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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáEn el Nº 1.822 de Búsqueda del 2 de julio pasado, en la página 45, leí una carta titulada “Los perros y los ruidos molestos”, en la cual el autor presentaba un problema igual al que padezco desde hace ya un tiempo.
Diría, que salvo algunas apreciaciones, era como si la hubiese escrito yo.
Vivo en la calle Presidente Gral. Óscar Gestido entre las calles Gabriel Pereira y Guayaquí, en Pocitos.
En una vivienda sita en Guayaquí esquina Gestido, cuyos fondos colindan con el mío, hay 3 perros que aturden todo el día con sus ladridos. Lo hacen sin cesar durante horas y horas.
Quiero creer que están solos casi todo el día y sus dueños no perciben el desastre sonoro que provocan.
Por lo general comienzan sus conciertos de ladridos antes de las 8 de la mañana, y siguen sin parar durante 3, 4 y 5 horas. Luego de breves minutos, no más de 15, reinician su sesión de ladridos. Días pasados ladraron durante 12 horas de corrido, entre las 8 y las 20 h.
Como cualquier persona normal puede imaginarse, la situación ya se torna insoportable.
Hoy en día, en mi casa, uno se despierta, desayuna, almuerza, lee, escucha música, escribe, conversa y cena, con un concierto canino de fondo.
El problema radica en que a la nula preocupación de los dueños, se suma un vacío normativo y legal, que aunado a la maraña burocrática, nos deja totalmente indefensos.
Ni la Policía ni la Intendencia Municipal de Montevideo (CCZ, Alcaldía, Municipio CH) tienen solución, ni aparentemente atribuciones.
En el Municipio CH bajo la Alcaldía del Sr. Luján no atendían los teléfonos ni de mañana ni de tarde.
En la Defensoría del Vecino, amablemente atendido, me indicaron: A) que no podían hacer nada; B) que había una ley aprobada hace un tiempo, que al no estar reglamentada, no se aplicaba. (En Uruguay para todo hay una ley, pero se aprueban y no se aplican, ya sea por falta de reglamentación, como en este caso o por ser impracticables, como la disposición sobre las heces de los perros, por falta de contralor. Aunque claro, la orina contra las puertas, por ahora se ve que es libre.)
Las soluciones que me indicaron fueron: A) recurrir a la Comisión Honoraria de Bienestar Animal, a donde he llamado a diferentes horarios y nadie atiende los teléfonos; B) recurrir a los Centros de Mediación, los cuales están situados en la periferia, no hay ninguno desde el Centro hasta Carrasco (la zona más poblada), amén de lo extenso del plazo de toda acción judicial.
Expuesta la indefensión ciudadana, sería positivo que todos aquellos que tuvieran problemas similares se contactaran, para ver si puede interesarse tanto a las autoridades como a los propietarios de las mascotas para asumir sus responsabilidades.
Carlos A. Altoberro Olano
CI 740.346-1
PD: Mientras escribía esta carta, ya estaba soportando 5 horas de ladridos.