• Cotizaciones
    domingo 08 de septiembre de 2024

    ¡Hola !

    En Búsqueda y Galería nos estamos renovando. Para mejorar tu experiencia te pedimos que actualices tus datos. Una vez que completes los datos, tu plan tendrá un precio promocional:
    $ Al año*
    En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] o contactarte por WhatsApp acá
    * Podés cancelar el plan en el momento que lo desees

    ¡Hola !

    En Búsqueda y Galería nos estamos renovando. Para mejorar tu experiencia te pedimos que actualices tus datos. Una vez que completes los datos, por los próximos tres meses tu plan tendrá un precio promocional:
    $ por 3 meses*
    En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] o contactarte por WhatsApp acá
    * A partir del cuarto mes por al mes. Podés cancelar el plan en el momento que lo desees
    stopper description + stopper description

    Tu aporte contribuye a la Búsqueda de la verdad

    Suscribite ahora y obtené acceso ilimitado a los contenidos de Búsqueda y Galería.

    Suscribite a Búsqueda
    DESDE

    UYU

    299

    /mes*

    * Podés cancelar el plan en el momento que lo desees

    ¡Hola !

    El venció tu suscripción de Búsqueda y Galería. Para poder continuar accediendo a los beneficios de tu plan es necesario que realices el pago de tu suscripción.
    En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] o contactarte por WhatsApp acá

    Lucio Hernández dirige “Consentimiento” en El Galpón

    La imparcialidad en el banquillo

    La imparcialidad de la Justicia y las variables que pueden flechar su criterio conforman un concepto árido, difícil de trasladar a la ficción. Más aún si el tema en cuestión son las posibilidades y las limitaciones de la Justicia ante una violación. Bueno, ese fue el desafío que asumió la dramaturga inglesa Nina Raine —autora y directora nacida en 1975, sobrina nieta del novelista ruso Boris Pasternak— en Consentimiento. Titulada Consent, fue estrenada originalmente en 2017 por el National Theatre británico y desde entonces se extendió con gran suceso por las grandes capitales teatrales. Ahora llegó a Uruguay en esta producción de El Galpón dirigida por Lucio Hernández, actor formado en el Circular que integró la Comedia Nacional durante 15 años y que avanza con paso firme en la puesta en escena. La traducción, rubro clave en este tipo de obras contemporáneas, es de Stefanie Neukirch, actriz de la Comedia Nacional (actualmente, protagonista en La gayina) con vasta experiencia como traductora.

    Robert Moré, actor que integra el elenco estable del Circular, donde compartió su formación con Hernández, fue especialmente invitado para componer a Eduardo, uno de los personajes protagónicos junto con Tomás (Claudio Lachowicz). Ambos son abogados y amigos que coinciden en el mismo caso de violación: uno como defensor y otro como acusador. La víctima del caso (Guadalupe Pimienta) es el personaje que mueve la acción con su declaración. Y la obra pone el foco en la intimidad de ambos profesionales, en su entorno familiar, en las reuniones entre amigos, en la soledad de su hogar. Allí los vemos tal cual son, sin el corset discursivo del traje y el maletín. Vemos sus prejuicios, sus sesgos, los filtros a través de los cuales ven los hechos, la manera en la que construyen eso que después es denominado la realidad.

    Y allí es donde los personajes femeninos, compuestos por Estefanía Acosta, Soledad Frugone y Soledad Lacassy, se transforman en piezas determinantes de este rompecabezas por su influencia directa en los ejecutores del derecho, en especial en todo lo vinculado a la perspectiva de género que se impone como imprescindible en esta historia. Porque a través de esta tríada femenina, con sus diferentes acciones y reacciones, la autora canaliza varios asuntos centrales en la agenda que los movimientos feministas han logrado instalar en el centro del debate. Aquí se habla no solo de la violación impuesta mediante el sometimiento violento, sino también de otras situaciones similares como el sexo forzado en la pareja, incluso en el matrimonio. También se habla del adulterio, la venganza sexual y sobre todo de la desigualdad en el acceso a la Justicia y en los procesos judiciales que existe entre hombres y mujeres. De hecho, el origen primermundista, ergo, hegemónico, de esta obra vuelve mucho más interesante este planteo porque lo aleja de las claves socioeconómicas con la que solemos analizar esta temática desde la óptica latinoamericana.

    A partir de este aparente intrincado planteo dramático (el título remite a un requisito administrativo que se ubica como determinante para la resolución del caso), la obra triunfa al plasmar en escena cómo la verdad es una compleja construcción fruto de las múltiples versiones que cada uno tiene de ellas. El elenco defiende con garra este texto potente, directo, sin concesiones, y logra reflejar con crudeza los dilemas, los conflictos y los enfrentamientos dialécticos que genera forzosamente el conflicto ético sobre el que gira esta trama. Y además logra que el humor se cuele entre las rendijas del relato, para darle humanidad y respiro a las trágicas circunstancias.

    La puesta resulta acorde con el perfil descarnado del texto y del marco realista de la interpretación. La escenografía de Gustavo Petkoff, el vestuario de Mariana Pereira y la iluminación de Sebastián Marrero coinciden en un pragmatismo naturalista que no poetiza las situaciones ni los diálogos sino que los enmarca con sobriedad y le cede el protagonismo total a la angustia que agobia a los personajes.

    Consentimiento (sábados a las 20.30 y domingos a las 19, sala Atahualpa) es una muy buena oportunidad de conocer cómo Raine, Hernández y este sólido trabajo actoral logran poner a la Justicia con mayúsculas en el banco de los acusados.