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La ausencia de Tiger Woods en el Master de Augusta, por ser operado esta semana debido a un degeneramiento de un disco intervertebral que comprime las raíces nerviosas de la columna y le produce fuertes dolores en la espalda, no quitará relevancia a la competencia —una de las citas más esperadas por los aficionados al golf— que se disputará entre el 10 y 13 de abril en Georgia, Estados Unidos, pero le privará de quien ha sido en los últimos veinte años uno de sus principales animadores y el vencedor de cuatro ediciones.
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“Augusta es una semama muy especial para mí. Me perderé varios de los próximos torneos y me centraré en mi rehabilitación y en ponerme sano, pero es algo que los médicos me han recomendado para mi salud a corto plazo”, declaró Tiger, de 38 años.
“No debería haber efectos secundarios ni consecuencias de continuidad de su carrera”, indicó el parte médico. Podría comenzar a chipear y patear “en unas tres semanas”, pero seguramente no volverá a jugar hasta el verano boreal.
La espalda ha sido su último martirio después de sus continuos problemas en la rodilla izquierda, lo que según sus allegados le ha obligado a “alterar su posición en el swing”.
Las imágenes de Tiger Woods rengueando, apoyándose en un palo a manera de bastón cuando ganara tras unos maratónicos 91 hoyos el US Open de 2008, volvieron a la memoria ante una temporada marcada por las lesiones del número uno del ranking mundial.
Tras esa conquista, la última en Majors lograda en la espectacular cancha de Torrey Pines, en California, luego de un desempate ante su compatriota Rocco Mediate, una cirugía en la rodilla izquierda lo dejó fuera por el resto de la temporada. Por problemas físicos, por primera vez en su carrera no jugaría ese año el Abierto Británico y el PGA Championship. Poco tiempo después, llegarían dos operaciones más en esa misma rodilla.
Tres años más tarde, en el 2011, sería el tendón de Aquiles la nueva lesión de Tiger para también dejar de participar en ese año del US Open y el British Open.
Ahora la alarma llegó luego de su abandono en la ronda final del Honda Classic y de su no participación a último momento en el Arnold Palmer Invitational, torneo que ya ganó en ocho oportunidades. Ahí quedó por el camino su posibilidad de establecer un nuevo récord en el PGA Tour de Estados Unidos, ya que nunca un golfista hasta el momento ha ganado un campeonato nueve veces.
Vale recordar que precisamente con su victoria en Bay Hill el año pasado, Woods recuperó luego de un largo período el primer lugar del escalafón mundial.
Woods ha estado sintiendo el enorme esfuerzo de su físico luego de una exigencia de más de dos décadas, cuando ingresara al profesionalismo en 1996.
Rendimiento irregular.
Los números de Tiger en lo que va de la actual temporada muestran su peor comienzo en la actividad oficial del PGA Tour. Su última victoria se remonta a fines de agosto del año pasado, cuando se impuso en el Bridgestone Invitational, uno de los torneos pertenecientes a la World Golf Championships. Desde entonces solamente ha jugado ocho torneos, logrando un solo top 10 y un segundo lugar en el Barclays en setiembre del año pasado. En esta temporada no pasó el corte clasificatorio en Torrey Pines, finalizó 80º en el Farmers Insurance Open y tras su abandono en el Honda Classic terminó en el puesto 25º en el Cadillac Championship, jugado en la cancha del Blue Monster del Doral, en Miami.
Realmente es un calendario muy restringido para el número uno del mundo, quien en sus mejores épocas jugaba en una temporada cerca de veinte campeonatos.
Augusta, es el Major más preferido por Tiger de acuerdo con sus propias declaraciones y el que ya ha ganado en cuatro oportunidades. Woods nunca dejó de jugar el Masters desde que llegó al Augusta National Golf Club por primera vez como aficionado en 1995, oportunidad en la que no pasó el corte clasificatorio.
El lunes pasado, en el lanzamiento del torneo AT&T National, sponsor que auspicia la fundación Tiger Woods, en conferencia de prensa el número uno del mundo fue categórico al afirmar: ”Estoy en tratamiento médico hace ya un par de semanas, pero los dolores continúan. Pienso que es muy temprano para decidir si estaré en Augusta”.
Consultado antes de la operación por los cuatro Majors que aún le lleva Jack Nicklaus, Tiger afirmó: “Jack ganó su último Major a los 46 años; por lo tanto, si nos fijamos en ese dato, aún tengo tiempo suficiente para lograrlo”.
