“Vemos mucho más activo a Ancap en el negocio del hidrógeno verde. (…) UTE está viendo que todos los consumos se están electrificando y piensa que desde ese punto de vista está cada vez mejor”, declaró a Búsqueda el presidente de la Asociación Uruguaya de Energías Renovables (Auder), Marcelo Mula.
Alegó que UTE es “muy escuchada” en el ámbito político para consensuar posturas porque es una de las principales empresas públicas que reportan ganancias a Rentas Generales y eso “demora” las decisiones que hacen a las reglas para el desarrollo de los negocios del sector privado. “Ancap, por una necesidad de supervivencia que la hace mover y buscar soluciones, está más activa, generando, por ejemplo, una Gerencia de Transformación Energética”, contrapuso el ejecutivo.
A su vez, cuestionó que UTE “no está dando la discusión” sobre el nuevo modelo de negocio que han dado las empresas eléctricas en el mundo, que “ya no es vender energía” sino gestionar “las redes y cobrar peajes”. En ese punto, consideró que “hay un defasaje” sobre cómo los privados ven que UTE tiene que “adecuarse” y lo “muy lejano” que ese tema se encuentra en el ente. “Cada vez que hay un tema importante en el que hay que avanzar (sobre regulación, por ejemplo) nos dicen que UTE lo está demorando”, sostuvo Mula. Insistió: “Cuando la decisión es política surgen las diferencias, (…) pero no te podés perder el tren porque UTE diga que puede bajar la venta de energía”.
Para el titular de la Auder, la normativa es lo que “mueve” al sector eléctrico y, con esa premisa, planteó que la Unidad Reguladora de Servicios de Energía y Agua (Ursea) “tome el mando y tenga un rol mucho más protagónico en ese tipo de cosas”.
“Picar primero”
Para la gremial que reúne a distintos agentes del sector de las energías renovables, Uruguay puede “picar primero” en la carrera de ser el proveedor latinoamericano de energía verde a Europa a partir de la ventaja competitiva de haber descarbonizado prácticamente su matriz eléctrica. Ahora, tras consolidar esa primera transición energética —que hizo a inicios de la década pasada—, entrar a jugar en las grandes ligas de los planes de descarbonización mundial hacia el 2050 dependerá de que se concreten los proyectos de producción de hidrógeno verde y combustibles sintéticos que están en danza, como el de la multinacional HIF Global en Paysandú y la alemana Enertrag en Tambores.
“Se abre una posibilidad brutal, de pasar de ser un país agroexportador a ser un exportador de combustibles verdes para sustituir el petróleo. (...) Tenemos el (nuevo) petróleo, que es la energía renovable”, agregó Mula. Y añadió: “Uruguay puede picar primero, seguramente el volumen de producción que puedan tener Chile, Argentina, Brasil o Colombia va a ser superior, pero Alemania tiene interés de empezar por Uruguay”.
El ejecutivo se refirió al acuerdo de cooperación en energías renovables, eficiencia energética e hidrógeno verde que celebró Uruguay el martes 18 en el marco de la cumbre Celac-Unión Europea y que tiene como objetivo la neutralidad de carbono para el 2050. Es un “pacto histórico que tendrá la promoción de la industria del hidrógeno verde como uno de sus pilares”, tuiteó el Ministerio de Industria (MIEM).
Para analizar los desafíos y las oportunidades que el sector tiene por delante, Auder promovió la puesta en común y el análisis de los temas “clave” en los que el país debe avanzar con éxito hacia la segunda transición energética en el IX Congreso Latam Renovables, efectuado en el auditorio del Latu entre ayer miércoles y hoy jueves 27. Allí se informó sobre el impacto y la medición de los nuevos proyectos de H2 verde en términos de uso sostenible del recurso agua; la necesidad de ajustar la regulación para que los privados puedan celebrar contratos de energía entre sí; y adecuar la normativa a medida que los países centrales definan los requisitos y los modelos de certificaciones de los nuevos productos.
Pero el camino hacia la segunda transición energética todavía no cuenta con un acuerdo multipartidario, como el que sustentó la primera transformación desde 2010, y es algo que la gremial señala como un asunto pendiente. “La política de Estado está en el ambiente, pero falta un acuerdo, una hoja de ruta que diga: ‘Vamos por este lado’. Porque el tema es no perder tiempo. Es hasta algo de marketing, un diferencial en la región que nos puede posicionar también”, fundamentó Mula.
”Tenemos condiciones óptimas, fruto de la naturaleza, también fruto de decisiones de mucho tiempo, podemos discutir si el sector privado tuvo que participar más, si menos o más regulación, cómo se paga, pero además de la naturaleza, hay algo que en el mundo cada vez vale más, y es la certeza, el respeto a la ley y a los contratos”, aseguró el presidente de la República, Luis Lacalle Pou, en la apertura del evento donde se mostró partidario de lograr un consenso político sobre el tema energético para el largo plazo.
Más renovables
El propósito de desarrollar la industria del hidrógeno verde que el gobierno se trazó —y que viene siendo promocionada como H2U con éxito sobre todo en Europa— implicará, de aquí al 2040, multiplicar por 10 la generación de energía renovable, señaló el titular de la Auder. Actualmente, entre los parques eólicos y solares Uruguay acumula dos gigavatios (GW) de capacidad; ese salto significaría pasar a 20 GW, lo que requeriría una inversión de US$ 20.000 millones, señaló Mula.
Se prevé que una primera fase en ese camino sea la exportación de combustibles sintéticos y fertilizantes verdes. “Es una oportunidad muy grande” para el sector privado, que será el principal jugador y desarrollador de los proyectos de inversión, agregó.
“Estamos viendo cómo estos proyectos de hidrógeno verde requieren una inversión grande (…) en generación de renovables, que va a ser privada”, dijo en la misma línea el ministro de Industria, Energía y Minería, Omar Paganini.
Para que eso se concrete, según el titular de Auder, es preciso visualizar la “nueva oportunidad” para el sector de energías renovables, que están en el primer eslabón de la cadena del hidrógeno verde, como las proveedoras de la nueva industria.
Alegó que en este momento la “necesidad” no es de Uruguay (como fue cuando el país descarbonizó la matriz eléctrica) sino del mundo para sustituir el petróleo con derivados del hidrógeno verde para mover barcos, aviones y autos. “Nos metimos en el mundo de los grandes consumidores de energía, vamos a ser los propulsores de la descarbonización suministrando —junto con los países de la región— energía verde desde el hemisferio sur” a las economías del norte, destacó con entusiasmo.
“Estamos en la primera ola, tenemos que subirnos. (…) La tecnología se está desarrollando y la normativa se está escribiendo y definiendo”, ilustró, refiriéndose al sentido de la “oportunidad” que está en juego. Mula mencionó, además de la conveniencia de sellar un acuerdo multipartidario, que el sector privado precisa que se termine de aggiornar la regulación. En concreto, se refirió a la firma del decreto sobre el reconocimiento de potencia firme a las fuentes renovables no convencionales. “Uruguay tiene que terminar de firmar ese decreto para darles una señal a los inversores de que eso ya no es un problema, porque se va a necesitar. UTE no va a poder invertir 20 GW de energía eléctrica nueva para suministrar a los proyectos grandes de H2 verde, serán acuerdos entre privados” los que lo hagan posible, sostuvo.
El sector privado estaba expectante de que UTE anuncie cómo va a incorporar nueva generación de renovables al sistema en los próximos años.
El miércoles 26, en el Congreso Latam Renovables, la presidenta de UTE, Silvia Emaldi, dijo que el ente invertirá US$ 100 millones en instalar 100 megavatios de energía solar.
Sobre el primer contrato de venta de energía entre privados, que recientemente firmó Coca-Cola con el parque Albisu de Salto, dijo que no pudo usar ese beneficio de la potencia para las renovables, que se prevé otorgar en el decreto. “Esas son cosas que pueden inviabilizar los proyectos”, comentó.
Algo que es “peor todavía”, dijo, es que en la Ley de Inversiones la energía fotovoltaica no está promovida luego de algunos cambios introducidos en este período de gobierno.
