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    Sin estudio ni equipos, el PIT-CNT pedirá un dólar a cada afiliado para poner en marcha su canal, a dos meses del “encendido digital”

    “Demoliciones” es una serie de televisión que cuenta la historia de 13 edificios que van a ser destruidos y de los proyectos que ocuparán su lugar. En capítulos de media hora muestra el trabajo de los técnicos y operarios encargados de tirar abajo las construcciones y recoge testimonios de los vecinos con sus preocupaciones y expectativas.

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    ¿Dónde se puede ver? En Construir TV, el canal de televisión de la Unión de Obreros de la Construcción de Argentina. En su grilla semanal hay más de 25 contenidos, que incluyen hasta una telenovela (“En Pozo”) protagonizada por un hombre que recibe la extraña herencia de un apartamento en construcción y, como no tiene a dónde ir, se muda a la obra y convive con los trabajadores.

    Convencido de la necesidad de tener un canal propio, el PIT-CNT se presentó en 2013 a una licitación que abrió el gobierno para obtener una señal cuando se pasara de la televisión analógica a la digital, una plataforma que ofrece una mejor imagen y permite que haya más señales abiertas. El gobierno le otorgó a la central obrera el llamado canal comunitario, por el que compitió con las gremiales empresariales.

    A poco más de dos meses de que llegue la fecha marcada por el gobierno para concretar el “encendido digital”, no es claro que la central pueda comenzar a transmitir. Los trabajadores aún no tienen el lugar ni el equipamiento necesario, pero su ilusión sigue firme.

    “Hasta que no llegue el día y yo vea que no tenemos nada, no vamos a parar”, enfatizó el secretario de Propaganda y Conflictos del PIT-CNT, Gabriel Molina, que lidera el equipo encargado del canal.

    Giro y VTV, adjudicatarios de los dos canales comerciales en aquella licitación, dicen que tienen la estructura y el financiamiento. Sin embargo, su proyecto también es incierto, ya que, argumentan, la normativa actual les impide competir en igualdad de condiciones con el resto de los canales.

    “Por magia no sale”. 

    El PIT-CNT sostiene que para empezar no es necesario que el canal tenga 24 horas de programación. De hecho, al inicio la única producción propia que proyecta tener es un informativo que se complementará con otros contenidos “prestados” de Uruguay y del exterior.

    De esa manera cree que las necesidades iniciales son: un estudio con una escenografía móvil, una cámara, iluminación, un escritorio, un periodista que sea la cara visible del informativo, un camarógrafo, un operador técnico, un notero en la calle con otro camarógrafo y un móvil.

    Según Molina, es “muy difícil” que el PIT-CNT pueda sostener por su cuenta el canal. Solo esa estructura le costaría a la central U$S 250.000 mensuales.

    Para darle impulso económico al proyecto, contó que en febrero propondrá en la Mesa Representativa que cada afiliado de la central colabore con un bono de U$S 1. Así podrían alcanzar una “inyección inicial” de U$S 450.000 y al mismo tiempo “involucrar más a los compañeros”.

    “Están todos muy optimistas y muy de acuerdo con tener un canal, pero están esperando que las cosas vengan por sí solas, y por magia no sale”, afirmó.

    El PIT-CNT no tiene actualmente ningún lugar que reúna las características necesarias para alojar el estudio. Por eso, Molina relató que por un lado están hablando con algunos sindicatos para ver si es posible conseguir un espacio prestado y por otro se han reunido con representantes de varios estudios para alquilar.

    En el proyecto del canal digital, la central cuenta con el apoyo de varias organizaciones internacionales. El contacto más fluido lo mantienen con el sindicato de metalúrgicos de San Pablo y el sindicato de la construcción de Argentina. Esas dos organizaciones tienen canales de televisión en sus países y Molina cree que, además del asesoramiento técnico que ya brindan, podrían llegar a aportar al PIT-CNT equipamiento para abaratar los costos iniciales.

    Molina también piensa en pedirles a esas dos organizaciones y al canal venezolano Telesur contenidos para que la central uruguaya pueda sumar a su programación. Añadió que en Uruguay hay productores independientes que están dispuestos a aportar documentales, cortometrajes y hasta telenovelas. Algunos artistas que integran el movimiento MPU (Música Popular Uruguaya) también transmitieron al PIT-CNT su disposición a colaborar. Además, Molina dijo que mantienen conversaciones con Daecpu (Directores Asociados de Espectáculos Carnavalescos Populares del Uruguay) para que se puedan pasar algunos espectáculos de Carnaval.

    Igualdad.

    Para las empresas Giro —integrada por las cooperativas La Diaria y Demos— y VTV, que lograron la adjudicación de los canales privados después de un polémico proceso hecho por el gobierno de José Mujica, la situación también es complicada.

    Giro, que ha acusado problemas financieros en varias oportunidades, finalmente logró el respaldo económico para desarrollar su iniciativa. Juan Sartori, que se casó en 2015 con la hija del magnate ruso Dmitri Ribolovlev y es presidente de la compañía Union Agriculture Group, está dispuesto a aportar el dinero necesario, dijeron a Búsqueda distintas fuentes empresariales.

    VTV también cuenta con las condiciones económicas y de infraestructura para comenzar a trasmitir. Sin embargo, ninguno de los dos canales está dispuesto a avanzar si el gobierno no garantiza la igualdad de condiciones entre todos los competidores de la televisión abierta, dijeron fuentes de ambos canales.

    Luego de que en agosto de 2015 todo el marco normativo que permitía el pasaje a la televisión digital cayera debido a un fallo del Tribunal de lo Contencioso Administrativo, según informó ese mes “El Observador”, el gobierno cambió las reglas de juego.

    En un nuevo decreto, el Poder Ejecutivo estableció que en abril se concrete el “encendido digital”, pero no el “apagón analógico”. Eso significa que no se hará el cambio definitivo de una tecnología a la otra sino que ambas coexistirán.

    Los nuevos adjudicatarios argumentan que de esta manera quedan en desventaja frente a los canales tradicionales (Saeta, Montecarlo y Teledoce), que emitirán en ambas plataformas, mientras que ellos lo harán solamente en televisión digital. Eso implica que apenas el 10% de la población podrá verlos porque son los que tiene los equipos necesarios para sintonizarlos.

    La otra opción para Giro y VTV es que el Poder Ejecutivo reglamente el artículo 117 de la Ley de Servicio de Comunicación Audiovisual — más conocida como “ley de medios”—, que asegura que sean incluidos en la grilla de los canales de cable. La televisión para abonados llega al 60% de los hogares. Por eso la reglamentación de ese artículo garantiza que al menos ese porcentaje de hogares pueda sintonizarlos.

    El presidente Tabaré Vázquez dijo en varias ocasiones que esperará que la Suprema Corte de Justicia se pronuncie respecto a los recursos de inconstitucionalidad contra la “ley de medios” antes de reglamentarla.

    En paralelo, la Dirección Nacional de Telecomunicaciones del Ministerio de Industria, Energía y Minería abrió una “consulta pública” sobre el proceso de “apagón analógico” —que termina el 19 de febrero— y la titular de esa cartera, Carolina Cosse, dijo que encontrará una solución a esta tema. Pero en el sector nadie tiene certeza sobre qué sucederá.

    Salvo que el gobierno tome una decisión que modifique la normativa vigente, si los nuevos canales digitales no comienzan a emitir en abril, sus licencias serán revocadas.