“En Uruguay la relación entre los sectores público y privado es la que tiene que ser. El gobierno se dedica a abrir mercados, poner reglas claras y dejar que los empresarios inviertan”, opinó.
En la década pasada llegaron al país firmas de origen argentino para producir granos, principalmente soja, e incorporaron el sistema de siembra directa (que implica una técnica de laboreo reducido del suelo), el uso de semillas transgénicas resistentes a herbicidas y plagas, y una organización de perfil empresarial.
El área de cultivo de soja pasó de 16.000 hectáreas en 2002 a casi un millón en 2011 en la agricultura local.
Chiesa, que es productor ganadero y agricultor de la zona de la Pampa, dijo que “Uruguay ofrece ventajas importantes para una nueva metodología de integración de capital, que son los pooles de siembra”.
“Pese al menor volumen de quilos por hectárea que se obtiene en un campo uruguayo, acá no se pagan retenciones (impuestos) a las exportaciones, como sí ocurre en Argentina, donde la soja paga 35% y el maíz 27%”, destacó.
Consideró que “en la relación costo-beneficio cruzar el Río de la Plata resulta una ventaja comparativa bastante interesante”.
“Ya muchos fueron a Bolivia y a Paraguay, y Uruguay tiene zonas donde es factible hacer agricultura y bien”, añadió.
Respecto al sector cárnico, ese productor se quejó de “la visión de política interna que tiene el gobierno argentino de priorizar el mercado interno y no tener exportaciones, a lo que se suma un retraso cambiario y retenciones de 15%”.
“Hoy el que exporta carne en Argentina es un patriota, porque es hacer patria y nada más”, advirtió.
Otra consecuencia de las limitaciones a las exportaciones de carne y los controles de precios en el mercado interno que aplica el gobierno argentino es que el país vecino no cumplió con los envíos de carne dentro de la cuota Hilton (a la Unión Europea) en los últimos cinco años, según los ruralistas. “Eso implica divisas que entrarían al país para el sector agropecuario y para la sociedad en su conjunto. En vez de incentivar la producción se están perdiendo oportunidades”, se lamentó Ferrero.
Por eso, ese dirigente rural resaltó que en los discursos de la clausura de la Expo Prado, que organizó la Asociación Rural del Uruguay (ARU) entre el miércoles 5 y el domingo 16, tanto el presidente de esa gremial, José Bonica, como el ministro de Ganadería, Tabaré Aguerre, “se focalizan en el potencial de Uruguay para producir más”.
“En cambio, el gobierno argentino no está entendiendo que dejar que el agro se exprese en todo su potencial será beneficioso para el país”, comparó.
Este año, el presidente José Mujica visitó la muestra en tres oportunidades, pero no asistió a su acto de cierre. Sí, participaron el vicepresidente Danilo Astori, el prosecretario de la Presidencia, Diego Cánepa, y el ministro de Vivienda, Francisco Beltrame, entre otros jerarcas.
A la exposición asistió menos público (433.488 visitantes) que en la edición de 2011 (casi 500.000 visitantes), se vendieron más animales en los remates pero por un monto total que fue algo inferior (ver cuadro).
Le va bien.
A la hora de los discursos, la ARU y el gobierno coincidieron en el buen momento que pasa el agro local y en las perspectivas de crecimiento, aunque también hubo algunas discrepancias en cuanto a la competitividad y a ciertas políticas para el sector.
La idea de que el beneficio agropecuario trae aparejado un mejoramiento de la situación económica del país fue uno de los principales objetivos que buscó instalar la Asociación Rural en estos días. Y para eso, en paralelo a la exposición, esa gremial realizó una campaña de difusión en algunas emisoras de radio sobre la importancia de la agropecuaria en la economía.
Algunos de los mensajes difundidos fueron: “Si crece el campo crece todo el país”,“el agro es la locomotora de toda la cadena productiva”, “es el sector de la economía que distribuye mejor la riqueza que genera, porque llega primero a los hogares con menores ingresos”, entre otros.
Basándose en un estudio del departamento de Economía de la Facultad de Ciencias Sociales (ver N° 1.595), la ARU insistió una y otra vez en remarcar el efecto derrame que realizan los diversos rubros del agro en otras actividades como los servicios, el transporte y la industria.
La campaña publicitaria está vinculada a los resultados de una encuesta que encargó esa gremial a fines de 2011 a la empresa Cifra, explicó Bonica en varios medios de prensa.
Seis de cada diez montevideanos fueron a la Expo Prado por lo menos menos una vez en los últimos cinco años, y el 48% de los encuestados fueron dos o más veces a esa muestra, según ese trabajo.
La investigación concluye que ocho de cada diez montevideanos creen que si al campo le va bien al país le va bien.
Los productores agropecuarios advierten que en la interna del gobierno existen sectores que pretenden incrementar la carga impositiva en el agro. El semanario “Brecha” publicó el viernes 7 que colaboradores cercanos al presidente José Mujica estudian aumentar el Impuesto a la Renta de las Actividades Económicas (Irae) con el argumento de que “no tiene sentido que paguen el mismo porcentaje (25%) las empresas que ganan un millón de dólares al año que aquellas que tienen utilidades de 50, 100 o más millones de dólares”.
Directivos de la ARU manifestaron su inquietud por ese asunto al ministro de Economía, Fernando Lorenzo, durante un encuentro con el equipo económico del gobierno el jueves 13 en el marco de la Expo Prado. La respuesta de ese jerarca fue que “no habrá modificaciones de tasas de impuestos”, comentó a Búsqueda un participante en esa reunión.
En la clausura de ese evento Bonica dijo: “Estamos distribuyendo mejor. Cuando hablamos de distribuir tenemos que detenernos, este tema sí es importante”. El principal ingreso para las familias uruguayas es el trabajo, ¿quién da trabajo entonces? Lo da el Estado, pero también lo dan los privados”, comentó.
Y expresó: “Algún día vamos a reconocer, como se merece, la importancia de los empresarios en este país, sean ellos agropecuarios, industriales, comerciantes, o los de los servicios”.
“Los efectos de la actividad agropecuaria traspasan las porteras de los establecimientos rurales y llegan a la agroindustria y se multiplican en todos lados”, señaló.
El ministro de Ganadería, en el acto del sábado 15 coincidió en que “porque al agro le va bien en buena medida le va bien a la sociedad uruguaya”.
“Este discurso no está dirigido exclusivamente a la gente con campo, ni de campo, sino a todos aquellos que aún están en esa fracción no recogida por la encuesta de Cifra y que siguen sin entender la importancia que tiene el sector agropecuario en un país como Uruguay”.
“Afortunadamente, está cambiando eso de que la gente del interior es la gente de afuera”, observó. Y destacó la campaña publicitaria de la Asociación Rural en ese sentido.
Luz amarilla.
La ARU en su discurso pidió al gobierno “rendir más” para mantener la competitividad del agro.
“Este sector en los últimos diez años invirtió, incorporó tecnología, innovó y aumentó la productividad. Entonces cuando decimos que la competitividad es una luz que se empieza a encender como amarilla tenemos derecho a hacerlo, porque ya hicimos otros deberes antes”, manifestó Bonica.
Reconoció que el gobierno cumplió cuando dijo que acompañaría la evolución del dólar y del real, pero “el gobierno puede y debe rendir más en este aspecto”.
“Siempre pedimos reglas claras y estables, algo está pasando, (porque) falta confianza”, indicó.
Reclamó al gobierno la concreción de algunas metas pendientes, como la reforma del Estado, la mejora de la educación y las obras de infraestructura y logística.
Luego Bonica aplaudió la decisión de los ruralistas que “sin temor ejercen sus derechos cívicos e impugnan leyes cuando tienen fuertes vicios de inconstitucionalidad”. Eso dijo en alusión a las presentaciones que hicieron algunos productores agropecuarios ante la Suprema Corte de Justicia en contra de la ley que a fines de 2011 creó el Impuesto a la Concentración de Inmuebles Rurales (ICIR), que grava a los campos mayores a 2.000 hectáreas Coneat 100 (productividad media del país) o su equivalente.