Nº 2250 - 9 al 15 de Noviembre de 2023
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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáRenuncias de ministros, subsecretarios y asesores, acusaciones de irregularidades y de eventuales actos de corrupción, cuestionamientos cruzados y, también dentro de la coalición de gobierno, reuniones de todo tipo y posteriores declaraciones alarmistas, los últimos días en Uruguay han tenido las características necesarias como para concluir que el país atraviesa por una crisis política. De las más importantes de los últimos años, seguramente. Pero muy lejos de ser la única.
El tsunami, que todavía mantiene a muchos bajo agua, llegó a través de un artículo periodístico difundido por Búsqueda el miércoles 1º de tarde mediante su página web y sus redes sociales. Allí se informaba sobre declaraciones de la exvicecanciller Carolina Ache ante la Fiscalía, en las que incluyó audios y mensajes de WhatsApp que comprometían directamente a los entonces ministro de Relaciones Exteriores, Francisco Bustillo, viceministro del Interior, Guillermo Maciel, y asesor del presidente Luis Lacalle Pou en comunicación, Roberto Lafluf. Con diferencia de días, ya renunciaron los tres.
No es la primera vez que ocurre. Ha sido algo frecuente en los últimos tiempos que renuncien jerarcas luego de trabajos periodísticos. Sin entrar en el terreno de otros colegas, vale la pena detenerse en los difundidos por Búsqueda durante los últimos tres períodos de gobierno que culminaron en dimisiones. Viene bien refrescar la memoria, en especial para algunos que la tienen muy selectiva y ahora se alegran cuando antes nos acusaban de conspiradores y desestabilizadores y viceversa.
En la administración de José Mujica fue Búsqueda la que divulgó que el aval a la empresa fantasma Cosmo para comprar los aviones de Pluna había sido otorgado por el Banco República, por más que no contaba con garantía. Es más, eso generó una reacción muy vehemente del entonces presidente de esa institución, Fernando Calloia, y de buena parte del Frente Amplio, que nos acusó de mentirosos y conspiradores. Sin embargo, fue por esa decisión de otorgar el aval que tiempo después fueron procesados por la Justicia Calloia y el entonces ministro de Economía, Fernando Lorenzo.
En el gobierno de Tabaré Vázquez también fue Búsqueda la primera en divulgar los gastos realizados por el entonces vicepresidente Raúl Sendic con la tarjeta corporativa de Ancap, cuando era titular de esa empresa estatal. Lo hizo a través de un pedido de acceso a la información pública en cuya respuesta trabajó durante varias semanas. Sendic ya había recibido un duro revés periodístico cuando la colega Patricia Madrid difundió en El Observador que no era licenciando como él decía, pero el golpe de gracia para que luego presentara su renuncia llegó con la difusión de los gastos realizados con su tarjeta y todo fue a través de la labor de periodistas.
Ahora, en el gobierno de Lacalle Pou, ya son varios los episodios en los que renuncian ministros luego de uno o varios artículos periodísticos. En el caso de Búsqueda, que es el que nos involucra directamente, ocurrió primero con el exministro de Turismo colorado Germán Cardoso, luego con el ex de Ambiente Adrián Peña y ahora con el excanciller Bustillo y el exministro del Interior Luis Alberto Heber. Los cuatro casos son muy distintos entre sí, pero tienen en común que el origen de la información que culminó con sus renuncias es periodístico.
Que quede claro que para nada depende del periodismo lo que ocurra con los jerarcas de uno u otro gobierno. Los periodistas informan, pero no son los que toman las decisiones. Esas corresponden y les caben a otros. A no confundirse.
Pero lo que también tiene que quedar claro, muy claro, es que en Búsqueda siempre estamos trabajando para brindar la información relevante para nuestro público, que es el único destinatario de nuestros desvelos. Y lo hacemos y lo seguiremos haciendo como lo hicimos antes: con profesionalismo e independencia. Por más que nos digan que trabajamos para la derecha, para la izquierda, para la CIA o para el Foro de San Pablo, los hechos muestran algo muy distinto. Lo que dejan en evidencia es que la línea es una sola, la misma, esté quien esté en los poderes del Estado. Porque los gobiernos pasan, pero el periodismo queda. Esa es la única receta válida y que hace la diferencia.