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El 29 de agosto de 1996, en un día histórico para el mundo del golf, Tiger Woods debutaba como profesional en el Greater Milwaukee Open. A partir de ese momento ese chico de apenas 21 años revolucionaba todos los estamentos de este deporte. Por ejemplo, sin haber pegado siquiera un solo tiro como profesional Woods ya había firmado un multimillonario contrato con la firma Nike, empresa que además de un cheque por cuarenta millones de dólares pasaba a proveerlo de palos, pelotas, y toda la indumentaria para el juego.
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En agosto de este año se cumplirán entonces 20 años de la última “revolución” que vivió este deporte comparable solamente con lo que significaron las primeras televisaciones de los campeonatos en directo o el accionar de las grandes figuras como Arnold Palmer y Jack Nicklaus.
El fenómeno Tiger Woods llevaba así al golf a niveles que nunca antes había alcanzado. A los 22 años ganó su primer Major, el Masters de Augusta, batiendo todos los récords existentes y a partir de ese momento fue una hegemonía absoluta que duró más de una década. En ese entonces ganó 79 torneos oficiales del PGA Tour siendo superado únicamente por Sam Snead con 82 títulos. Conquistó además 14 Majors para quedar solamente detrás de los 18 que obtuvo el legendario Jack Nicklaus, que Tiger siempre consideró la gran meta a superar.
Esa supremacía absoluta llevó por ejemplo a que, al finalizar la temporada del año 2011, Woods fuera el primer golfista en la historia en superar los 100 millones de dólares en ganancias entre premios oficiales y patrocinios. Dos años más tarde, Tiger en línea con ese momento espectacular de su carrera se convertía en el primer deportista en superar la barrera de los 100 millones de dólares por ingresos en un año. Esa fue una constante durante varias temporadas teniéndolo a Tiger al frente de los rankings en materia de ganancias.
Vale recordar que en el año 2000 luego de una temporada fabulosa en la que obtuvo tres Majors, Tiger la emprendió contra el propio PGA Tour, el principal circuito del mundo. Su intención era tener una participación en los ingresos que el circuito recibía por parte de la televisión. La realidad en ese momento mostraba que cada vez que jugaba, el rating aumentaba 40%. Vale destacar también que el fenómeno Woods llevó a que el PGA Tour triplicara la cifra de los premios que la gira repartía entre los jugadores.
Hasta que un día se terminó la “magia”.
Cambio de representante, pelea con su caddie emblemático, cuarto cambio de profesor con todo lo que ello conlleva para un golfista de alto rendimiento, un divorcio multimillonario y una serie impresionante de lesiones marcaron una profunda crisis en el ex número uno del mundo.
Los escándalos de su vida privada y la pérdida de rendimiento golfístico llevaron al retiro inmediato de varios de sus patrocinadores, cayendo sus ingresos por esos años en forma abrupta.
En caída libre
A fines del año 2009 trascendieron sus reiteradas infidelidades conyugales, por parte de Tiger, la aparición de numerosas amantes, en lo que fue el comienzo de un divorcio millonario con su ex esposa Elin Nordgreen.
En esa misma época se peleó con su caddie Steve Williams, con quien ganó once Majors, también dejó a su entrenador más exitoso Hank Haney para pasar a trabajar con el cuarto profesor en su carrera, Chris Como. Hoy ya cambió nuevamente de coach. Estos sucesos de cambios en su vida personal y en el entorno profesional mostraron a un Woods malhumorado, irritado y hasta desconcentrado en sus cada vez más esporádicas participaciones en torneos.
Un capítulo aparte lo constituyen sus diferentes lesiones que determinaron que en el año 2014 jugara solamente ocho campeonatos. Vale recordar que Woods no gana un certamen desde setiembre del 2013, cuando se impusiera en el Bridgestone Invitational, mientras que en materia de Majors, su última victoria se remonta al 2008, cuando se impusiera en el US Open de ese año.
Hoy con 40 años y el rumor de un retiro cercano, Tiger ocupa el puesto 422 del ranking mundial en una clara demostración del momento que atraviesa el ex número uno.
Realmente sorprende tal ubicación de quien, en sus días de gloria, estuvo al frente de dicho escalafón durante 683 semanas. “Mi juego y mis scores no son aceptables para un campeonato de golf. Siempre dije que cuando participo en un torneo es para competir en el más alto nivel”, comentó.
“Cuando sienta que estoy realmente bien en todo sentido recién ahí volveré a jugar, solo regresaré cuando sienta que estoy en lo más alto de mi juego, mientras tanto continuaré entrenándome”, agregó. Este breve comunicado publicado en su página oficial busca dar una explicación a su presente.
Otra generación
En este panorama y luego de trece temporadas consecutivas, Tiger Woods ya no es el golfista de mayores ingresos del mundo al ser superado el año pasado por su compatriota Jordan Spieth. El nuevo “niño dorado” del golf mundial con sus jóvenes 22 años recibió por concepto de premios y auspicios 53 millones de dólares en el 2015. El zurdo Phil Mickelson finalizó segundo en dicha lista con un acumulado de 48 millones de dólares, mientras que Woods aparece en el tercer lugar con 47 millones.
Evidentemente, las cinco victorias que acumuló Spieth en el 2015, incluidos dos Majors (Masters de Augusta y US Open), más el bono de 10 millones de dólares por haber ganado la FedEx Cup ayudaron a que el joven norteamericano finalizara el año con tales ganancias.
Y si había dudas sobre el rendimiento de la nueva figura del golf mundial, el tejano arrolló a principios de este mes en el Hyundai Championship, el torneo que reúne en Hawai a los ganadores de la temporada anterior. El score de Spieth fue de treinta golpes bajo el par de la cancha para los 72 hoyos, estableciendo un nuevo récord para dicha competencia.
En este marco a Spieth le llueven oferta de empresas que desean asociarse con su imagen. Así fue que por estos días nada menos que Coca-Cola anunció un acuerdo con el joven tejano donde no se dieron a conocer las cifras del contrato.
Ante la caída de Tiger Woods, quien no se sabe cuándo regresará a las canchas y la irrupción de los Big Four (Spieth, Rory McIlroy, Jason Day y Rickie Fowler) todos menores de 25 años, el golf profesional tiene actualmente un nuevo escenario para el marketing.