Nº 2149 - 18 al 24 de Noviembre de 2021
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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáDicen que la frustración equivale a la distancia que hay entre la expectativa y la realidad. El ejemplo es aplicable sin dudas para las elecciones legislativas celebradas el domingo pasado en la República Argentina. Es raro que caigan en esta trampa algunos políticos supuestamente inteligentes y arrastren a su gente a ese sentimiento ambiguo. Por primera vez desde 1983 el peronismo unido perdió la mayoría en el Senado. Además, la oposición representada en Juntos por el Cambio obtuvo una amplia mayoría de votos a nivel nacional (más del 42% contra casi 33% del oficialismo), incluyendo la difícil provincia de Buenos Aires, donde ganó por un punto porcentual. Pero la expectativa era de una hecatombe para el oficialista Frente de Todos, que parecía repetir el resultado de las PASO (Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias) en setiembre pasado.
El oficialismo respiró aliviado al ver mejorar sus números en su bastión, la provincia de Buenos Aires, donde sus candidatos revirtieron la mala elección de las PASO y quedaron cerca de los candidatos de Juntos. Asimismo conservaron su mayoría simple en diputados y conservarán la presidencia de la Cámara (por ahora). Con este panorama, la perdedora fue la vicepresidenta Cristina Fernández, que deberá negociar con algunos senadores independientes para lograr el quórum necesario. Igualmente sabemos que se trata de un manejo político que ella conoce muy bien.
Por su parte, el “fenómeno” Javier Milei, el mediático libertario, es otro factor para considerar en la ecuación. Su votación de más del 17% del electorado en la capital, es más de lo que todos esperaban, un crecimiento importante desde las PASO. Este puede haber sido el factor que provocó que María Eugenia Vidal no alcanzara los niveles de votación esperados. Pero el fenómeno tiene más que ver con una disconformidad generalizada, tanto con el Frente de Todos como con Juntos por el Cambio. Milei se ha convertido en un referente entre los jóvenes e incluso ha llegado a los barrios marginales acuñando la definición de “casta política corrupta”.
Un liberal más clásico, quizás menos llamativo, es José Luis Espert, quien también superó las expectativas con su votación, que casi duplicó las que obtuvo en las PASO. Espert no acepta que haya razones exógenas para tan buena participación. Por el contrario, en su Twitter recurre a una cuenta llamada Visión Liberal que asegura que “los rugidos liberales resonaron en la selva populista”, una clara referencia a las buenas campañas de Milei, la suya propia y también la de Ricardo López Murphy, que integra la lista de diputados por Juntos por el Cambio.
Son cinco los escaños nacionales —más provinciales y concejales— los que reúnen Milei (dos) y Espert (tres) en una Cámara integrada por dos grandes partidos con necesidad de apoyos para lograr mayorías. Tienen la oportunidad de ser la fuerza que desnivele votaciones, un desafío único para mostrar sus cartas liberales.
El voto disconforme no solo fue hacia los liberales. La izquierda también aumentó su participación con el Frente de Izquierda y de Trabajadores (FIT), que sumó a los dos representantes de la provincia que ya tenía su primer diputado en la capital, además de una banca de Jujuy.
El presidente Alberto Fernández y su entorno se mostraron contentos con la recuperación respecto a lo que era dable esperar después de las PASO. Terminó su arenga finalizados los comicios, invitando a sus correligionarios a festejar en la celebración por la militancia, realizada ayer miércoles. Algunos analistas sostienen que lo que intenta es buscar apoyos para hacerse fuerte y liberarse de las cadenas que le impone la vicepresidenta Cristina Fernández. Otros lo ven demasiado débil para desafiar a la líder del kirchnerismo.
De todas maneras, no es solo el partido de gobierno que tendrá la inquietud por las diferencias internas en los dos años de gobierno que restan. Juntos por el Cambio ve cómo se suman —quizá demasiados— presidenciables a su propuesta. De esta campaña salió muy fortalecida Patricia Bullrich, ya elegida por varios sectores de la coalición. Antonio Rodríguez Larreta fue otro de los aciertos en la campaña, y también se abre camino. Por otro lado, Mauricio Macri, que venía en caída desde que terminó su mandato presidencial, sale recuperado de esa instancia. En cuanto a María Eugenia Vidal, tendrá que demostrar su liderazgo en la Cámara de Diputados.
El pueblo argentino le puso nuevos controles al gobierno de Alberto y un freno a la ambición de Cristina, pero los próximos dos años no prometen grandes cambios para un rumbo que hasta el momento solo produjo fracasos. La expectativa era exagerada y la realidad fue menos de lo esperado.