El gobierno intentó ocultar a la Justicia los mensajes que intercambiaron Ache y Maciel sobre el narcotraficante Sebastián Marset

escribe Guillermo Draper 
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El viceministro del Interior, Guillermo Maciel, es “un tarado”, pero no tanto como para dar cierta información que reclamaba la Justicia. Si lo hace, “se incrimina solo”, porque tuvo una responsabilidad “superlativa” en el tema, razonó el canciller Francisco Bustillo. El ministro de Relaciones Exteriores intentaba así convencer a la subsecretaria Carolina Ache de que no entregara los mensajes que había intercambiado con Maciel sobre el narcotraficante Sebastián Marset.

Era mediados de noviembre del 2022 y la tensión en el Poder Ejecutivo por el “caso Marset” estaba en uno de sus puntos más altos. La Justicia había resuelto que la Cancillería debía proporcionar las comunicaciones mantenidas por los entonces viceministros Ache y Maciel durante el proceso que derivó en la entrega de un pasaporte al narcotraficante uruguayo cuando estaba detenido en Dubai. Pero la cúpula del gobierno quería evitar que esos intercambios de WhatsApp vieran la luz.

Los esfuerzos para impedir que los mensajes cayeran en manos de la oposición fueron varios. La intervención del asesor del presidente en temas de comunicación, el publicista Roberto Lafluf, quien dijo haber destruido un documento con los mensajes que entregó Ache a la Cancillería para cumplir con un fallo judicial, una reunión en el piso 11 de la Torre Ejecutiva donde ambos subsecretarios borraron los mensajes de sus celulares y se le pidió a la vicecanciller que consiguiera un escribano que produjera evidencia falsa, y llamadas de Bustillo a su subalterna para sugerirle que “perdiera” su teléfono y prometerle que intercedería en la Dirección de Asuntos Jurídicos del ministerio para que no la obligaran a cumplir con la justicia son algunos de ellos.

Esos eventos quedaron registrados en grabaciones de llamadas telefónicas que tomó Ache en esas fechas, intercambios de WhatsApp y otros documentos oficiales analizados por Búsqueda. La mayor parte de ese material fue presentado por la exsubsecretaria este miércoles ante el fiscal especializado en Delitos Económicos y Complejos, Alejandro Machado, quien investiga la entrega del pasaporte a Marset.

A la salida de la fiscalía, acompañada de su abogado Jorge Díaz, Ache declaró que renunció a su cargo, pero no “paradójicamente”, por haber hecho algo “incorrecto” o “ilegal”. Y agregó: “Todo lo contrario, fue por no haber estado dispuesta a ocultarle comunicaciones a la Justicia y por haberme negado a cometer un delito”. Agregó que en el proceso se negó a cometer un delito.

Carolina Ache Batlle en un evento oficial conferencia. Foto: Javier Calvelo/ adhocFOTOS

Una primera versión. La tramitación del pasaporte por parte de Marset a fines del 2021, un proceso que facilitó su salida de la cárcel de Emiratos Árabes Unidos, abrió un flanco al gobierno que la oposición decidió aprovechar.

El año pasado el Frente Amplio interpeló por el tema a Bustillo y al ministro del Interior, Luis Alberto Heber. El Poder Ejecutivo defendió el procedimiento seguido por sus funcionarios, aseguró que en el momento de expedir el pasaporte “nadie sabía” que Marset era un narco, ni que hubiera en el país una investigación abierta en su contra. El foco debía estar puesto, según los ministros, en un decreto aprobado en 2014 que obligaba al Estado uruguayo a entregar el documento solicitado por un ciudadano en el extranjero.

En el marco de esa instancia parlamentaria, el gobierno informó que cuando el narcotraficante estaba preso, Maciel había consultado en dos ocasiones a Ache sobre la situación del criminal. Esa información probaría ser un dolor de cabeza para el Poder Ejecutivo. Una vez terminada la interpelación, que no tuvo consecuencias políticas, la Fiscalía decidió investigar de oficio la entrega del pasaporte. Los senadores del Frente Amplio, por su parte, presentaron una solicitud de acceso a la información para obtener el expediente completo del trámite y también el “testimonio de las comunicaciones mantenidas” entre los dos subsecretarios.

La Cancillería entregó la documentación a fines de noviembre y poco después llegó a los senadores que la habían solicitado. Su contenido ponía en entredicho la defensa del gobierno en el Parlamento, en particular cuando Ache dijo que Maciel no le había dado detalles sobre Marset. En esos mensajes, de hecho, el viceministro del Interior solicitó datos específicos sobre la situación del caso, pero también le dijo que se trataba de “un narco uruguayo muy peligroso y pesado”, por lo que “sería terrible” que Dubai lo liberara. Ache renunció días después de que el contenido de ese chat fuera difundido por la diaria.

En junio de este año, Ache declaró en Desayunos Informales, de Canal 12, que en la interpelación “no mintió”, pero que sí omitió información porque el gobierno había acordado una “línea” de defensa y debía seguirla.

Este miércoles, la exsubsecretaria, en su declaración como indagada, dio más información sobre las acciones que según ella el gobierno llevó adelante para ocultar información a la Justicia y en el proceso intentar empujarla a cometer un delito.

Guillermo Maciel en el Ministerio del Interior en Montevideo. Foto: Javier Calvelo / adhocFOTOS

Perder el celular. Mientras que la instructora que desarrollaba la investigación administrativa en Cancillería por la entrega del pasaporte le pedía a Ache que entregara los mensajes de WhatsApp, en privado Bustillo le planteaba lo contrario.

Ante esa insistencia de su jefe, ella decidió grabar las llamadas que recibía. “Era una presión enorme, porque el ministro me estaba pidiendo lo contrario que lo que me pedía formalmente la Cancillería”, dijo Ache.

Búsqueda accedió a tres fragmentos de conversaciones telefónicas entre ambos que tuvieron lugar el 14 de noviembre, cinco días después del fallo judicial.

—Contame —dice Bustillo.
—Ya tengo todo casi preparado para mañana, para presentar. Y ta —responde Ache.

Para ese momento, la subsecretaria había recibido dos pedidos de la abogada de Cancillería de que entregara la documentación.

—Aguantá. Aguantá a ver si podemos enderezar esto porque es un desastre. Dejame que hable con (el encargado de la Dirección de Asuntos Jurídicos) Carlos Mata a ver si él tiene algún tipo de influencia sobre la tipa, que por lo menos, viste, no guaranguee con las preguntas. Vos me dijiste que te mandó dos mails, que mande un tercero y que no sea tan incisivo, no sé. Que nos dé una salida para evitar dar los whatsapps. ¿Eh?
—Yo creo que no hay manera de sacar esos whatsapps.
—Bueno, por eso, por eso te digo. Busquemos la vuelta, viste, para que no tengas que mandar eso. Porque ahí te dejan repegada al cuete, al cuete.
—Más al Ministerio del Interior, me parece.
—Totalmente. Totalmente. Totalmente. Pero por eso, dejame hablar con Mata a ver si hay algún tipo de forma para que él pueda hablar con la tipa e incidir para que, bueno, ta. Te pidió dos veces y, bueno, no sé, que le busque la vuelta, que te lo pida por tercera y con una salida, ¿viste? Que te pida, no sé, no sé, se me ocurre a mí, las comunicaciones, así en forma genérica y que ahí te haga una salida. No sé.
—Claro, pero después, esto mismo me lo va a pedir la Fiscalía.
—Está bien, pero eso es otro cantar. Acá hay que ir ganando tiempo y llevándola y llevándola.

En otro audio presentado por Ache en Fiscalía, el canciller sugiere una solución para que su subalterna no tenga que cumplir con la solicitud de la Justicia.

—Que se mande al frente Maciel, vos perdé el celular. Estoy imaginando, viste, escenarios que no conozco, honestamente no conozco. Pero en diciembre o enero se te perdió el celular… Pero ahora vamos sorteando, hay que ir sorteando, ¿viste? Esto es paso a paso, ¿viste? 

En el tercer audio, Ache le recuerda que el subsecretario del Interior también tenía los mensajes.

—Maciel tiene los mismos whastapps que yo.
—¿Quién? ¿Mata?
—Maciel.
—Ah! Tiene los mismos whatsapps, sí, claro.
—Claro, pero bueno.
—Pero yo no creo que Maciel sea tan tarado de blanquearlos. Yo no puedo creer. Se pegaría un tiro en el pie.
—Sí, claro, pero a mí, cuando se sepa la invest…
—Maciel no zafa mandándote al frente a vos. No zafa. Porque la responsabilidad primaria… los únicos que podían detener la emisión del pasaporte o no, es el Ministerio del Interior. Esa es la realidad. Entonces, más allá de la alerta que te haya dado, eso no le quita la responsabilidad de él. Además, superlativa cuando él sabía que había una investigación contra este tipo, ¿me entendés?
—Sí, eso está claro.
—Que vos no lo sabías. Entonces, yo no creo… me parecería un anormal si hace eso. Se incrimina solo.
—Sí, claro, pero el tipo te acordás que eso ya lo volanteó.
—Sí, porque es un tarado. Pero yo creo que a esta altura tiene que haber reflexionado y darse cuenta que no zafa, que no zafa por ahí. Sobre caliente, yo creo que el tipo fue un tarado. Yo cuando lo sentí, en el Ministerio del Interior, en la casona del Prado, decir lo que dijo, ya no me acuerdo exactamente, pero me acuerdo que me quedé helado, me di cuenta que es un tarado. Cuando estábamos hablando justamente de que en la interpelación ni siquiera mencionar los whatsapps, decir que hubo comunicaciones, como dijimos además. Te acordás que dijimos “no, hubo comunicaciones” y lo dejamos por esa plata. Y nadie preguntó si eran whatsapps, si era por escrito, si eran verbales, y zafamos bien.

En el último comentario, Bustillo hacía referencia a una reunión que jerarcas del gobierno mantuvieron en una casa que posee el Ministerio del Interior en el Prado, en la que coordinaron la estrategia a seguir durante la interpelación. En esa oportunidad, además de las autoridades de Cancillería e Interior, estuvo Lafluf, estratega del gobierno en temas de comunicación y mano derecha del presidente Luis Lacalle Pou en esa área.

Un sobre cerrado. Ache logró evitar dar el contenido del chat en la investigación administrativa, mediante una nota el 16 de noviembre en la que argumentó que eran comunicaciones políticas y no tenían relación con el procedimiento de entrega del pasaporte.

El tema, sin embargo, no quedó ahí. Un fallo del Juzgado de lo Contencioso Administrativo de 4to turno del 9 de noviembre del 2022 obligó al Poder Ejecutivo, en un plazo de 15 días, a entregar los mensajes entre subsecretarios provocó varios movimientos dentro del gobierno, institucionales e informales.

Llegado ese punto y ante los planteos del ministro, en lugar de borrarlos o “perder” el celular, la jerarca recurrió el 18 de noviembre a una escribana para que elaborara un acta de su existencia y contenido.

“Hasta tuve miedo que me robaran el teléfono”, declaró Ache en Fiscalía. Asesorada por sus abogados, la entonces vicecanciller decidió dejar rastros de sus pasos en otros documentos.

El 22 de noviembre recibió una nota de Asuntos Jurídicos en la que le pedían “información concreta” sobre las comunicaciones que mantuvo con Maciel y que eran reclamadas por el juzgado. Tenía 48 horas para cumplir.

Al día siguiente, el jueves 23 de noviembre, elevó una nota dirigida a Bustillo. “Tal como expresé oportunamente en la investigación administrativa, si el señor ministro entiende que dicha información debe ser aportada a la justicia y requiere copia de ella a tales efectos, esta le será entregada a usted de inmediato, como corresponde”, dice el documento firmado por Ache.

Bustillo respondió el 24, día en el que se vencía el plazo establecido por Jurídica. Era la subsecretaria quien debía “aportar los elementos que entienda para conformar la respuesta solicitada” por la Justicia, decía su nota. Y agregaba: “No corresponde por tal al señor ministro instruir a la señora subsecretaria sobre el proceder que corresponda”.

Ache actuó en consecuencia. Esta tarde, según comunicó al ministro, “en aras de la transparencia, y habiendo accionado en todo momento ajustada a derecho” entregó a su oficina la información solicitada: “un sobre cerrado de carácter reservado, conteniendo testimonio de las comunicaciones informales” que mantuvo por WhatsApp con Maciel, “protocolizadas por un escribano público”.

Poco antes de las 18 horas de ese 24 de noviembre, la Cancillería entregó al juzgado “documentación proporcionada por la Dirección General para Asuntos Consulares y Vinculación” y “diligenciamiento probatorio vinculado al objeto de la condena” surgido de la investigación administrativa.

El acta con el intercambio entre Maciel y Ache, que la subsecretaria había entregado en un sobre cerrado en el despacho del ministro, no estaba entre la documentación.

Roberto Lafluf y Luis Lacalle Pou tras el discurso del presidente en el Palacio Legislativo, el 2 de marzo de 2023. Foto: Javier Calvelo / adhocFOTOS

“Acá en el 11”. El 25 de noviembre, a las 13:58, Ache recibió mensajes de WhatsApp desde un celular que no tenía agendado.

Hola Caro
Cómo estás
Me pide el presidente tener contigo y Maciel ahora a las 3 una reunión acá en el 11
Sería conveniente ingresar por el garage

Captura de pantalla presentada por Carolina Ache en Fiscalía con mensajes de WhatsApp de Roberto Lafluf

Era Roberto Lafluf.

Ache siguió las instrucciones y concurrió a la reunión en el piso 11 de la Torre Ejecutiva, donde están los despachos del presidente Lacalle Pou y su equipo. El centro de la conversación fueron los whatsapps. De acuerdo con la versión de Ache, Lafluf le pide que borre los mensajes y aceptó. Maciel también los eliminó de su celular. Según dijo en Fiscalía, le pidieron algo más: “que consiga otro escribano y que haga un protocolo con lo que aparecía ahí sin esos mensajes”.

Después de que se fue de la Presidencia, sin haber aceptado el pedido, Maciel llamó a Ache y le dijo que le había mandado un mensaje desde otro teléfono. Esta vez la comunicación llegó desde el celular de la hija del subsecretario del Interior.

En términos oficiales, WhatsApp no permite la recuperación de mensajes borrados ya que, una vez el usuario los elimina, estos desaparecen del móvil que los recibió y del que los envió sin dejar rastro en los servidores de la empresa (WhatsApp no guarda los mensajes)

Captura de pantalla presentada por Carolina Ache en Fiscalía con mensajes de WhatsApp de un celular de la hija de Guillermo Maciel

El sábado 26 de noviembre, Ache le escribió a Lafluf para preguntarle si podía hablar por teléfono. Su decisión final estaba tomada: no iba a ir con otro escribano para protocolizar el contenido de su celular sin los mensajes con Maciel. Le dijo que no porque lo que le estaba pidiendo “era un delito” y ella no iba a cometerlo, declaró en Fiscalía.

Ante esto, Lafluf le respondió que tenía que hablar con Lacalle Pou sobre este tema y que la volvería a contactar. Al rato la llamó para decirle que presentara “todo como está” y que lleve de vuelta la documentación a Cancillería. Ache le preguntó por qué si ya había dado la información tenía que reiterar la entrega del protocolo de su escribana y el asesor del presidente le respondió: “Porque no está más, porque lo destruí”.

“¿Cómo llegó el protocolo desde el despacho del ministro a las manos de él (Lafluf)?”, se preguntó Ache en Fiscalía. Y respondió: “Desconozco. Y no sé si fue así o no, eso fue lo que me dijo”.

El lunes 28, primer día hábil después de su charla con Lafluf, Ache consiguió de su escribana una copia del acta protocolizada que certificaba la existencia de los mensajes de WhatsApp y su contenido. Con ese documento fue a la Cancillería y se lo entregó en mano a Mata, el titular de la Dirección de Asuntos Jurídicos. Y por las dudas le hizo firmar un documento en el que el jerarca aceptaba recibir “por segunda vez, testimonio notarial del primer testimonio de protocolización del acta de comprobación realizada el 18 de noviembre del corriente, conteniendo testimonio de comunicaciones cruzadas por WhatsApp con el señor subsecretario del Ministerio del Interior”.

Nota firmada por el encargado de la Dirección de Asuntos Jurídicos de Cancillería, Carlos Mata

Tras el segundo intento de Ache, los mensajes llegaron al juzgado ese mismo día. Poco después estaban en poder de los legisladores del Frente Amplio que los habían reclamado y la subsecretaria tuvo que renunciar después de perder el respaldo político en el sector colorado Ciudadanos.

“Si yo hubiese accedido a todo esto que me pedían, hoy seguiría siendo subsecretaria”, dijo Ache en Fiscalía. “Pero hubiera cometido un delito y no dormiría tranquila y creo que la dignidad está por arriba de cualquier cargo que pueda tener”.

Información Nacional
2023-11-01T11:40:00