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    Superpoblación canina

    Sr. Director:

    , regenerado3

    Los perros, como otras mascotas, somos los seres humanos quienes los domesticamos, quienes los sacamos originalmente de su hábitat para traerlos a vivir entre las personas. Por tanto somos los responsables de que ellos y nosotros podamos convivir de una manera armoniosa, con bienestar para ambos.

    Años atrás en nuestro país existía una solución para la superpoblación de perros. Era la perrera. Todos la recordamos, una manera cruenta, poco efectiva, una solución en los tiempos que corren, medieval. Hace unos años dimos un salto cualitativo importante y pasamos a una solución de acuerdo con la época y los tiempos que vivimos: las castraciones gratuitas a la población de los perros.

    Una solución por demás efectiva que contempla tanto el bienestar animal como el de sus dueños. Y ustedes se preguntarán por qué si es efectiva tenemos una superpoblación de perros como lo dicen las estadísticas y uno puede ver tanto perro abandonado en las calles con los consiguientes problemas que esto ocasiona tanto a las personas como a los mismos perros.

    Me siento ser una persona autorizada para hablar de este tema porque lo conozco en profundidad, y porque he colaborado de forma honoraria durante muchos años en las castraciones gratuitas.

    Para llegar a una verdadera solución en cualquier tema hay que conocerlo en profundidad, y como dice el dicho: “Más vale maña que fuerza”.

    En mi planteamiento me referiré a mucho detalle que aparentando no ser importante, sí lo es. Por eso hay mucho detalle al que me voy a referir que hace al entender el problema y al encontrar una verdadera solución. Si no se saben esos detalles no se entiende el tema y no se sabe por qué las castraciones no han resultado efectivas.

    En la ciudad del interior donde vivo y sé que es así en gran parte del Uruguay. ¿Dónde se reproducen los perros de manera permanente que son abandonados? En los sectores más humildes, barrios que engrosan los cinturones de la ciudad. Casitas que no tienen cerco, en terrenos abiertos por tanto cuando las perras quedan en celo no se las puede tener aisladas y llegan muchos perros durante el celo dejando a la perra preñada. Cuando los dueños de estas perras deciden castrar y se acercan hasta las oficinas de Zoonosis .Allí en vez de encontrar soluciones encuentran trancas y se van sin poder castrar sus perras. ¿Por qué trancas?

    Le exigen la patente que es actualmente 530 pesos. Para una persona humilde que apenas tiene para comer 530 pesos es mucho dinero. Come varios días a base de arroz y fideos con ese dinero. Entre castrar y comer, creo que todos optaríamos por lo mismo: comer y que la perra continúe pariendo. Si bien es cierto que teniendo el hospital público como servicio de salud te da derecho a la patente de un perro gratuita, ahora con el Fonasa mucha gente humilde es de los servicios de salud privados. Además el carnet del hospital te da para una patente gratuita y las familias humildes suelen tener varios perros. Por lo cual podrían castrar una y las otras siguen dando cría 2 veces al año.

    En el caso de que logren solucionar esta primera traba, en mi ciudad Treinta y Tres y sé que en otros departamentos es así también, raramente van a los barrios a castrar, lo hacen pero muy esporádicamente. Castran en un lugar fijo. La castración es una operación en que el perro sale completamente dormido por la anestesia. ¿Cómo una persona humilde que no tiene locomoción, puede trasladar un perro dormido 20 o 30 cuadras?

    Directamente con estos 2 grandes problemas que se le plantean: no castran. Algo tan simple para muchos como pueden ser quinientos treinta pesos y un automóvil para trasladar el perro anestesiado para los más necesitados es imposible. Solo el que ha estado muchos años mano a mano con los más necesitados ayudando en el tema de las castraciones puede entenderlo.

    Cuando llegan a Zoonosis para inscribir su animal para castrar tienen que encontrar del otro lado del mostrador soluciones y no trancas y barreras como es hoy. Es fácil se requiere voluntad, se requiere que quienes están del otro lado del mostrador en Zoonosis estén comprometidos con el tema de los perros y de la superpoblación canina, en definitiva que quieran a los perros. Y no que estén solo por cobrar un sueldo como los casos que conozco.

    Hay que ir a los barrios a castrar semanalmente en horarios que las personas puedan llevar sus perros, algo muy fácil de coordinar por parte del administrativo de Zoonosis que recepciona el pedido de castración. Estas castraciones en definitiva están dirigidas a la gente más carenciada que no puede pagarse un servicio veterinario, pero estas personas terminan sin castrar por los motivos antes expuestos. Quedamos en la misma con los perros en la zona donde no se accede a veterinario: cada 6 meses están dando crías y no menos de 8 o 10 que terminan en las calles o en los refugios. Algo que se pudo evitar si Zoonosis trabajara eficientemente en todo el Uruguay. Y esto último lo demuestra la superpoblacion canina que tenemos.

    Lo que también tienen que entender las funcionaria/os de Zoonosis es que esto es un servicio social y que está especialmente dirigido a los más carenciados no exclusivamente pero especialmente por lo cual en la medidas de sus posibilidades tienen que tratar de encontrar soluciones para que estas personas puedan acceder de manera fácil a la castración. Sin olvidarnos que atender amablemente es esencial si no, la gente no te vuelve, bien sabemos que esto es para todo así.

    Facilitando horarios, lugares, cuidados posoperatorios, impresos, etc., etc., etc.

    Las personas cuando salen de Zoonosis tienen que salir con soluciones, con garantía de que a su perro se lo castra. Esto debería de ser así en cada rincón del Uruguay y le aseguro, Sr. Director, que se termina la superpoblación de perros y los perros abandonados. 

    Otro tema por demás importante es la jauría de perros en la campaña. Cuando los productores se quejan de que una jauría de perros atacó sus majadas yo me pregunto: ¿los perros aparecieron por generación espontánea? No, generalmente los perros que están en jauría son responsabilidad de los mismos productores y paso a explicar por qué.

    Difícilmente en campaña se encuentra un establecimiento que les dé la inyección a las perras para que no queden en celo, no digo que no existan pero no es lo común. ¿Castradas en campaña? Menos. Hay falsas creencias que luego que castras las perras “no sirven más” porque cambian y tienen una serie de teorías. Falsas creencias porque yo tengo varias perras castradas y no cambian.

    Entonces en el campo muchas veces cuando una perra tiene cachorros si no los matan cuando nacen luego de un tiempo, los abandonan pensando que no van a sobrevivir y algunos sobreviven. Como el perro vive en jauría tiene tendencia a juntarse con otros perros y por instinto cuando tienen hambre cazan. Lo más fácil son las ovejas encerradas en un potrero.

    Por otro lado, en las zonas donde se caza chancho jabalí es muy común que los cazadores regresen con algún perro de menos. Vivo en una zona donde hay lamentablemente mucho cazador de chanchos con perros.

    A la hora de regresar después de un día de caza, en oportunidades queda un perro muy herido que piensan está muriendo, lo dejan y el perro a veces sobrevive. De la misma manera cuando están por regresar después de un día de cacería hay un perro perdido y se hace la noche y lo dejan. Esos perros heridos y perdidos luego sobreviven cazando. Y tienden a juntarse con otros perros formando las tan mentadas jaurías.

    También está y esto es muy común, el productor que se viene a la ciudad por unos días dejando sus perros atados. Algunos de estos perros con hambre logran zafarse y con hambre atacan a las ovejas.

    Me pregunto ante lo expuesto: ¿quiénes son los responsables de las tan comentadas jaurías en el campo? Los mismos productores. Obviamente, no todos, pero la gran mayoría. Siempre está el responsable, el que hace las cosas correctamente. Quiero decir que tengo un vínculo muy estrecho con el campo y que hablo con mucha propiedad sobre el tema.

    Prácticamente nunca Zoonosis, colaborando yo estrechamente, ha ido a alguna zona o paraje de campaña a castrar. Por ejemplo, organizar castraciones, alguna en una escuela rural, que son el centro de referencia de la zona muchas veces.

    Castran básicamente en las capitales departamentales y en algún pueblo del interior, pero la mayoría de los pueblos están olvidados con las castraciones por Zoonosis. Mucho más la campaña.

    La solución está, las castraciones son efectivas. Pero como toda medida si no está bien instrumentada se vuelve muy poco efectiva y pensamos que la medida no es la correcta. Se transforma en una pérdida de recursos y tiempo.

    Por otro lado, Holanda hace unos años terminó con los perros callejeros. ¿Por qué no miramos un poco cómo lo hicieron para imitar una vez más a los europeos y no volver a la solución inviable desde todo punto de vista de las perreras modernas como dice el ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca?

    En Holanda, castrando, creando un registro de quienes reproducen perros de raza para vender y poniéndoles grandes impuestos a estos, se logró que disminuyera sustancialmente la población canina. También se logró que la gente adoptara más perros callejeros con grandes campañas de concientización. Basta googlear “Holanda primer país sin perros callejeros” y tiene el gobierno todas las soluciones. Pero como todo, si las personas que ponen a trabajar no instrumentan bien las cosas porque desconocen el tema en el detalle y están solo por un sueldo sin estar comprometidos con el tema cualquier solución fracasa, hasta la mejor. Todo esto va a salir mucho más barato que las perreras modernas que propone el ministro como solución.

    En Uruguay y en todo el mundo hay un movimiento de respeto y amor por los animales que es imparable. Cada día son más personas, más gobiernos que lamentablemente son solo los más avanzados, los del Primer Mundo, que se comprometen en la defensa de los animales y en convivir de manera armoniosa con ellos. Tan fuerte lo dicho, que una de las razones porque el rey de España tuvo que abdicar fue por matar a un elefante y lucirse en la foto con él. Sufrió una condena mundial.

    Por último educar, educar siempre educar, no puedo creer cuando veo en algún hospital de EE. UU. o Europa que hay perros para colaborar con el bienestar emocional de los pacientes y aquí lo único que se nos ocurre son perreras, parece que nuestras neuronas no funcionaran bien en busca de soluciones o somos simplemente haraganes o nos falta mucho amor por lo que nos rodea. Tal vez sea todo junto.

    La condena social en Uruguay a la nueva perrera que proponen será de dimensiones que no se imaginan, hoy en los hogares uruguayos a las mascotas se las quiere

    como un integrante más de la familia.

    Gandhi dijo: “Un país, una civilización se puede juzgar por la forma en que trata a sus animales”.

    Muchas gracias, Sr. Director y gracias a este gran semanario donde podemos expresar nuestras ideas.

    Tomás