Pionera todo terreno

escribe Silvana Tanzi 
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Su imagen quedó asociada a la función pública como jurista, política y ministra. Pero detrás de su figura seria de lentes gruesos, siempre vestida de falda y chaqueta oscuras, había una mujer familiera y muy audaz, que llegó a ocupar puestos de poder y decisión allí donde las mujeres nunca aparecían. La trayectoria de Adela Reta (Montevideo, 1921-2001) fue fecunda y dejó huella no solo en los lugares en los que actuó, sino también en las personas que la conocieron. Sus múltiples facetas están representadas en la muestra Constructora de futuro, que se inauguró el 9 de julio, fecha de su nacimiento, y se exhibirá hasta el sábado 31 en el Auditorio Nacional del Sodre que lleva su nombre.

Especialista en derecho penal, Reta fue la primera mujer catedrática de esa disciplina en la Universidad de la República, cargo que le obligaron a abandonar durante la dictadura, por ser defensora de presos políticos, y que retomó cuando volvió la democracia. Antes, en 1965, había sido ministra de la Corte Electoral y dos años después presidenta del Consejo del Niño. Presidió también la Comisión de Derechos Humanos del Partido Colorado y durante el primer gobierno de Julio María Sanguinetti (1985-1990) fue ministra de Educación y Cultura, y al comenzar la segunda presidencia de Sanguinetti asumió la dirección del Sodre, cargo que desempeñó hasta un año antes de su muerte.

La tarea de sintetizar en una muestra una figura con tantas aristas fue un desafío para Constanza Rivero, su curadora. Fotógrafa y licenciada en Artes Plásticas y Visuales, Rivero trabaja hace cinco años en el Área Educativa del Museo de Arte Precolombino e Indígena (MAPI). Es este su primer trabajo como curadora y cuando el Consejo Directivo del Sodre se lo ofreció, no dudó en aceptarlo. “Tengo 31 años y conocía muy poco de Adela Reta. Fue superinspirador haber descubierto su trayectoria. Descubrí una referente, una mujer que marcó la historia del país y que me inspiró. Adela vivió en una época difícil para hacer todo lo que hizo y ocupar esos lugares de poder. Entonces, ¿cómo yo no me iba a enfrentar a este reto?”, comentó a Búsqueda en un recorrido por la exposición.

Para resolver la parte visual, Rivero pensó en el formato acordeón, similar al que tenían los libros antiguos (liporello) y así construyó grandes paneles blancos que adoptan esa estructura “quebrada”. Y para resolver cómo presentar la trayectoria de Reta, decidió segmentarla en cuatro ámbitos: educación, política, cultura y vida personal. “Sentía que se la conocía por lo que fue como figura política y pública, pero poco en lo personal. Me pareció importante porque era una persona muy humanista y sencilla y ese testimonio tenía que estar”.

El primer obstáculo que encontró Rivero para armar la muestra fue la falta de archivos. “En el Archivo Nacional de la Imagen y la Palabra, que pertenece al Sodre, me pasaron todo lo que tenían y era poco. Había algunos discursos, unas diez fotos y un homenaje por los 50 años de su profesión. Estuve el mayor tiempo de investigación en las instituciones en las que trabajó y me sorprendió porque hay muy poca información sobre ella. Por mi formación no tengo una lectura profunda de la historia, pero Adela Reta me hizo empezar a estudiar la historia del país. Por eso la muestra tiene mucho texto, porque me apasionó descubrir un personaje del que quería saber y saber”.

Finalmente, Rivero se apoyó en los archivos de prensa que guardaba la familia y los ordenó cronológicamente. Encontró notas desde 1956. Ese año, El Diario publicaba una nota con el título: La doctora Adela Reta es la primera mujer en una cátedra de la Facultad de Derecho. Acompañaban la nota fotos de Reta en el Teatro Universitario donde recibió homenaje. La muestra tiene también fotos en blanco y negro que exhiben a la “otra” Reta: la niña, la adolescente y la joven. Y están los testimonios de quienes convivieron con ella muy de cerca en lo profesional, en la amistad o en la familia.

Una de estas personas fue Milton Cairoli, quien la conoció como estudiante en la Facultad de Derecho. Él destaca sus dotes de docente y maestra en el área penal. “Uno de sus logros más importantes para nuestro país fue su trabajo para que se reconociera la Convención Americana sobre Derechos Humanos o Pacto de San José de Costa Rica, que se transformó en la Ley 15.738 el 13 de marzo de 1985, primera ley sancionada en el gobierno del doctor Sanguinetti”, dice su testimonio y finaliza con un recuerdo por fuera de la profesión: “Un día me confesó que a veces llamaba a mi casa solo para escuchar la dulce voz de la niña que le respondía en el grabador, una hija mía de cinco años”.

Por su parte Sanguinetti, para quien Reta fue un pilar de sus gobiernos y una amiga personal, señala que por encima de todo en ella estaba su “vocación de servir, de nunca rehuir la responsabilidad de la ayuda al semejante, de estar siempre junto al más débil, al postergado por el prejuicio o golpeado por la adversidad; incluso la de asumir el compromiso partidario sin mirada estrecha ni fanatismos, con un batllismo esencial que respetaron tirios y troyanos”.

Cuando Beatriz Argimón estaba en el Directorio del Instituto Nacional del Menor, y se discutía la baja de imputabilidad de adolescentes en el Parlamento, vivió el enfrentamiento dentro de su partido por este tema. Al final de un día pesado de negociaciones, recibió el llamado de Reta: “Quiero decirte que voy a acompañarlos en esta cruzada, teniendo un debate muy duro en la interna de mi partido; lo voy a hacer porque estoy absolutamente convencida. Quiero acompañarte en el debate que sé que también tú vas a tener en la interna de tu partido y ponerme a tus órdenes”. Ese es el recuerdo que eligió para destacar en el texto que aportó para esta muestra.

“Adela pertenecía, junto a mis padres y otros jóvenes buscadores e inquietos, a un grupo del Liceo Francés que ahora en la distancia veo como transformador y de avanzada. Desde que nací y antes, Adela venía sola, con su hermana Julie o con otros cotidianamente a casa de mis padres. Siempre era un momento de amor, humor, que daba alegría y fuerza en la vida”, escribió la coreógrafa uruguaya Graciela Figueroa. Ella la recuerda como fundadora del Teatro Universitario y de allí en más en varios proyectos de teatro independiente. “Cuando yo ya dirigía un grupo de jóvenes, Adela nos invitó a bailar al Consejo del Niño. Nos inició en ese contacto tan fundamental y significativo, y seguimos intercambiando con esa institución. Cuando se enfermó mi hermano (que era su ahijado) necesitábamos unos remedios nuevos y tuve la oportunidad de ver su fluir, su ayuda y familiaridad, cercanía y curiosidad también en el ambiente científico con la materia y las personas”, agrega.

Foto: Nicolás Garrido / Búsqueda

La tía Adela

Es difícil imaginar a las figuras públicas de entrecasa o tomándose unas copas en algún cumpleaños o de chancletas en la playa. Mucho más difícil es imaginarse en esas situaciones a Adela Reta. Sin embargo, en esta exposición el aporte de la familia fue fundamental, no solo por el archivo de prensa y fotográfico que aportó, sino por las anécdotas que hacen de Reta una figura más cercana.

Una de sus descendientes es nieta de un primo hermano de Reta y se llama casi igual: Anella. Periodista en la Agencia France Press desde hace 16 años, fue la candidata en la familia para redactar el texto que figura en la muestra. “Yo tenía una entrevista que le había hecho para una clase de facultad a Julia Sara, la hermana de Adela. Ahora cuando leí esa entrevista me pareció un desastre, pero tenía buenas anécdotas y recuerdos. Para mí era importante que Julia Sara estuviera presente de alguna forma en la muestra porque fue un pilar fundamental para Adela, que no tenía pareja ni núcleo familiar. Su núcleo era su hermana y estuvo siempre a su lado”, contó Anella a Búsqueda.

Ella sentía un cariño de abuela por Adela y por Julia Sara. Las recuerda en la Floresta cuando se instalaba la familia los tres meses de verano. “Cuando mi padre tenía 17 años, vivía en Mercedes y Adela le ofreció venir a estudiar acá para los estudios terciarios. Mi padre se vino a la casa de ellas. Eran las tías pero lo terminaron de criar. Para mí fue una relación de abuelas”.

Para Anella había un temple y una seriedad de Reta que siempre mantenía por su exposición pública, pero en la intimidad le gustaba divertirse y era muy sociable. “Tenemos filmaciones de cumpleaños con sus amigas, todas disfrazadas y bailando coreografías. Una de sus amigas más cercanas era Carmen, la mamá de Graciela Figueroa. Ella era una persona superdivertida y muy teatral. Recuerdo que después de tomar algo al mediodía se iban a la galería de la casa y recitaban, cantaban y bailaban. Muchas amigas eran o fiscales o jueces y se ponían gorritos de cotillón”.

El año pasado, con la cercanía del centenario, la familia se puso a revisar el archivo de fotos, los recortes de prensa y documentos que guardan en cajas. Y entonces las más jóvenes se dieron cuenta de quién había sido Adela Reta. “En el momento la disfrutábamos, pero no nos dábamos cuenta de la magnitud de su figura. La fuimos descubriendo de adultas. Vimos videos de ella dando entrevistas y nos regresó su forma de hablar, su tono, sus pausas. Esa forma de ser lo trasladaba a todo. Nos quedamos muy sorprendidas por lo mucho que no sabíamos”.

Entre las curiosidades de esta Reta íntima está su gusto por la navegación. Fue sobrina de Félix Sienra, regatista que compitió en los Juegos Olímpicos de Londres en 1948, quien le enseñó a navegar cuando vivían en Pocitos. Y con él muchas veces se escapaba. “Hay una anécdota de una vez que se escapó a navegar con Félix y empezó a caer bruma y les costó regresar. Cuando llegaron al muelle estaba el padre de Adela esperándola enojado. Y era un hombre enorme. Ella fue muy audaz desde adolescente”.

Cuando falleció Reta el archivo quedó en manos de su hermana, que murió nueve años después. Ahora la familia sabe que tiene un material valioso, incluso entrevistas que tal vez los medios no conservan, y que en algún momento piensan ordenar para poder presentarlo en un formato que permita conservarlo mejor. “Lo que está en la muestra es el uno por ciento de lo que tenemos”, dice Anella.

La exposición ha estado acompañada de mesas redondas donde se abarcó el múltiple perfil de Reta, y desde el jueves 15, un mural realizado por el artista Alfonso Villagrán, del colectivo Artisforlovers, adorna la fachada que queda en Uruguay 830, junto a una entrada de servicio del Auditorio.

Antes de que termine julio hay que ir y descubrir a esta pionera todo terreno y entender por qué el principal auditorio del país lleva su nombre.

Vida Cultural
2021-07-21T22:45:00