El gobierno defiende el proyecto Neptuno “con uñas y dientes”, pero para especialistas falta información desde la perspectiva ambiental
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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáEl temor respecto a la posible falta de abastecimiento de agua potable es una problemática instalada históricamente en Uruguay a la que parece no encontrársele una solución clara. Mientras el gobierno intenta abordar la situación a través de alternativas que resulten económicamente viables, desde la academia insisten en que hasta el momento no se ha analizado lo suficiente la perspectiva ambiental de cada una de esas propuestas.
En ese sentido, hoy se manejan varias iniciativas, tales como el proyecto Neptuno impulsado por las autoridades oficialistas, que pretende instalar una planta potabilizadora en Arazatí y tomar agua del Río de la Plata; o la construcción de una represa en Casupá, una opción que si bien quedó en un segundo plano, todavía no fue del todo descartada. Es por eso que el 9 de agosto compareció ante la Comisión de Medio Ambiente del Senado el doctor en Ciencias Biológicas e investigador del Departamento de Ecología y Gestión Ambiental del Centro Universitario Regional del Este (CURE) Guillermo Goyenola, con el objetivo de exponer su visión y “poner los temas ambientales arriba de la mesa”.
Según consta en la versión taquigráfica a la que accedió Búsqueda, el experto aseguró que el sistema de gestión uruguayo no ha sido capaz de transitar cambios significativos hacia la mejora de la calidad del agua, por lo que resulta “imprescindible” aplicar medidas para detener el deterioro de los ecosistemas y recuperar la calidad ambiental perdida.
“La OSE es el organismo que genera presión a los sistemas acuáticos por extracción en cantidad y por afectación en calidad, y esto ha hecho que haya estado dispuesta a tomar medidas que no serían las preferibles”, cuestionó Goyenola. El especialista se refirió en esa línea al trasvase entre cuencas (en relación con el que se hizo en Laguna del Cisne desde el arroyo Solís Chico en 2021, y que fue muy cuestionado debido a sus potenciales impactos ambientales); pero también mencionó la construcción de embalses y el uso de biocidas, un punto que según dijo está siendo considerado por la empresa estatal.
“La situación ha llegado a un punto en que se está considerando utilizar biocidas en las propias fuentes de agua para poder solucionar problemas que luego las usinas de potabilización no podrían llegar a procesar”, advirtió Goyenola. Esto, para el experto, muestra que actualmente la OSE “se ve obligada” a recurrir a estrategias que no son sustentables ambientalmente para poder tener suficiente agua segura para la población.
Consultado por Búsqueda, Goyenola afirmó que “entiende la presión a la que está sometida” la OSE, al tener que ser capaz de brindar un producto con la más alta calidad sanitaria, pese a las condiciones en las que se encuentran los cuerpos de agua. Es por eso que desde hace años las autoridades han barajado la idea de intervenir directamente en las fuentes y aplicar estrategias de gestión que permitan adelantarse a la problemática, siendo una de ellas el uso de compuestos derivados del sulfato de cobre.
Según dijo, se trata de un elemento que auspiciaría de herbicida y tendría la intención de eliminar las floraciones en origen. Sin embargo, el uso de este tipo de compuesto está desaconsejado desde hace varias décadas en todo el mundo, debido a que el cobre constituye un “contaminante complejo”, al ser un metal pesado con efecto acumulativo que genera resistencia en los organismos.
“Hay una comisión técnica integrada por la Universidad de la República —en la que participo como representante de la academia—, el Ministerio de Ambiente y la OSE que desde hace un tiempo analiza y pone sobre la mesa este tipo de propuestas, aunque hasta el momento no han sido aprobadas”, sostuvo Goyenola. Esto, a su entender, da cuenta de las dificultades a las que se enfrenta hoy la OSE para procesar por medios tradicionales la suficiente cantidad de agua potable con la calidad adecuada.
“Tratando de encontrar soluciones, la OSE está en una búsqueda sin rumbo y probando todo lo que le ofrecen”, cuestionó el experto, al referirse a algunas de las alternativas que trascendieron en los últimos años, como la introducción de especies exóticas o la utilización de ozono en los propios cuerpos de agua. “Cuando hay tanta necesidad de tener una fuente segura de agua, hay muchas propuestas poco escrupulosas que plantean alternativas que tienen gran rédito económico pero poca espalda científica”, señaló.
Respecto al proyecto Neptuno, que el propio ministro de Ambiente, Adrián Peña, dijo que defendería “con uñas y dientes”, Goyenola afirmó que hace falta mayor información y documentación consolidada para que se lleve adelante una discusión profunda. Es por eso que el 19 de julio representantes del CURE enviaron una carta a la directora nacional de Aguas, Viviana Pesce, a la que accedió Búsqueda, en la que solicitaron diferentes documentos vinculados al abastecimiento de agua potable en el sistema metropolitano. Se trata de elementos tales como estudios de factibilidad del proyecto Arazatí, informes sobre otras alternativas como Aguasur o Hazen, consultorías a OSE y documentos elaborados por la Gerencia de Agua Potable de la empresa sobre Neptuno, ninguno de los cuales han sido puestos a disposición pública, y que permitirían al Consejo Regional de Recursos Hídricos del Río de la Plata y el Frente Marítimo evaluar las opciones más convenientes. Sin embargo, hasta ahora no han tenido ninguna respuesta, por lo que desde el CURE también decidieron cursar una solicitud de acceso a la información pública el 10 de agosto.
“La impresión es que hay ideas concretas como el proyecto Neptuno, pero que no se analizan en profundidad y que tienen muchos puntos débiles. Y si tiene fortalezas, no están bien explicadas”, opinó Goyenola. Según dijo, “se necesitan proyectos más sólidos” para atacar problemas tan relevantes y estratégicos para el país.
Días después acudió al Parlamento el director de OSE por el Frente Amplio, Edgardo Ortuño. Pese a las numerosas convocatorias por parte de los senadores a todo el directorio del organismo, el jerarca se presentó solo y no fue acompañado durante la instancia por el presidente de OSE, Raúl Montero, o la vicepresidenta, Susana Montaner. Esto molestó a los representantes de la coalición oficialista, quienes decidieron retirarse de la sala, por lo que Ortuño debió comparecer solo frente a los senadores de la oposición.
Antes de irse, el senador colorado Germán Coutinho manifestó su discrepancia respecto a cómo se había manejado el tema “para que esté solo un director” y argumentó que no quería marcar un precedente que genere que en el futuro se celebraran sesiones que “no nutran a una comisión”.