La encuesta, realizada entre el 22 de febrero y el 3 de marzo a 1.002 personas vía telefónica, también analiza el respaldo o rechazo al matrimonio homosexual según ideología y respecto a quién votó en la última elección.
Desde el punto de vista ideológico, entre quienes se autodefinen como de izquierda el 69% está a favor y el 25% en contra. Los de centro-izquierda se dividen entre el 64% que está a favor y el 22% que está en contra. Entre los de centro el 57% está a favor y el 28% en contra. El 48% de quienes se definen como de centro-derecha respalda al proyecto y el 41% lo rechaza. Por último, entre los de derecha el 28% apoya y el 60% está en contra.
Al analizar la opinión teniendo en cuenta al partido que votó en las últimas elecciones, surge que en el Frente Amplio quienes respaldan la iniciativa son el 64%, en el Partido Nacional el 46% y en el Partido Colorado el 35%.
En cuanto al nivel educativo, quienes cursaron solo primaria son quienes más se oponen a la medida, con el 45% en contra mientras que a favor está el 41%. En tanto, entre quienes tienen secundaria, el 60% apoya el proyecto y esta cifra sube al 67% cuando se trata de personas con estudios terciarios.
Quienes no tienen ninguna religión son los que están más a favor de la iniciativa (67%). El 57% de los que se definen como católicos pero no practicantes también da su respaldo. En tanto, entre los practicantes católicos el 34% apoya y entre los que practican otra religión solo el 26% da su respaldo.
Al evaluar los resultados de la encuesta, Adriana Raga, directora de Cifra, dijo que “lo más importante es que los datos muestran que la opinión no es algo puntual que se deba a la discusión de este proyecto sino a una tendencia cultural con raíces mucho más profundas”.
“Los más jóvenes son menos contrarios que los mayores. Los jóvenes de ahora son más liberales en términos sociales, son menos políticos y, en algún sentido general, son más sociales y culturales”, dijo.
“Esto significa que en los próximos años la opinión favorable probablemente aumentará. Es muy difícil que la gente cambie en este tipo de temas. En otros temas sí es más común que la gente cambie de opinión, pero en estos, que son más culturales, no suelen cambiar cuando van envejeciendo. Puede suceder que alguien estando en la izquierda, luego pase a la centro-derecha y luego a la derecha. Hasta el centro inclusive hay una clara mayoría a favor de la legalización. Incluso la centro derecha está a favor y solo la derecha está opuesta”, añadió Raga.
Sin embargo, aclaró, quedan otros temas relacionados que “son potencialmente más problemáticos, como la adopción/tenencia de hijos. En esta encuesta no se preguntó por cuáles derechos y deberes estarían asociados al matrimonio de personas del mismo sexo. Probablemente haya más discrepancias sobre los detalles que sobre el concepto general”.
“Si preguntáramos por el hecho de que un homosexual sea maestro de primaria, no sé qué respuesta recibiríamos de la gente, pero imagino que sería mucho más dividida”, dijo.
Del resultado de la encuesta, Raga dijo que queda claro que los “hombres tienen un problema con la homosexualidad”.
Respecto a la cuestión política, deberían ser los votantes del Partido Nacional quienes más se opusieran al proyecto, comentó. “Esto no es así quizás por el electorado un poco más envejecido de los colorados, y la posición de los liderazgos. El Partido Nacional está dividido en el tema y eso puede repercutir en la opinión del electorado”, explicó.
“Este es un tema casi nuevo, lo cual hace hasta casi sorprendente que haya una posición tan favorable. Creo que eso habla de que estamos en bastante contacto con el mundo. Igual no creo que sean temas tan decisivos, que la gente esté muy embanderada y defina su voto por esto. Puede llegar a suceder en el futuro; ahora lo que define son cosas más básicas porque tenemos lo que consideramos temas más urgentes”, añadió.
La nueva ley.
Con la aprobación del proyecto en la Cámara de Diputados ayer, miércoles 10, Uruguay será el segundo país en América Latina en reconocer el matrimonio entre personas del mismo sexo. El primero fue Argentina en 2010. También hay otros diez países que han legislado en la materia: España, Holanda, Bélgica, Canadá, Sudáfrica, Noruega, Suecia, Portugal, Islandia y Dinamarca. Además, existe este derecho en seis estados de Estados Unidos, en la capital de México y uno de los estados de ese país y en un estado de Brasil. Setenta y un diputados votaron a favor pese a que el texto aprobado por el Senado tenía errores; entre ellos hacía referencia a un artículo inexistente.
El artículo primero modifica el 83 del Código Civil, definiendo el “matrimonio civil” como la “unión permanente, con arreglo a la ley, de dos personas de distinto o igual sexo”.
Luego se modifican distintos artículos del Código Civil en los que cambian las expresiones “marido” y “mujer” por “contrayente” y “cónyuge”.
El artículo 10 de la ley introduce otro de los cambios más importantes, según los legisladores. Es que se modifica el numeral tercero del artículo 187 del Código Civil, que hasta ahora establece que el divorcio se puede pedir por sola voluntad de la mujer. La nueva redacción indica que será “por la voluntad de cualquiera de los cónyuges”.
También se introducen normas sobre la posibilidad de alternar el orden de los apellidos en los hijos, y cambios respecto a la adopción o la concepción por fecundación in vitro.
Diferencias.
Así como hubo largos debates en el Parlamento, también hubo discusiones entre organizaciones sociales.
El colectivo Ovejas Negras sostuvo en un comunicado que la aprobación de la ley es “un gran paso hacia una sociedad más justa e igualitaria”.
“Muchas y muchos uruguayos nacimos en un país donde ser gay, lesbiana y trans equivalía a estar enfermo, ser amoral, o hasta una desgracia familiar y social. Frente a esta realidad injusta, un puñado de hombres y mujeres se dedicó a luchar por la visibilidad y la defensa de la diversidad sexual. Esta lucha de décadas abrió el camino a todo un ciclo de conquistas legales, como la aprobación de la unión concubinaria, la reforma integral del sistema de adopción, y la ley de cambio de sexo registral. Un ciclo que ahora se cierra con la aprobación del proyecto de matrimonio igualitario”, se afirmó en un comunicado.
Una postura opuesta mostró la Iglesia Católica. El Consejo Permanente de la Conferencia Episcopal del Uruguay difundió un texto en el que afirmó que la ley es “un nuevo retroceso” para el ordenamiento jurídico, “que ha fundado su existencia en el respeto y la defensa de la institución familiar, base constitucional de nuestra sociedad, núcleo de amor y solidaridad recíprocos y abierta a la generación de la vida en su seno”.
En un mismo sentido opinó un grupo de manifestantes que el lunes 8 realizó una marcha en contra de la iniciativa. Ese día, unas cien personas se concentraron en la puerta de la Ciudadela. Subidos a una camioneta, tres jóvenes leyeron una proclama. Antes realizaron una marcha de dos cuadras cantando consignas como: “A ti legislador, esto tiene un costo, jugá con la familia y ya no tendrás mi voto”, “familia es, marido y mujer, ninguna otra cosa que nos quieran imponer”.
Los tres jóvenes dijeron que venían a “defender a la familia” que “sustenta el ser nacional”.
“Sin atacar a ninguna otra forma de relación, venimos a defender a la familia abierta, de los hijos, a su desarrollo y a su educación, y junto a ella al matrimonio, unión afectiva, corporal y plena entre varón y mujer”, añadieron. “Venimos a decir que queremos parar la decadencia asociada a la ambigüedad del todo es igual, contraria a la dignidad y la justicia”.