaya, aunque había interesados en comprarlo (ver Búsqueda Nº 1.788). Y al informar de esa decisión, mediante un comunicado aseguró que procurará “enfocarse en crecer el negocio”. Este año se posicionarán en créditos automotores e hipotecarios, así como en mejorar la “cuenta sueldos” destinada al pago de nóminas. En banca preferencial se otorgarán beneficios nuevos a los clientes, y apuntará a captar medianas y grandes empresas.
“El plan es continuar creciendo en nuestra línea de negocio tradicional, con algunas mejoras en banca persona y empresas. Nuestro objetivo va a ser crecer en ingresos y para eso necesitamos continuar creciendo, tener más volumen de negocios, mejorar la eficiencia y la rentabilidad”, indicó Alberto Mello, gerente de banca persona de la institución.