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Una y otra vez se ha involucrado en el tema. Es casi que como una obsesión de los últimos tiempos. Por eso, cuando este martes 23 se tomó unos minutos en medio de una intensa agenda parlamentaria para decir que sí, a ninguna de las partes —ni al gobierno colombiano ni a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de ese país (FARC)— le llamó especialmente la atención. Todos esperaban que el ex presidente y actual senador José Mujica aceptara formar parte de la comisión encargada del “monitoreo y la verificación” de la paz en Colombia.
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Las señales dadas por Mujica sobre su interés de colaborar con el proceso de paz fueron constantes durante toda su presidencia y también después de que finalizara el mandato. Se reunió tres veces con los representantes de las FARC que se encuentran negociando con el gobierno colombiano en La Habana (Cuba) y otras tres con el presidente de ese país, Juan Manuel Santos, para tratar de acercar las distintas posiciones.
El 23 de junio, cuando ambas partes firmaron en público el acuerdo de paz en la capital cubana, Mujica fue uno de los invitados a la ceremonia pero no pudo concurrir porque se encontraba de viaje en Berlín. Ese día inició su charla ante el auditorio europeo saludando a los colombianos y brindó varias entrevistas con medios de ese país para manifestarse a favor de la paz.
Hoy, dos meses después de suscrito el acuerdo, Mujica respondió en forma afirmativa ante un planteo que recibió de los delegados de las FARC, con el aval del gobierno colombiano, para integrar la comisión a cargo del seguimiento del acuerdo de paz. Lo hizo con “muchas ganas” y optimismo, según comentó a Búsqueda, y con la certeza de que la actual es una “oportunidad histórica”.
En su despacho, durante un receso de la discusión en comisión de la Rendición de Cuentas que ocupó gran parte de su día, Mujica releyó antes de dar el sí un comunicado recibido de Colombia en el que se adelanta cuál será su labor en el proceso posterior a la firma de la paz.
“El acuerdo firmado el 23 de junio de 2016 entre el gobierno de Colombia y las FARC establece en su punto 3 la creación de un mecanismo tripartito de monitoreo y verificación integrado por representantes del gobierno nacional, las FARC y un componente internacional”, explica el documento.
“Este componente internacional preside todas las instancias del mecanismo de monitoreo y verificación y está encargado de dirimir controversias, generar informes periódicos y presentar recomendaciones. Respecto a la dejación de armas el componente internacional la verifica en los términos y con las garantías establecidas en los protocolos del acuerdo”, agrega.
El comunicado recibido por Mujica informa que “a efectos de implementar” ese punto 3 del acuerdo, “el comandante (Iván) Márquez, jefe de la delegación negociadora de las FARC, consulta sobre la disponibilidad de Pepe para integrar dicho componente internacional junto a representantes y acompañantes de los países garantes del proceso de diálogo (Cuba, Noruega, Venezuela y Chile, respectivamente) y otra personalidad regional aún no definida”. Señala además que “la delegación del gobierno colombiano comparte esta propuesta preliminar”.
Al final del texto, solicitan a Mujica una respuesta. “Es positiva”, fue la información que transmitió a Búsqueda.
“Es muy importante poder integrar esa comisión porque ahora se inicia una de las etapas más difíciles, que es lograr que la paz sea duradera”, explicó al argumentar su decisión.
Agregó que “América Latina es un continente de paz pese a todo lo que está ocurriendo en el mundo en estos días” y que “por eso hay que ayudar a Colombia en todo lo posible para que encuentre el camino hacia la paz definitiva”.
“Para el bronce”.
La última reunión que mantuvo Mujica junto a su esposa, la senadora Lucía Topolansky, con los negociadores de las FARC en La Habana fue en la noche del 20 de enero. En esa oportunidad, “Iván Márquez”, alias de Luciano Marín Arango, difundió una foto del encuentro en su cuenta oficial en Twitter. Ese no fue un hecho casual. Era al menos la tercera vez que Mujica se reunía con los integrantes de las FARC encargados de negociar el pacto de paz, pero la primera que los guerrilleros decidían hacerlo público. Además, en esa oportunidad también participó el máximo jefe de la insurgencia colombiana, Rodrigo Londoño Echeverri, conocido como “Timochenko”.
El motivo de las FARC para difundir esa reunión en las redes sociales y otorgarle una especial trascendencia se hace evidente hoy, con Mujica como integrante de la comisión a cargo de hacer cumplir la paz.
Los delegados de las FARC ya habían sugerido al ex presidente uruguayo durante esa noche distendida en La Habana la posibilidad de asumir un rol protagónico el día después de la firma de la paz, que era cada vez más próximo. Mujica se mostró dispuesto a evaluarlo.
“Los uruguayos apoyan el proceso de paz”, publicó “Iván Márquez” junto a la foto mediante la cual difundió el encuentro en Twitter.
“Escuchar al presidente Mujica siempre ha sido muy enriquecedor”, aseguró también en Twitter “Pablo Catatumbo”, alias de Jorge Torres Victoria.
Desde que asumió Santos la Presidencia de Colombia en agosto de 2010, el ex presidente uruguayo transmitió su interés en colaborar con una negociación de paz entre el gobierno de ese país y las FARC, poniendo como ejemplo lo que ocurrió con los tupamaros en Uruguay.
Pero Mujica inició en forma directa su participación en las conversaciones a fines de julio de 2013, cuando durante una gira oficial en Cuba se reunió con dirigentes de la guerrilla colombiana que participaban en los diálogos con el gobierno de Santos (Búsqueda Nº 1.724).
Más tarde, el 23 de setiembre, se encontró en Manhattan con Santos. Allí el presidente colombiano le solicitó que jugara un rol protagónico —“mucho más activo, preponderante”— en las negociaciones.
Santos transmitió además al entonces presidente uruguayo que Colombia cuenta con “mucha tierra vacía” para repartir como parte de la salida al conflicto, que tenía entre sus puntos de negociación una reforma agraria.
En enero de 2014, en Cuba, Mujica se volvió a reunir con representantes de las FARC. A su vez, en julio de ese año tuvo un nuevo encuentro con Santos, esta vez durante una cumbre presidencial en la ciudad de Brasilia.
El presidente colombiano mantiene una “relación fluida” con Mujica, pese a pertenecer a diferentes orientaciones ideológicas. “Está trabajando para el bronce y ojalá tenga éxito”, reflexiona el ex guerrillero tupamaro al defender lo realizado por Santos.