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Del Taller de Evaluación de los Diagnósticos de Gestación Vacuna realizado en INIA 33, surgió el número siempre esperado de preñeces (75,2 %), pero además, las presentaciones de los técnicos revelaron otra serie de características de la producción, como la tendencia, por segundo año consecutivo, a que las vacas “agarren cría” cada vez más tarde, sostuvo Fabio Montossi, director del Programa de Carne y Lana de INIA.
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Señaló que el problema derivado de esto es que el año que viene, cuando se inicie nuevamente el período de entore, habrá pariciones tardías que obligarán al productor a aplicar tecnologías de “mayor peso” y más costosas, como el destete precoz, para que las vacas vuelvan a preñarse. De las observaciones realizadas surge que muchos productores, fundamentalmente en el norte del país, debieron dejar trabajando a los toros por lo menos un mes más de lo habitual, debido a que veían que las vacas no se estaban alzando. Para Montossi, esto tiene implicancias que suponen un problema, con un ternero parido más tarde y la posibilidad de preñar la vaca en un entore de 90 días.
No obstante dijo que, en definitiva, en gran parte los resultados futuros volverán a depender del comportamiento del clima y la disponibilidad de comida.
A este respecto señaló que esta situación demuestra que “hemos tenido mucha suerte, porque la madre naturaleza nos ha ayudado con primaveras constantes”. Aclaró que cualquier factor, como un calor extremo o una seca incipiente, puede alterar significativamente los resultados, sobre todo cuando el Uruguay ganadero está enfrentado al manejo de una de las cargas más grandes de la historia reciente de la ganadería, “al límite de lo que pueden aceptar nuestros campos naturales”.
Montossi dijo a Campo que un elemento que ha ayudado mucho para resolver los problemas, además del clima benévolo, es el uso cada vez más difundido de la suplementación, ya que no se ve crecer el área de pasturas mejoradas.
Explicó que esta tecnología está ayudando al productor sobre todo en el componente de la recría y que eso se vio facilitado por los buenos valores de los terneros, por el precio de la ración, y porque “tecnológicamente es mucho más demandante instalar una pradera que suplementar el ganado”, lo cual supone una herramienta de más fácil manejo para el productor.
El otro elemento señalado es el crecimiento del “autoconsumo”, que para Montossi está asociado a la competencia existente entre los distintos sectores por la mano de obra calificada. Para este técnico, “se ve menos gente en la ganadería y menos calificada”.
Esto determina un cambio de estrategia en la forma de producir, donde la suplementación “calza bastante bien”, porque poniendo un comedero de autoconsumo se necesita menos gente para hacer funcionar el sistema.
Eficiencia reproductiva responde más al clima
Para el director del Programa de Carne y Lana de INIA, el resultado de 72,5% de preñeces surgido del Taller de Gestación, es la prueba de que “muchos de los cambios que estamos viendo en la eficiencia reproductiva no se deben a una estrategia clara de cambio tecnológico dentro de la ganadería del Uruguay, sino que responden mucho más a los factores ambientales que nos ayudaron a conseguir esos niveles productivos”.
Sin embargo, Montossi dijo también que es cada vez más claro, y que los datos objetivos lo demuestran, que aquellos productores que “realmente” se asesoran y aplican un modelo tecnológico que va avanzando cada vez más en su madurez, se están diferenciando del resto, tanto en los valores absolutos como en la variabilidad a través de los años.
“Cuando el año es peor, esos productores están por encima del resto de la gran masa. Y se empieza a notar, lo estamos rescatando de las recorridas por los campos, pero también hay estudios que lo muestran, que hay un grupo de productores que se están desprendiendo del pelotón en el uso de la tecnología”, enfatizó.
Dijo que dentro de la lógica de los últimos 2 o 3 años, con un panorama de precios firmes, esos productores que están más “despegados” lograron resultados económicos muy favorables y por encima de la media. No obstante, señaló que no es algo que pueda garantizarse siempre porque, en definitiva, juegan otras variables como la relación flaco-gordo y el incentivo que tenga el criador para seguir aumentando la producción de terneros.
Resultados del Taller de Gestación
En la mañana del martes 22 de julio, y bajo la dirección de la ingeniera Graciela Quintans, técnicos de distintas regiones del país presentaron los resultados de un gran número de tactos y/o ecografías de preñez, ordenados por categorías, manejo y/o sistemas de producción. Participaron del relevamiento los médicos veterinarios Guillermo de Nava (Salto), Gabriel García Pintos (Lavalleja), Luis Tarán (Treinta y Tres), Pablo Marinho (Cerro Largo), Gustavo Sacco y Pablo Nieto (Florida y Colonia), Santiago Bordaberry (Durazno) y Emilio Machado (Rocha), quienes relevaron un total de 330.271 vacas en todo el país. De ese total, resultaron preñadas 248.412, por lo que resulta una tasa de preñez del rodeo de cría de 75,2%.
Confirmando algo que ya se había señalado desde distintos ámbitos por las observaciones de campo y testimonios de los propios productores, el porcentaje se ubicó por debajo del resultado alcanzado el año pasado, de 81,5 %, que había sido récord desde que se iniciaron los talleres en 2003. El registro anterior más alto se había dado en el año 2006, con un 79,5%.
Si se considera que en la primavera pasada las existencias eran de un total de 4,2 millones de vacas de cría en la composición del rodeo nacional, la aplicación del porcentaje determinaría una producción superior a los 3 millones de terneros. Sin embargo, debe considerarse una disminución que podría llegar a los 300.000 terneros por pérdidas en la gestación, muertes perinatales y al pie de la madre, por lo que la cifra final señalada podría ubicarse en el entorno de los 2,7 a 2,8 millones de terneros.
