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Ellas caminan por Sunset Boulevard emperifolladas en Chanel, Louboutin, Dior, Givenchy y otras marcas en bolsos, zapatos, blusas, perfumes, lentes y demás artefactos. Vistas así, en un plano medio, parecen las heroínas de un western, pero en realidad son unas descerebradas. Eso sí: todo lo que llevan puesto se lo han robado a las celebridades. Relojean en Internet que Orlando Bloom se haya ido a un rodaje fuera de la ciudad o que Paris Hilton se encuentre en Las Vegas en una fiesta y entran en sus mansiones que, por lo visto, en materia de seguridad, al menos hasta ese momento, estaban en la edad de la inocencia. Después, como no podía ser de otro modo, van a discotecas, se encajan tóxicos varios, pegan grititos de alegría y suben a Facebook las fotos con sus botines.
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La historia ocurrió realmente. Las cuatro adolescentes, con ayuda de un similar masculino, afanaron durante un buen tiempo a varias celebridades de Hollywood mientras las cámaras de seguridad registraban sus travesuras. En total se llevaron cuatro millones de dólares. Sofía Coppola lo leyó en la revista “Vanity Fair” y le hincó el diente. En un país del tercer mundo sería un policial pastabasero. En los Estados Unidos es una historia de glamour reventado.
Adoro la fama es corta y muy tajante. Vemos los ambientes que rodean a cada adolescente, a sus padres, o mejor dicho la ausencia de sus padres, aunque estén presentes. Vemos las mansiones deshabitadas, las chicas probándose ropa, colgándose joyas, chequeando los celulares de última generación, manejando autos caros. Pero todo lo que se extiende a diestra y siniestra es un vacío existencial, un desierto, miseria humana. Y esa nada que grita y rechina es lo que le interesa a la hija de Francis, que está habituada a confeccionar relatos quietos pero significativos, básicamente con personajes solitarios como en “Perdidos en Tokio” (2003) y “En un rincón del corazón” (2010).
Hay una notable película de Bertrand Tavernier, “La carnada” (L’ appat, 1995), con una banda de adolescentes que cometen tropelías similares. Los captura la Policía, claro. En la maravillosa escena final, después de declarar en la comisaría, la muchachita que integra el grupete dice con total inocencia: “¿Ahora me puedo ir?”. Salvando las distancias entre una realización y otra, existen unas cuantas similitudes.
“Adoro la fama” (The Bling Ring). EEUU, 2013. Escrita y dirigida por Sofia Coppola. Con Katie Chang, Israel Broussard, Emma Watson, Claire Julien, Taissa Farmiga. Duración: 90 minutos.