N° 1948 - 14 al 20 de Diciembre de 2017
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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáNo hubo mayores sorpresas en la última reunión del año del Comité de Política Monetaria de la Reserva Federal (Fed, por su abreviación en inglés) de Estados Unidos (EE.UU.) que tuvo lugar entre el martes 12 y ayer miércoles 13. El banco central decidió aumentar la tasa de fondos federales en 25 puntos básicos hasta un rango de entre 1,25% y 1,50%, en el que constituyó el tercer aumento de la tasa de política monetaria de este año y quinto desde que en diciembre de 2015 se comenzó con el actual ciclo alcista.
Para Uruguay y para toda la región el mensaje que emergió de la Fed es sumamente positivo ya que asegura que las excepcionalmente benignas condiciones financieras internacionales actuales se mantendrán durante la mayor parte de 2018. Pero en un tiempo eso cambiará y es mejor estar preparados para cuando ello ocurra.
La expectativa del mercado estaba centrada básicamente en la actualización de las proyecciones económicas y de tasas de interés que trimestralmente realiza la Fed, y en lo que iba a decir su presidenta, Janet Yellen, en lo que seguramente fue su última conferencia de prensa al frente del organismo dado que será sustituida en el cargo al final de su mandato en febrero.
Comenzando con la actualización de las previsiones económicas y de tasas de interés, ahora la Fed espera que la economía de EE.UU. crezca 2,5% este año (frente al 2,4% que se había estimado en setiembre) y 2,5%, 2,1% y 2,0% en los siguientes (frente al 2,1%, 2,0% y 1,8% previsto antes). Básicamente, el ajuste refleja los mejores resultados del tercer trimestre, así como la incorporación de los efectos del paquete de rebaja impositiva que está por aprobar el Congreso. Por su parte, el comité dejó incambiada en 1,8% su proyección de crecimiento potencial para la economía estadounidense a largo plazo.
En buena medida como consecuencia del mayor crecimiento que ahora se espera a corto plazo, la Fed redujo sus previsiones para la tasa de desempleo esperada tanto en este año (a 4,1% en lugar de 4,3%), como en los tres próximos años (a 3,9%, 3,9% y 4,0% para 2018, 2019 y 2020, respectivamente, en comparación al 4,1%, 4,1% y 4,2% que había estimado en setiembre).
A pesar del leve repunte proyectado para el crecimiento y de la mayor “estrechez” prevista para el mercado de trabajo, la Fed dejó sin cambios sus proyecciones de inflación (1,5% para 2017, 1,9% para 2018, 1,9% para 2019 y 2,0%, respectivamente, para 2020).
De la misma manera, mantuvo sus proyecciones de tres subas adicionales de 25 puntos básicos de la tasa de fondos federales en 2018 (lo que la llevaría al nivel de 2,1% como rango central) y otras dos subas más en 2019 (hasta 2,7% como rango central). Además, aumentó a 3,1% su expectativa para la tasa de fondos federales en 2020, en lugar de 2,9% (lo que podría implicar dos subas adicionales en vez de una como había previsto en setiembre). Finalmente, dejó sin cambios (en 2,8%) la proyección de largo plazo para la tasa de fondos federales.
Además de la suba de la tasa de fondos federales, el comité confirmó que se aumentará el programa de reducción de los activos adquiridos durante la etapa de quantitative easing, como estaba previsto, a US$ 20.000 millones por mes a partir de enero en lugar de los US$ 10.000 millones por mes actuales, hasta llegar eventualmente a US$ 50.000 millones por mes en octubre del año que viene.
En definitiva, el mensaje del comité y de Yellen en su última conferencia de prensa es que la Fed se mantiene en su objetivo de un ajuste gradual de la política monetaria en los próximos trimestres, confiando en que la inflación se moverá lentamente al alza hasta alcanzar el objetivo de 2% en los próximos dos años, a pesar de la situación de prácticamente pleno empleo del mercado de trabajo. De hecho, la ausencia de inflación llevó a que dos de sus miembros —los presidentes de los bancos de la Reserva Federal de Minneapolis y de Chicago— votaran en contra de subir ayer la tasa de fondos federales. Hacia adelante, mucho más relevante que la tasa de desempleo será el nivel de inflación, así como el ritmo de incremento de los salarios nominales. Mientras estas dos variables no muestren una aceleración significativa y de manera sostenida, no habrá cambios en la “normalización gradual” de la política monetaria en la que está embarcada la Fed.
Desde la perspectiva de Uruguay y otros países de la región, mientras no haya un aumento de la inflación en EE.UU. seguirá habiendo “plata dulce” para gastar, independientemente de que la misma se use para financiar déficits fiscales y consumo en lugar de inversión. Siempre queda la esperanza de que otro sea el que tenga que pagar la cuenta, porque es seguro que esta en algún momento llegará.