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Como Robocop sin carne. Como Cortocircuito sin ruedas. Como WALL-E sin Eva. Como Terminator sin viajes en el tiempo. Como E.T. sin teléfono para llamar a casa. Hay varias conexiones. Incluso puede verse una relectura de Frankenstein y Blade Runner en Chappie, la tercera película del director Neill Blomkamp, una comedia de acción y ciencia ficción futurista sobre el primer robot inteligente y sensible del mundo. Chappie es el nombre que recibe el explorador número 22, un autómata policía de Johannesburgo que es usado por una pandilla de caricaturescos y letales traficantes: Ninja, Yo-Landi y Amerika (Ninja,Yo-Landi Visser y José Pablo Cantillo). Sharlto Copley, actor fetiche y amigo de Blomkamp desde los años de la secundaria, da voz y vida al robotito. Como Andy Serkis interpretando a Gollum en El señor de los anillos y César en las nuevas versiones de El planeta de los simios, Copley se calzó un traje de captura de movimientos y, a partir de la interacción con los demás actores, los artistas de efectos especiales superpusieron a la criatura digital. El resultado tiene el asombroso y esperado realismo de esta clase de producciones.
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Está claro que Blomkamp no le teme a nada, ni siquiera al ridículo. El realizador de origen sudafricano se dio a conocer mundialmente con Sector 9, siniestra y vibrante historia de acción mutante y escenas de tono documental sobre la convivencia entre humanos y alienígenas en Johannesburgo, una brillante exploración sobre la naturaleza humana y una de las mejores películas de ciencia ficción de los últimos años. Manejando un presupuesto mayor y con la presencia de estrellas consagradas, siguió por la senda distópica en Elysium, relato más predecible, de consumo rápido, ambientado en un futuro en el que la gente rica vive en una lujosa estación espacial y los pobres sobreviven entre enfermedades y trabajos miserables en una Tierra convertida en favela tóxicamente sobrepoblada, contaminada y arruinada. No estaba mal, pero hacía ruido.
Mientras trabaja en una nueva versión de Alien, con Chappie regresan asuntos ya vistos en las dos producciones anteriores. Criminalidad agravada, registros con tenor de documental, muestras de una sociedad fragmentada, encontronazos entre el hombre y la máquina. Y se suma un problema que se notaba en Elysium: el encadenamiento de las escenas. Al comienzo, cuando se trata de acción, es sencillamente prodigioso. Luego, cuando el relato pretende ser más intimista, acercándose al robot, al creador de la inteligencia artificial que le confiere conciencia (Dev Patel), y mostrar cómo evoluciona hacia una entidad capaz de emocionarse y sentir, las escenas se atropellan y se estancan. Como un niño, con ingenuidad y entusiasmo, el robot, adoptado por los criminales, adquiere conocimientos sobre atracos, algo de lenguaje callejero y es tuneado como corresponde, lo que genera algún momento divertido. El director y su esposa y coguionista Terri Tatchell también se reservan líneas para el sentimentalismo, que a veces suenan demasiado manidas y vergonzantes. Dibujados con trazo grueso están los personajes de Hugh Jackman, ambicioso ex militar hambriento por sacar su prototipo de mega-super-robot-asesino y Sigourney Weaver, la directora de Tetravaal, la compañía que puso en las calles a los robots policías (el nombre de la corporación refiere al título de un corto del director, Tetra Vaal, con máquinas muy similares a los exploradores de este filme)
Nota aparte merece la presencia de Visser y Ninja (nombre real: Watkin Tudor Jones), cuyo aporte sobrepasa lo actoral. Pareja fuera del cine, son el componente principal del grupo electrónico de rap, hip hop y rave Die Antwoord (“La respuesta” en afrikáans), explosivo combo freak musical que, por el momento, es la representación globalmente más conocida de la llamada contracultura zef. La actitud satírica, provocativa y naíf está en la base del zef, disfuncional mezcla de estilos que implica vestirse con ropa de colores chillones y pasada de moda, junto con elementos de la cultura gangsta (alhajas excesivas y brillantes), y un regodeo con cultura pop de los 80, las artes marciales (incluyendo las armas) y el submundo carcelario. Del mismo modo que al robot protagonista, la grotesca e impulsiva energía de Die Antwoord va tiñendo la estética de Chappie, conquistando la banda sonora, los escenarios, el tempo del largometraje, que vuelve a la acción adrenalínica sobre el final. Y aunque es evidente que Blomkamp parece haber perdido un poco el norte y ya no le quedan cortos propios para reciclar, todavía mantiene vivas las intenciones de asombrar y emocionar.
Chappie. Estados Unidos, México, 2015. Dirección: Neill Blomkamp. Guión: Neill Blomkamp y Terri Tatchell. Con: Sharlto Copley, Ninja,Yo-Landi Visser, José Pablo Cantillo, Dev Patel, Hugh Jackman, Sigourney Weaver. Duración: 120 minutos.