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Los cruceristas bajan en el puerto, recorren el casco viejo, se suman a recorridas por el día a bodegas y embarcan hacia el próximo destino. Para los operadores turísticos, se trata de dar una excelente primera impresión a los visitantes en esas pocas horas de estadía, para que piensen en volver a Uruguay. De hecho, fueron unos 300.000 que llegaron el año pasado y ayudaron a superar por primera vez la barrera de los cuatro millones de turistas.
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Con eso en mente, el Ministerio de Turismo (MT) prepara la mudanza de su sede a la Ciudad Vieja —un local del ex Lloyds Bank—, para dejar libre el edificio que hoy ocupa en la entrada al puerto; allí se instalará la primera terminal de cruceros del país. Los operadores turísticos confían en que esto ayudará a recuperar los niveles de arribos, que cayeron en los últimos años.
El MT había anunciado la llegada de 165 cruceros para la temporada 2017-2018 (que empieza en noviembre y usualmente termina en abril), lo que significaría 15 más que en la anterior. También se habló de unos 300.000 cruceristas para fines de 2017, una cifra algo más cercana al récord de 2012 (412.000).
Y para la temporada que comenzará en noviembre próximo, la expectativa anunciada es lograr el atraque de 186 barcos.
“Esa es una cifra importante. Es un turismo que muestra rápidamente una postal de Uruguay para motivar a la persona a que vuelva con más tiempo o con su familia, o que comente entre sus amigos para que alguno más aparezca. Es una primera imagen del destino para después fidelizar. Y generalmente entre los brasileños, que son los que más usan cruceros, se está dando eso. Es una carta de presentación”, dijo a Búsqueda Juan Martínez, presidente de la Cámara Uruguaya de Turismo.
“Pero están viniendo menos” cruceros a Uruguay, agregó. “Muchos armadores ven la zona un poco cara y van a otros destinos como el Caribe. Es un tema regional. En Chile también están perdiendo cruceros. Trasladar al Cono Sur los barcos es costoso y no estamos siendo competitivos. Muchos, a pesar de que iban a venir, no tocaron puerto y siguieron de largo. Eso también nos pega”, señaló el empresario.
Retroceso
Aun sin los datos de la última temporada, la información oficial muestra hasta ahora una caída en la cantidad de estos visitantes así como una baja en el gasto hecho en el país.
En la temporada 2016-2017 habían llegado a Montevideo y Punta del Este 150 cruceros. Por una baja en la circulación en ambos puertos, eso significó un descenso de casi 7% respecto a la anterior. Y es el dato más bajo desde 2008. El pico histórico fue en 2013 con 237 naves que recalaron en la costa uruguaya.
“Se ve una pequeña disminución en la cantidad de escalas, que no depende tanto de Uruguay sino de la región. Uruguay está con uno de los mejores costos pero ha pasado que parar un barco en Argentina y Brasil es muy elevado. Y Uruguay es parte de ese circuito”, explicó Andrea Cambón, de la agencia de turismo Buemes, la principal operadora local en este rubro.
“Es el gobierno de cada país el que determina los costos de atraque en cada puerto. El MT se viene reuniendo con las autoridades de los puertos de Argentina para trabajar los cruceros en conjunto, porque si un barco deja de venir toda la región se ve afectada. Y algo se está logrando: este año se consiguieron tarifas más baratas. Si todo sale bien podrán volver a hacerse la cantidad de escalas de hace unos años. En la temporada que viene van a mejorar los números porque hay compañías que están apostando al destino, Sudamérica es muy atractivo”, sostuvo.
Son cuatro compañías las que más llegan a Uruguay: MSC, Costa, Royal Caribbean, y NCL. En la próxima temporada regresará Crystal y se sumará Viking River. Esto podría detener la caída que se viene arrastrando en la cantidad de cruceristas que llegan al país. En 2016-2017 la baja fue cercana a 18% (fueron 260.704). Fue la cuarta temporada consecutiva de caída y marcó, además, el segundo peor año desde 2008 (cuando llegaron 247.120 turistas).
El gasto también viene disminuyendo. En la temporada 2016-2017 los cruceristas gastaron US$ 9,8 millones en Uruguay, 12% menos que en la anterior. Es la cifra más baja desde 2008 y está lejos del pico de US$ 20,9 millones de 2011.
Sin embargo, no hubo una caída del gasto promedio por persona. En la última temporada cada crucerista gastó US$ 38 en el país, 7% más que la anterior. Y, aunque está lejos del récord de US$ 59 de 2011-2012, supone el segundo año consecutivo de aumento. Para Cambón, la creación de una terminal de cruceros incrementaría dicho gasto así como la cantidad de empresas dispuestas a embarcar en Montevideo (hoy solo lo hace una).
La futura terminal empezará a construirse una vez que el MT mude su sede, a mediados de este año, y se estima que estará operativa para la temporada 2019-2020, informaron en enero al semanario Crónicas jerarcas de la Administración Nacional de Puertos. La inversión a cargo de ese organismo rondaría el millón de dólares.
“La cantidad de cruceros sería la misma pero la terminal permite un embarque más ágil y de calidad. Si vienen a Montevideo para embarcar, se trata de un volumen grande de gente que tiene que pagar una noche de hotel para estar el día anterior y llegar a tiempo. El gasto y el tráfico se incrementarían. Hoy para embarcar hay que ir con la valija hasta el muelle y subir una escalera. En Punta del Este no se embarca por el tipo de puerto que es: hay que tomar una especie de lancha hasta el barco, que para más adelante por el calado que trae. Así no es posible subir con el equipaje”, explicó.