En Búsqueda y Galería nos estamos renovando. Para mejorar tu experiencia te pedimos que actualices tus datos. Una vez que completes los datos, tu plan tendrá un precio promocional:
* Podés cancelar el plan en el momento que lo desees
¡Hola !
En Búsqueda y Galería nos estamos renovando. Para mejorar tu experiencia te pedimos que actualices tus datos. Una vez que completes los datos, por los próximos tres meses tu plan tendrá un precio promocional:
* Podés cancelar el plan en el momento que lo desees
¡Hola !
El venció tu suscripción de Búsqueda y Galería. Para poder continuar accediendo a los beneficios de tu plan es necesario que realices el pago de tu suscripción.
La foto muestra a un niño muy rubio, con un cigarrillo en la boca, que mira pícaro a la cámara, a pesar de su esfuerzo por parecer serio. Esa foto apareció en la tapa de Experiencia (Anagrama, 2001), la autobiografía de Martin Amis (Oxford, 1949-Florida, 2023), uno de los más relevantes escritores británicos. Novelista, ensayista, periodista y crítico literario, Amis desarrolló un estilo mordaz, divertido y provocador por el que recibió durante su juventud el apodo de enfant terrible de las letras inglesas. Un apodo que bien calza con la foto de Experiencia, que sin embargono es un libro escandaloso como indicaría su portada, sino emotivo y cargado de recuerdos.
¡Registrate gratis o inicia sesión!
Accedé a una selección de artículos gratuitos, alertas de noticias y boletines exclusivos de Búsqueda y Galería.
El venció tu suscripción de Búsqueda y Galería. Para poder continuar accediendo a los beneficios de tu plan es necesario que realices el pago de tu suscripción.
Aunque nunca abandonó su estilo directo y sin dobleces, que tuvo desde que usaba pantalones “pata de elefante” y pelo cortado a lo Bee Gees, con los años Amis fue adquiriendo un tono menos ácido en sus libros, como si los escribiera con una sonrisa más cálida. El escritor murió el lunes 20 en Estados Unidos, a los 73 años, afectado de cáncer.
Para ubicar su despegue literario, habría que ir primero hacia 1983, cuando la revista Granta publicó su lista anual con los 22 escritores más influyentes de la literatura británica. Aquella lista es muy recordada porque fue premonitoria. Incluyó a escritores que tendrían una destacada labor literaria, con obras premiadas y traducidas a varios idiomas, como Ian McEwan, Graham Swift, Julian Barnes, Salman Rushdie, Hanif Kureishi, Kazuo Ishiguro (Premio Nobel de Literatura 2017). A esa “generación Granta 83” perteneció Martin Amis, quien ya había publicado su primera novela, El libro de Rachel (1973), a la que siguieron Niños muertos (1975) y Éxito (1978). Igual que el resto de su obra, se conocieron en español por la editorial Anagrama.
En su trayectoria, en la que figuran títulos como Dinero, La flecha del tiempo, Tren nocturno, La información o Perro callejero, Amis tuvo altibajos como narrador y por momentos se destacó más con sus artículos periodísticos y sus obras de no ficción. En su libro El infierno americano (Plot, 2008), reunió sus crónicas y perfiles sobre otros escritores, narrados con un tono sin concesiones y una pluma brillante. Entre cruel y piadoso es el que le destinó a Truman Capote (Conocer a todo el mundo, 1978), a quien entrevistó cuando estaba enfermo, disminuido y muy solo, y en el que usó varios diminutivos para describirlo y un tono irónico para hablar de su voz, su pañuelo rosa y su camisón. Para la publicación en El infierno americano, le agregó lo siguiente: “Truman no llegó jamás a recobrarse. Murió exactamente seis años más tarde. Es una persona que me gustó, y volviendo la vista atrás, encuentro algo cruel en mi actitud junto a su lecho, pero ahí está, tal cual lo escribí”.
En el prólogo de La guerra contra el cliché (2003), que reúne sus críticas literarias de 30 años, escribió una aclaración sobre su viejo estilo: “Uno espera volverse menos dogmático y adquirir mayor seguridad en sí mismo con el paso del tiempo; y uno, ciertamente, debería volverse (o aparentarlo, al menos) más amable (…). Disfrutar insultando es una perversión juvenil del ansia de poder”.
Su último libro, Desde adentro (2021), también es autobiográfico. En él cuenta su vida rica en experiencias sociales y culturales como las que mantuvo con los escritores Philip Larkin, Saul Below y Christopher Hitchens, además de la relación de amor-odio con su padre, el también escritor Kingsley Amis. Narrado al ritmo de los vaivenes de la memoria, tiene un adecuado componente de anécdotas, crítica, humor y nostalgia.
Y volviendo a su autobiografía Experiencia, en ella aparece un episodio traumático y conmovedor que vivió su familia: la desaparición en 1973 de su prima Lucy, de quien no se supo nada hasta 21 años después, cuando sus restos aparecieron en el jardín de un asesino en serie. Como muchas de sus obras, sus memorias están dedicadas a su esposa Isabel Fonseca, hija del artista plástico uruguayo Gonzalo Fonseca, nacida en Nueva York.
José Ignacio
Además de continuar admirando y leyendo a sus maestros literarios, sobre todo Vladímir Nabókov y Saúl Bellow, Amis se fascinó cada vez más por los temas políticos e históricos. En 2004 apareció la versión en español de Koba el temible. La risa y los veinte millones, un ensayo sobre Stalin, que también tiene mucho de autobiográfico. Con motivo de su publicación, Búsqueda fue hacia José Ignacio a entrevistarlo, donde Amis vivía desde hacía unos meses con su esposa Isabel y sus dos hijas. “Hace cuatro años ella quiso venir a Uruguay de visita por tres meses y me convenció de acompañarla. Luego decidimos venir durante los siguientes tres inviernos europeos, construir una casa y pasar un año entero aquí. Ese es el origen de por qué estoy en Uruguay. Además, está el lugar y la gente, la soledad, la belleza y el paisaje de José Ignacio”, explicó.
Durante la conversación, se mostró como un hombre sumamente sencillo, amable y divertido, lejos de la figura arrogante y provocadora que lo precedía. Habló tanto de temas literarios y políticos como de la Eurocopa de fútbol y de sus partidas de ajedrez que jugaba con vecinos del balneario.
Sobre por qué escribió un libro sobre Stalin, explicó: “Mi padre fue comunista durante muchos años. Él necesitaba creer en una ideología, incluso escribió sobre lo doloroso que es abandonar la idea de la utopía. Esto me hizo pensar en mis diferencias con él y en que yo nunca necesité una ideología. La generación de mi padre tuvo un hueco en el corazón, que ya no podía llenarlo con religión y lo llenó con ideología. Lo curioso de mi padre es que dejó de ser comunista en 1956 e inmediatamente adoptó otra ideología: el anticomunismo. Años después me acusó a mí de ser izquierdista”.
Koba el temible incluye una carta al espíritu de su padre, menciones a las extensas y bellas costas uruguayas, un horripilante registro de las atrocidades soviéticas y un análisis de por qué los intelectuales fueron condescendientes con el régimen estalinista. “George Orwell decía que un hombre común es lo suficientemente estúpido como para ser atrapado por una gran idea. (…) Cuando yo era joven creía que había que ser de izquierda. Creía que un hombre decente no podía tener enemigos en la izquierda. Por supuesto que después descubrí que sí se tienen. Stalin era un enemigo en la izquierda”.
En algún momento de la entrevista, Amis se puso a armar un cigarro, detuvo su mirada en la costa y comentó que estando en Madrid, donde vivía su suegra, se dio cuenta de cuánto extrañaba el sonido del mar. Una linda imagen para recordarlo.