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La nueva directora de TV Ciudad, Alejandra Casablanca, participó el lunes 14 en la conferencia Comunicación, política y democracia: la mal llamada ley de medios, organizada por el colectivo +Igualdad. Allí se refirió a la realidad de los medios públicos en Uruguay, y afirmó que los recientes movimientos, sobre todo en Televisión Nacional (TNU) y en las radios públicas, “tuvieron una visión político-partidaria”.
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También opinó que para concretar la ambición del presidente del Servicio de Comunicación Audiovisual Nacional, Gerardo Sotelo, de crear una especie de BBC uruguaya, se requieren unas “inversiones impresionantes que el país no está en condiciones de garantizar”.
Para Casablanca, el Frente Amplio aceptó dichos “mentirosos” sobre que los medios públicos “no eran de todos los uruguayos (o montevideanos), sino del gobierno de turno”, y le faltó dar más “discusión”.
Por otro lado, defendió la transmisión del programa de TV Ciudad La letra chica, que, según dijo, permitió que el canal tuviera por primera vez en la historia un contenido que compitió en las mediciones de raiting con los medios privados. “Se sufrieron diferentes ataques por considerar que era un programa partidario. Y sacando rarísimas excepciones (que tuvieron más protagonismo del gobierno nacional que del propio Frente Amplio), La letra chica intentó traer a otros protagonistas, que también son parte de cómo construimos un cambio cultural desde los medios públicos”, opinó.
En cuanto al proyecto de ley de Servicios de Difusión de Contenido Audiovisual, que pretende sustituir a la actual norma conocida como “ley de medios”, Casablanca sostuvo que “muestra a las claras una manera de ver la comunicación como una mercancía al mejor postor”.
En ese sentido, dijo que “la concentración mediática es cada vez más grande”, sobre todo a escala radial, y que el papel que le otorga a la Unidad Reguladora de Servicios de Comunicaciones (Ursec) “es prácticamente nulo”. Además, indicó que el proyecto implica “un claro retroceso en lo que refiere al servicio que los medios deberían dar”.
“Es de público conocimiento que, apenas ingresó al Parlamento, ese proyecto de ley era conocido en los pasillos como la ‘ley Romay’. Se señalaba por los propios legisladores que el proyecto venía redactado por aquellos vinculados a cables del interior y a los grandes medios”, sostuvo.