Udelar prevé un 2021 “complejo” por presupuesto congelado y una generación de 18.000 alumnos con una desigualdad “relevante”

escribe Juan Pablo Mosteiro 
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El presupuesto de la Universidad de la República (Udelar) se mantendrá sin aumentos durante todo el quinquenio, ratificó el lunes 28 en el Parlamento el ministro Pablo da Silveira, y justificó que esta situación se da “desde hace años”. “La última vez que la Udelar tuvo un aumento significativo de recursos fue en 2016. Desde entonces básicamente funciona con el mismo presupuesto”, apuntó.

Con un presupuesto “congelado” resultará “imposible alcanzar mayores logros en la democratización de la educación superior” y “apuntalar las capacidades científicas y creativas, en áreas donde el país tiene un atraso relevante”, dijo a Búsqueda el rector de la Udelar, Rodrigo Arim. “Congelar la universidad en la situación actual implicará profundizar nuestro atraso relativo y socavar las bases para un desarrollo sustantivo y sustentable en el mediano y largo plazo”, añadió.

El rector subrayó que la inversión en ciencia y tecnología en Uruguay no llega al medio punto del Producto Bruto Interno (PBI) y la tasa bruta de matriculación de la población universitaria entre 18 y 24 años es del 44,7%, “muy por debajo” del 75% promedio de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

Sin aumento de dinero, la extensión universitaria en el interior del país, donde en una década pasó de haber 6.000 a 16.000 estudiantes, entre la Udelar, la Universidad Tecnológica y privados, quedará “hipotecada”, advirtió Arim.

Esto se da, además, en un contexto donde “el gasto por universitario del sector público es de los más bajos de la región”, indicó, por lo que “ese patrón se tornará crítico”, ya que “la relación docente y estudiante se ubicará en su peor nivel de los últimos 20 años al finalizar el quinquenio”.

Por eso consideró “ilógico” que un país que necesita más estudiantes universitarios y más egresados “invierta cada vez menos”.

“El tema es que hay que optar, la Universidad de la República va a tener que optar”, dijo el presidente Luis Lacalle Pou el martes 29 en el programa Periodistas de TNU, al ser consultado sobre los recursos destinados a la educación y la ciencia. “Se está pidiendo una optimización” en la ejecución del presupuesto. “Los recursos son escasos, se va a ser más eficiente y eficaz. Se va a gastar menos porque hay menos plata; (…) no es un capricho, es una necesidad”, justificó el mandatario, e insistió: “Estamos administrando la escasez y, como tal, vamos a priorizar” esos recursos. “La pelea (en las administraciones anteriores) era por dinero. La pelea nuestra es por calidad de la educación con el dinero que le dimos”, agregó.

Por su parte, en el Parlamento Da Silveira informó que lo que se destina a la educación representará en 2021 el 18,04% del gasto público social. En 2019, antes de la pandemia, ese porcentaje era de 18,5%. “Estamos en cifras muy similares”, concluyó.

Señales complejas

Un nuevo presupuesto cero para la universidad más grande del país pondrá en riesgo la continuidad de algunas carreras recientes, como es el caso de Medicina en el litoral y Contador Público en el este, y hará “imposible” concretar carreras ya planificadas en el interior, como Ingeniería Civil y las licenciaturas en Computación, Biotecnología, Economía Agropecuaria y Agronegocios, sostuvo Arim.

Para el rector, rige en el gobierno “una lógica falaz”, según la cual al congelar el presupuesto universitario el país mantendrá una situación similar a la actual, cuando en realidad “habrá deterioros significativos”. Sostuvo que la matrícula estudiantil “seguirá creciendo” en el interior, pero “descompensada sin fortalecer a los equipos docentes”, ya que “algunos profesores reverán su decisión de radicarse en el interior ante la ausencia de expectativas razonables” de consolidar allí su carrera.

Así es que el rector detectó varias “señales complejas”. Una es que con este mensaje se “le dice a toda la comunidad universitaria del interior que no habrá oportunidades de desarrollo objetivas en los próximos cinco años”. Otra “señal compleja” es el mensaje que se le da al desarrollo de la investigación “en todas las áreas de las ciencias y la cultura”.

“La universidad concentra entre un 75% y un 80% de los profesionales del Sistema Nacional de Investigadores, de la publicación anual de artículos en revistas científicas internacionales e incluso de los integrantes del Grupo Asesor Honorario que montó la Presidencia de la República para colaborar en la políticas diseñadas para afrontar la pandemia de Covid-19”, indicó.

Por lo cual, consideró “contrastante” que “justo cuando la universidad demuestra que la infraestructura académica es capaz de dar respuesta a requerimientos de la urgencia sanitaria, las comunidades universitarias, que tanto han realizado, sin ningún tipo de retorno económico y abandonando los proyectos de investigación con los costos personales asociados, no vean un reconocimiento mínimo en la asignación presupuestal”.

Arim señaló que los tres principales laboratorios de diagnóstico de Covid-19 en el interior (Salto, Tacuarembó y Rocha) se apoyan en las capacidades de la Udelar y llevan realizadas más de 10.000 pruebas a la fecha. “Muchos de los docentes que han sostenido ese esfuerzo no tienen cargos estables o cuentan con becas de posgrado a término”, afirmó.

Esta realidad “contrasta con la consideración presupuestal que sí existió para otros ámbitos del Estado y de la enseñanza”, cuestionó.

Dedicación total bloqueada y fuga

Por otra parte, Arim defendió la importancia del régimen de Dedicación Total de la Universidad de la República, bajo el cual trabajan hoy 1.400 docentes (a comienzos del siglo no llegaban a 300) distribuidos en todo el país. Empero, advirtió, no contar con nuevos recursos implicará que el ingreso al régimen de dedicación total —que en los últimos años oscila entre 80 y 100 por año— “se bloqueará por un lustro”.

“Uruguay perderá cerca de 500 profesionales en todas las áreas de la ciencia y la cultura, puesto que no tendrán oportunidades objetivas de desarrollar su creatividad en el país. Es un mensaje frustrante para los jóvenes e irreversible, ya que estas cohortes deberán orientar hacia otras latitudes sus decisiones de desarrollo”, apuntó.

Asimismo, Arim subrayó que este año la Udelar reasignó recursos para sostener la enseñanza y también actividades propias de la salud pública, como los exámenes de diagnóstico, cuyos insumos y horas de funcionarios fueron sostenidos con el presupuesto universitario, tanto en el Hospital de Clínicas como en el interior del país. Acotó que un presupuesto con aumento cero implicará postergar la “imprescindible” reestructuración del Clínicas y “condicionará lo que el hospital podrá realizar efectivamente”.

Arim vaticinó que 2021 será un año “complejo”, ya que “convergerá en la universidad una generación de más de 18.000 estudiantes, que habrá terminado su formación secundaria en condiciones que no son adecuadas y con niveles previstos de desigualdad muy relevantes”, producto de la crisis social y económica. “¿El país responderá otorgando menos becas, justo cuando más lo necesitan los estudiantes? ¿No deberíamos tener una política contracíclica agresiva para evitar que la generación 2020 y 2021 se encuentre condicionada por las circunstancias adversas?”, planteó.

Y siguió: “¿Estancaremos el egreso de profesionales, imprescindibles para recuperar el dinamismo económico? ¿Uruguay no les dará oportunidades reales para desarrollar actividades académicas a centenares de jóvenes formados en el país y fuera de fronteras?”.

“Estas preguntas no son un ejercicio de retórica, sino de identificación de los costos que la sociedad afrontará en un escenario de restricciones presupuestales extremas”, dijo.

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2020-09-30T19:43:00