Pueblo anfibio

Esta es la historia. En Colombia existe un pueblo en el agua, se llama Nueva Venecia y tiene su propio estadio de fútbol. Aunque en realidad, esta historia es solo una isla en el archipiélago de historias que conviven dentro de este documental del cineasta uruguayo Emiliano Mazza de Luca, quien anteriormente dirigió, junto a Mónica Talamás, Multitudes. Porque Nueva Venecia, 16 años atrás, fue el escenario de una masacre en la que 39 pescadores fueron asesinados por paramilitares de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC). El motivo: supuestamente estos pescadores eran colaboradores de la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN). La tragedia condujo a los sobrevivientes hacia otras zonas del país pero, al no encontrar trabajo, se vieron obligados a regresar a las casas de madera que flotan sobre las aguas de la ciénaga de Pajarales, que forma parte de la Ciénaga Grande de Santa Marta, de una extensión de 4.900 kilómetros cuadrados. La cámara de Mazza se integra a este alucinante escenario, bello y trágico, viaja en canoa, explora las aguas, las viviendas, se mete en una clase donde la gran mayoría de los alumnos varones declaran su deseo de convertirse en futbolistas, en estrellas de fútbol. El impecable trabajo de fotografía rescata el caleidoscópico fluido de colores que se refleja en las aguas, en calma o agitadas, pavimento líquido por donde circulan precarias embarcaciones con nombres que se parecen más a expresiones de deseo. Las imágenes son impactantes: la luz ambarina del sol se cuela entre las ventanas, los niños juegan al fútbol sobre las tablas, la pelota que cae al agua, los cerdos nadando en los establos acuáticos. Y el estadio, la cancha, que los pobladores de Nueva Venecia intentarán reconstruir. Y, si todo sale bien, lo reinaugurarán con un partidazo entre los dos equipos locales, que se visten como Barcelona y Real Madrid. El relato avanza y el pasado negro y el presente dificultoso de este pueblo de colores vivos emerge poco a poco, a veces de forma difusa, por medio de una carta, un testimonio, una conversación entre vecinos en la peluquería o delante de la iglesia que, como la cancha, el estadio, es la única obra en tierra firme.