—Nosotros tenemos la tranquilidad que hicimos un trabajo de base en los cuatro años. Un trabajo de base a nivel de recorrida con todos los dirigentes en todo el país y en Montevideo. En cada departamento tenemos varios dirigentes que quieren ser diputados. En Montevideo tenemos 25 que abren listas. Eso es a lo que es parte de estructura. En la parte programática tenemos la tranquilidad de haber hecho el Congreso Ideológico del partido, y nosotros a su vez pusimos en funcionamiento los observatorios, que han tenido una repercusión muy importante. Lo que estamos haciendo ahora es el armado de la parte de comunicación electoral y ahí lo que estamos trabajando es en dos conceptos esenciales. El primero es comprometernos a resultados. Dejar de lado la discusión ideológica. Durante no sé cuánto tiempo estuvieron en no sé cuántas discusiones ideológicas, disputas teóricas, pero al final, cuando llega el momento de la verdad, la realidad se impone. Entonces, nosotros lo que queremos hablar es de un gobierno por resultados. Y en la campaña decir: bueno, nos vamos a comprometer a hacer esto, esto, esto y esto en este tiempo. El concepto es gestión por resultado.
—¿Pero cómo hace esto de no debatir lo ideológico cuando se puede dar en la campaña esa discusión entre la izquierda por un lado y los partidos “conservadores”, como se afirma desde el Frente Amplio?
—No vamos a entrar de vuelta en una disputa ideológica. A ver, toda la ideología del Frente Amplio la dejaron de lado y se volcaron a promover la inversión, la inversión extranjera, un montón de cosas. No vamos a discutir más si son buenos o malos los bancos, si son buenos o malos los inversores extranjeros. Se abrazaron cuando trajeron a Montes del Plata, Arauco y Stora Enso. Se abrazan a Aratirí y entregan sin exigir las cosas. Entonces, vamos a entrar a los resultados, porque acá todo el mundo habla y nadie se compromete. Nosotros tenemos el concepto de que la gente cuando vota contrata. Contrata a alguien para que trabaje para vivir mejor. Por ese contrato nos queremos comprometer a determinados resultados.
Lo otro que queremos hacer es empoderar a la gente. Es decir, que sea la gente la que identifica los problemas. Eso es lo que hicimos en estos cuatro años, a cada lugar al que fuimos preguntamos ‘¿che, qué es lo que falta?’. Para eso tenemos un equipo para hacerlo. Bajar la edad de imputabilidad es un objetivo; apuntar a una rebaja numérica sustancial de los homicidios, copamientos y rapiñas.
—¿Y cómo piensa hacer eso?
—El año pasado hubo 284 homicidios, 289 el año anterior. Eran 199 históricamente. Vamos a bajar a la cifra media histórica y esa es la meta del ministro del Interior. Tolerancia cero con la pasta base. Hacer como en Nueva Zelanda: a la tercera afuera. Cometiste una rapiña, sos primario y tenés el acceso a la libertad anticipada; cometiste una rapiña por segunda vez, ya no tenés libertad anticipada. A la tercera, ahí sí, agarrate porque vas a estar 20 años. La sociedad te da una, dos oportunidades, pero a la tercera afuera.
—¿Está pensando, por tanto, en endurecer las penas?
—Sobre esto sí, para los reincidentes. En educación pensamos en un mínimo de 200 días de clase. Un compromiso de aumentar las escuelas y liceos de tiempo completo. Evaluación de estudiantes y docentes continua. Carrera docente vinculada a rendimientos, cumplimiento de programa y asiduidad. En economía, eliminación del IRPF para las horas extras. Eliminación del IASS. Son U$S 150 millones. No bajamos el IVA y en su lugar eliminamos el IASS. Se mantienen los Consejos de Salarios pero se introduce el concepto de productividad. Auditoría a las transferencias del Mides y planes de transición para sacar a los más pobres del sistema de transferencia. Todo esto es empoderar a la gente y gobernar por resultado, es decir, llegó la eficiencia al Uruguay. Otro compromiso es que haya una ambulancia en cada pueblo de Uruguay. ¿Qué son? ¿200 ambulancias? Una ambulancia cuesta U$S 35.000, son U$S 7 millones. ¿Les parece que no se puede cumplir? Miren el presupuesto de ASSE.
—¿Y en relaciones exteriores, se plantea objetivos de este tipo?
—Reducir a la cuarta parte los embajadores de confianza. En vez de 21 como son hoy, no más de cuatro o cinco, y esos serían los cargos de confianza para Buenos Aires, Brasilia, Washington y tal vez Madrid. Restaurar la carrera profesional en el servicio exterior exigiendo el inglés y máximo de 35 años al ingresar. También hay que plantear un Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, aunque sé que está difícil que ellos quieran de vuelta. Otro compromiso es dejar sin efecto el Tratado con Argentina sobre intercambio de información tributaria y doble imposición e integrar los comité de la OCDE (Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos).
—¿Y en materia económica, piensa en seguir la línea mantenida hasta ahora?
—La apertura al mundo, el control del déficit fiscal, el cuidado de la macroeconomía, el cuidado de la inflación lo dice hoy Bergara, lo decía ayer Bensión, antes Mosca y antes de eso De Posadas. ¿Cuáles son las variaciones? No vamos a sacar el impuesto al consumo, y vamos a subir el mínimo no imponible del IRPF y tratar de alivianar este impuesto al que trabaja.
Otro compromiso de gestión bien claro es la descripción de cada uno, con una visión más empresarial. El secretario de la Presidencia es el gerente general, el que se ocupa de que las finanzas estén en forma es el ministro de Economía, tenemos varios jefes de Producción (Ganadería, Industria, Turismo). Tenemos otras líneas de área social, como Trabajo, Vivienda, el Mides. El ministro de relaciones exteriores es el gerente comercial.
—En educación, Tabaré Vázquez y Raúl Sendic dijeron que estaban dispuestos a declarar esencial la educación, ¿haría lo mismo?
—Creo que es un mal comienzo cuando uno va a buscar un acuerdo y dice que lo va declarar esencial. La esencialidad está en nuestro ordenamiento jurídico, de manera que no es un descubrimiento. Lo que sí nos parece a nosotros es a encontrar una vuelta a un gran acuerdo nacional de educación. En diciembre mandé cartas a tres grupos de personas. La primera se la mandé a la presidenta del Instituto de Evaluación Educativa, Alex Mazzei, y la mujer me contestó en 24 horas. Me dijo que llevara mi equipo que nos iban a mostrar lo que estaban haciendo. Impecable. Y la verdad que están avanzando bien. El segundo grupo de cartas se lo mandé a todos los precandidatos a la Presidencia, diciéndoles estas son mis propuestas, y les propuse hacer un gran pacto sobre educación. Solo me contestaron dos: Jorge Larrañaga y Tabaré Vázquez. Este dijo que sí que hay que trabajar más allá de la coyuntura.
Ahora queremos avanzar con Vázquez y Larrañaga, y estoy convencido de que podemos encontrar una solución. Vázquez salió a respaldar nuestra idea de los 200 días de clase. Larrañaga salió a decir que quiere un pacto sobre educación.
La tercer carta fue al presidente del Senado. El reglamento dice que si cinco senadores pedimos que se levante el receso y se fije una sesión, el presidente del Senado tiene que fijar una sesión para eso. Estamos esperando que el presidente cumpla con el reglamento, estamos seguros de que va a cumplir.
—Usted habla de un pacto político, ¿y qué hace con los sindicatos?
—El artículo cuarto de la Constitución dice que la soberanía radica en la nación y se manifiesta a través del cuerpo electoral. Uno de los proyecto de ley es que terminemos con el cogobierno. Creo que hay que restablecer el principio en el cual nos ponemos de acuerdo en el sistema político y designemos profesionales. Dejemos representantes gremiales, con voz pero sin voto.
—Algunos pueden decir que “si ahora con un gobierno del Frente Amplio se producen determinados conflictos sindicales, imaginate lo que puede ser con un gobierno colorado o blanco”, ¿cómo enfrentaría eso?
—Siempre fue así. En los gobiernos blancos y colorados los gremios tenían su peso. Nosotros no vamos a estar ni del lado de los gremios ni del lado de los empresarios, sino del interés general. Estamos armando un equipo ahí, tenemos mujeres sindicalistas. Nuestro coordinador de campaña es quien fue ministro de Trabajo con 33 años en el 85, Hugo Fernández Faingold. Lo otro es que hay algunos que quieren crear esa suerte de convencimiento de que vamos a una peronización en Uruguay. En Argentina hay un convencimiento de que solo el Partido Justicialista puede gobernar. Ese es un argumento para votarnos, justamente, para que no haya una peronización de la política en Uruguay y que los gremios de empresarios y trabajadores representen sus intereses y nosotros representaremos el interés general.
—Las encuestas vienen dando al Partido Colorado dentro de un mismo escalón 14-16%. Más allá de la interpretación que ustedes han hecho, esas encuestas no muestran un escenario de crecimiento, ¿cómo interpreta eso, que el Partido Colorado no crezca?, ¿es como dicen algunos, porque hay una “ala batllista” muy débil?
—Ese 14%, 15%, 16% es una buena base para empezar la campaña electoral. La vez pasada empezamos con ocho y faltando un mes nos daban el 10%. En segundo lugar, en la última encuesta de Equipos, nosotros pedimos que se preguntara no solo por partidos sino también por personas. En esto último nos da que nosotros votamos por encima del partido, 19% y los candidatos del Partido Nacional votan por debajo del partido (22% Jorge Larrañaga y Luis Lacalle Pou). No es que se equivoquen los encuestadores, es que preguntan por partido y no por candidato. Cuando se pregunta por candidato tenemos una posibilidad muy cierta de ganar. Es sobre lo que tenemos que trabajar, porque si bien es muy importante la interna, ¿la hora de la verdad cuál es? Es decir, Nacional le tiene que ganar a Oriente Petrolero (en la primera fase de la Copa Libertadores), pero después tiene que jugar la copa. Yo sé que hay que pasar por esa intancia, hay que ser cuidadoso y no confiarse y hay que respetar. Nosotros medimos además el techo. Cuánto voto probable tenemos: teníamos en setiembre un voto probable del 38% y ahora nos da el 50%. Hubo un crecimiento del voto posible.
—¿Qué evaluación hace respecto al caso Pluna y la manera en que se posicionó la oposición?
—A mí me tocó en el Senado seguir el asunto e intervenir, siempre reconociéndole al senador Carlos Moreira la derecha en el tema porque fue el que lo llevó siempre. Creo que se hizo un buen trabajo llegando hasta donde se tenía que llegar. En el Parlamento hicimos todas las advertencias, sobre el valor de las aeronaves me dijeron de todo.
—¿Esto tiene impacto en la campaña, lo ve como un tema central para la gente?
—Creo que va a tener impacto en la campaña porque nadie puede asegurar que en un gobierno no va a haber hechos de corrupción. Lo que uno puede asegurar es que si hay hechos de corrupción, que se va a proceder de forma adecuada. Es decir, quien esté implicado en un acto de corrupción no puede seguir en el cargo. Sea el caso de Pluna o el caso que sea. Me parece que la reacción del Frente Amplio no ha sido buena. Por qué, porque tolera que el señor Calloia, con un pedido de procesamiento en su contra, esté presidiendo el banco más grande del país. En segundo lugar organizan marchas al ex ministro Lorenzo. Todo esto va a impactar en el Frente Amplio porque su eslogan de campaña era “un gobierno honrado, un país de primera”.
—¿Usted dice que hubo corrupción en este caso?
—No sé si hay corrupción. Eso depende de la Justicia. Sí hay una acusación de un fiscal y un pedido de procesamiento por violación a las normas penales.
—¿Y cómo impacta esto en el sistema político?, Los tres grandes partidos han tenido problemas de este tipo y la gente puede decir que son todos iguales.
—De nuevo, ninguna organización en ningún lugar del mundo puede asegurar que alguno de sus miembros se vaya a desviar. Lo que tiene que asegurar es que si alguien se desvía tomará las medidas adecuadas: si hay un pedido de procesamiento, separación, si hay un procesamiento y una condena posterior, sanciones que van desde la amonestación, suspensión o expulsión (del partido).
—A lo largo de los años, la izquierda ha manejado mucho el tema de la lucha contra la corrupción, ¿cómo se va a comunicar esto que pasó desde su visión?
—A mí me parece que no hay que hacer campaña con lo de Pluna. Alcanza con que los periodistas informen y los jueces actúen. El Poder Judicial ha actuado independientemente. El Ministerio Público pidió el procesamiento de un ministro de Economía y de un presidente del Banco República. ¿Yo le tengo que estar recordando a la gente que hay una persona con un pedido de procesamiento? ¿Hay algún uruguayo que no se enteró todavía? Lo que sí voy a decir es lo que haríamos en esa situación. Así lo hemos hecho también. Cuando vino el pedido de procesamiento para (el ex intendente de Artigas y ex diputado) Carlos Signorelli ,Germán Cardoso lo votó a favor, y era nuestro.
—Visto que la Corte Electoral terminó por aprobar al Partido de la Concertación para competir en Montevideo, ¿cree que puede haber más experiencias en otros departamentos?
—Para bailar el tango se necesitan dos. Nosotros creemos que tenemos que enfocarnos en lograr un consenso para tener un tercer candidato, cosa que ya estamos conversando y ver la posibilidad de repetir esta experiencia en otros lugares del país. Es un muy buen instrumento y la gente de Maldonado y Rocha lo está pidiendo. Creo que con la misma responsabilidad que escuchamos al pueblo de Montevideo tenemos que escuchar al pueblo del interior.
—¿Esto es la semilla para que blancos y colorados se junten?
—No. Esto es una forma de utilizar el sistema electoral vigente en beneficio de una propuesta y para que los ciudadanos se pronuncien mejor. A nivel nacional está el balotaje y a nivel departamental no.
Política
2014-01-16T00:00:00
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