Seis meses después, ayer miércoles 22, Larrañaga interpeló al ministro de Educación y Cultura Ricardo Ehrlich, luego de que denunciara el pacto por considerar que el gobierno “abandonó” el acuerdo al “dejar de lado” varios de sus puntos.
La caída del acuerdo —del que ya se retiraron todos los partidos de la oposición y que según el gobierno se sigue cumpliendo— fue el centro del debate durante la interpelación, luego de la cual se alejó otro poco la posibilidad de alcanzar una política de Estado en el tema, dijeron a Búsqueda fuentes políticas y de la enseñanza.
El “broche de oro” de esta “visión resignada” fueron las declaraciones del presidente Mujica durante una reunión con empresarios convocada por la organización “Council Of The Americas”, según un dirigente consultado.
En esa reunión el mandatario reconoció que el sistema educativo uruguayo “hace imposibles los cambios”, sostuvo que es un sistema “brutalmente centralizado”, criticó la autonomía del gobierno de la educación porque “no hay cómo entrarle”, y cuestionó a los sindicatos del sector que se oponen a cambios (Búsqueda Nº 1.675).
Esas declaraciones fueron empleadas por varios dirigentes de la oposición durante la interpelación, aunque Ehrlich deslizó el mensaje de que su administración “no bajó los brazos”.
¿Emergencia o mejor?
La interpelación dejó al descubierto dos posiciones opuestas sobre el estado de la educación pública uruguaya. Mientras desde la oposición se habló de la importancia de varios puntos del acuerdo para salir de “la actual crisis” y la “emergencia nacional” en la que está la enseñanza, el gobierno aseguró que la educación “está mejor que antes”.
Al exponer los motivos de la interpelación, Larrañaga sostuvo que para lograr el acuerdo educativo la oposición le tuvo que “arracar” al gobierno “cada decisión”.
“Esto es una batalla entre la república y sus ciudadanos y las exclusivistas intenciones de algunos coorporativismos”, agregó.
También mencionó varios puntos del acuerdo multipartidario que a su entender “no se cumplirán”, como llegar a la meta de 300 escuelas de tiempo completo (que dijo no llegarán a las 235) o alcanzar la universalización de la enseñanza media básica.
Puso énfasis en explicar que el proyecto de fortalecimiento de los centros educativos, Promejora, sí formaba parte de los acuerdos multipartidarios y que era una de sus piezas clave.
“Si no era eso lo que firmábamos no firmaba nada”, dijo. Añadió que como ese programa no recibió ningún tipo de financiamiento para 2013 “se puede decir que es su fin” y que hubo un “claro boicot” en su contra “cediendo” a las presiones sindicales en oposición al programa.
Desde el Partido Nacional “se buscó el diálogo” pero “la respuesta de este gobierno ha sido el ataque y la descalificación personal, lo cual me apena enormemente”, afirmó Larrañaga.
Se refirió a las críticas que el subsecretario de Educación y Cultura, Oscar Gómez, y el director de Educación de esa Secretaría, Luis Garibaldi, le dispensaran a través de la prensa: “¿Quiénes son estos señores puestos a dedo en el Ministerio para venir a juzgar nuestras intenciones? ¿Qué respaldo han tenido en su trayectoria cívica comparados con nuestro permanente sometimiento a las urnas?”, planteó.
“Creo que el ministro y su equipo se tienen que ir, espero tengan el gesto, un último gesto, de responsabilidad política. A su equipo le quedó grande el desafío; no pudieron, no quisieron no supieron”, agregó.
Mejor que antes.
A su turno, Ehrlich consideró que “la educación pública está mejor que en 2004 y en 2009, no solo no está peor: está mucho mejor que antes”.
Aseguró que se dieron “pasos importantes” en “todos los niveles” y que “las estadísticas muestran que los calificativos de caída libre solo pueden demostrarse con una intencionalidad ajena a la educación”.
“Estamos mejor porque el Estado ha destinado recursos como nunca antes, estamos mejor porque están mejor los salarios docentes. Estamos mejor porque tenemos un enorme desarrollo tecnológico para la educación”, acotó.
Aunque reconoció que nada de lo anterior “puede ocultar los problemas” actuales, Ehrlich dijo que “es posible demostrar que para estos problemas hay acciones”.
El ministro se quejó de que la prensa “bombardea” con titulares pero aseveró que “los números dicen que hay avances”. Hizo así una exposición de todos los aspectos (matrícula, acceso del quintil más pobre a la enseñanza, cobertura, obras, entre otros) en los que a su entender “hay mejoras notorias”.
También le dio la palabra a Garibaldi, quien acusó recibo de los dichos de Larrañaga: “Aquí se habló del incumplimiento de la meta de escuelas de tiempo completo. ¿Es una traición que cuando se decía 300 en 2015 se llegue a 264?”
“Eso va en el sentido de lo acordado, cuidemos esto si de verdad es una política de Estado. A veces veo el piedeletrismo del acuerdo buscando hora, día y fecha del exacto cumplimiento —continuó—. Pero claro, cuando se habla de un programa que no aparece (Promejora) en el acuerdo ahí sí hay que ir a buscar el espíritu del acuerdo. Parece que la letra sirve para algunas cosas y para otras no”.
Respuestas.
Tras escuchar las expresiones del ministro, Larrañaga subrayó que Ehrlich “no contestó nada” por lo que fue interpelado y rechazó que el gobierno sostenga que se está cumpliendo con lo acordado.
Además, señaló que la oposición no va a “permitir que se coloquen las corporaciones por encima de lo político. (...) El gobierno siempre termina condicionado por los sindicatos”.
Pedro Bordaberry (Vamos Uruguay) apuntó que al gobierno lo critican por “no hacer lo correcto” y le reclamó “humildad” para reconocer que hay problemas en la educación.
Asimismo, le pidió al oficialismo que se haga “cargo” de los problemas y que no apele a la “herencia maldita de los gobiernos del Partido Nacional y del Partido Colorado”.
Eber da Rosa (Alianza Nacional) planteó que es necesario que la autoridad política sea la que gobierne la educación y se mostró a favor, al igual que la senadora Lucía Topolansky, de eliminar el Codicen y dejar los Consejos de Primaria, Secundaria y UTU.
Luego, Enrique Rubio (Vertiente Artiguista) defendió los trabajos realizados por el gobierno, aunque admitió que los cambios no tienen la “velocidad” que se “desearía”.
En la moción presentada por blancos y colorados, se afirma que se incumplió con los acuerdos celebrados en 2010 y 2012. En el texto se responsabiliza por esta situación a Ehrlich y a Seoane, quienes cedieron a las “presiones corporativas”, dice la declaración.
Además, solicitan que se declare la “emergencia educativa nacional, para adoptar las medidas ordinarias y extraordinarias que se requieran para afrontar la postración del sistema educativo y emprender las transformaciones imprescindibles”.
Frente a eso, ya sobre el final, el ministro Ehrlich se declaró “apenado” por la “ruptura” manifiesta entre oficialismo y oposición. La bancada frenteamplista respaldó sus argumentos.
Política
2012-08-23T00:00:00
2012-08-23T00:00:00