El Ministerio de Economía (MEF) los señaló con el dedo indicando que reciben más apoyo del Estado de lo que aportan a la sociedad por la vía del pago de impuestos. Algunos sectores empresariales —textiles, curtidores, químicos y del plástico— valoran esas ventajas que reciben como vitales y otros como “vintenes” en su ecuación, pero todos coinciden en que enfrantan problemas de competitividad. Otros sectores —como el de tops de lana, prendas de vestir y automotriz, que reciben subsidios— prefirieron no hacer comentarios al ser consultados por Búsqueda.
Las autoridades del MEF afirmaron el martes 19 en un foro organizado por la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa (ACDE) que los apoyos que da el Estado al sector productivo son por U$S 1.674 millones anuales, lo que representa casi el 11% del gasto público total con cifras de 2012 y plantearon que deben ser revisados. Fue un señalamiento en respuesta a la advertencia que habían hecho semanas antes un grupo de cámaras empresariales sobre problemas de competitividad, que lo asocian al elevado costo del Estado, entre otras cosas.
Al evento organizado por la ACDE faltaron los máximos referentes de las gremiales más representativas de la industria, el agro y el comercio, pero tras conocer las afirmaciones hechas por los jerarcas del MEF, la Cámara de Industrias adelantó que haría una “nota de respuesta” (verNº 1.740). Sin embargo, el titular de esa entidad empresarial, Javier Carrau, dijo a Búsqueda esta semana que finalmente no harán una respuesta por escrito sino que pedirán una reunión con el ministro de Economía, Fernando Lorenzo, y el subsecretario Alejandro Antonelli.
Al evaluar el apoyo que otorga el Estado al sector productivo exportador el MEF incluyó a los frigoríficos, curtiembres, tops, textiles, vestimenta, pesca, comercializadores de granos, lácteos, arroz, papel, automotriz, química, laboratorios, plástico y caucho. La estimación consideró sólo a las empresas “con alta inserción exportadora” y dejó fuera a los “abastecedores de los insumos”.
Como apoyos se computó la promoción de inversiones “efectivamente utilizada como crédito fiscal”, la exoneración de Impuesto a las Rentas de las Actividades Empresariales y del Impuesto al Patrimonio. También los subsidios sectoriales, la prefinanciación de exportaciones y la devolución de tributos indirectos a las ventas al exterior.
Eso se comparó con los tributos pagados por cada sector (devengados antes de exoneraciones).
Textiles.
Según el MEF, los apoyos al sector textil exportador (sin incluir los productores de tops de lana) y vestimenta superaron los U$S 4 millones anuales en promedio en 2010-2012, mientras que realizó pagos de impuestos en el mismo lapso por unos U$S 3,8 millones anuales.
Sobre los apoyos al rubro, el directivo de la Asociación de Industrias Textiles Carlos Cibils dijo que “todo sirve y es algo” aunque apuntó que “no cambian” la ecuación de las empresas porque “son vintenes”.
Opinó que de lo presentado en el foro de ACDE se desprende que hay “dos lecturas” del país. “Que se diga que se apoya a la cadena de valor agregado suena extraño cuando a medida que uno le pone valor a la producción lo que hace es volverse menos competitivo”, afirmó. “Dicen que defienden a los productos de valor agregado, y como ejemplo ponen la celulosa…¿qué impuesto paga?”, se quejó.
Las textiles prácticamente han “desaparecido”, dijo Cibils, cuya fábrica produce telas de algodón con sintético y emplea a 35 personas.
“Si uno tiene dudas de si Dios existe tiene que ir al MEF, porque ahí dicen quién vive y quién muere”, fustigó. Esa secretaría de Estado “es Dios”, señaló.
Para el representante emprsarial, “no servía” el sistema de protección que hubo para la industria en el pasado, pero “esta desprotección tampoco sirve”.
Sobre la rentabilidad de las firmas —que según el MEF en su amplia mayoría ronda el 5% de los ingresos, en promedio—, Cibils alegó: “¿Qué industria con esa rentabilidad puede sobrevivir en un país con una inflación de 9%?”. Dijo que el margen en su empresa es pequeño, y le impide reinvertir y modernizarse.
En el caso de los tops de lana, Lorenzo indicó que el apoyo que recibe ese subsector “más que triplica” la contribución que realiza a la sociedad. Empresarios del rubro consultados dijeron que no harían declaraciones sobre el tema.
Curtiembres.
En el sector curtidor el apoyo estatal ronda los U$S 18 millones y la carga tributaria es de un tercio de esa cifra.
El presidente de la Cámara de la Industria Curtidora Uruguaya, Álvaro Silberstein, dijo que en el sector “valoran mucho” el apoyo que reciben del Estado porque es “absolutamente necesario para el mantenimiento de la industria”.
Indicó que el rubro “tiene muchos problemas de competitividad a pesar de los apoyos del gobierno”.
Reconoció que el gobierno “ha sido sensible a las sucesivas crisis internacionales, identificando los sectores más afectados e implementando políticas de apoyo” para los mismos. Consideró que sería positivo que siga la lógica de ayudar a los rubros que “generan valor, mano de obra y exportan a extrazona”.
Para el sector curtidor, el Ministerio de Industria se apresta a implementar un “canal rojo a la salida” de cuero salado o crudo, anunció a Búsqueda su titular, Roberto Kreimerman. La medida se pondrá en práctica a la brevedad e implica un “control intensivo” del cumplimiento de las normas fiscales, de producción y laborales, explicó.
Automotriz.
El MEF fue crítico con el subsidio que recibe la industria armadora de vehículos y dijo que el sector “tiene bajísimo aporte al valor agregado”, que las exportaciones están concentradas en la región y que no lograron “transformar en nada” su realidad.
Desde la Cámara de Industriales Automotrices, prefirieron no hacer declaraciones al respecto.
Plástico.
En este sector los beneficios que se reciben del Estado son algo mayores a los tributos pagados (U$S 12 millones versus U$S 11 millones).
El vicepresidente de la Asociación Uruguaya de Industrias del Plástico, Carlos Gutiérrez, consideró que “es muy difícil que se alineen todos los astros promocionando a una empresa con todos los incentivos”. Aseguró que es “algo poco probable” que eso suceda.
Indicó que es difícil demostrar al Ejecutivo que “el problema que el país tiene hoy día es la competitividad” porque, para las autoridades, “si el sector está creciendo le va bien”. Gutiérrez afirmó que eso no implica que “haya utilidades y que las empresas sean sustentables y puedan perdurar”.
Alegó que el gobierno promueve las firmas de perfil netamente exportador y que las dedicadas al mercado interno están “sufriendo una carga brutal y una falta de racionalidad en las tarifas del Estado que les está carcomiendo por dentro”.
Gutiérrez agregó que si se compara la carga fiscal para un importador y una fábrica que se dedica al mercado interno no se puede afirmar que se promueve a la industria. “Es absurdo, sufro cada vez que traigo materia prima de afuera con todo lo que se lleva el Estado por bajarla del barco”, replicó.
También diferenció la situación de las pequeñas y medianas empresas de las grandes firmas en el sector del plástico dado que estas últimas tienen “tecnología y megacontratos para sobrellevar” la situación si sobrevienen cambios en lo proyectado en un plan de inversiones, por ejemplo.
Químicos.
Este sector paga anualmente unos U$S 15 millones de tributos en promedio y el apoyo estatal es menos de la mitad de ese monto (U$S 7 millones), de acuerdo con el MEF.
Fuentes del sector dijeron que las empresas pagan “absolutamente todo” y que reciben poco del Estado.
Añadieron que el sector tendrá que asumir mayores costos salariales y que está“menos competitivo” frente a la importación de químicos de China.