A 40 años de un asesinato impune. Cuarenta años atrás, el Poder Legislativo se ve en la necesidad de declarar el estado de guerra interno, dado el caos reinante en la seguridad de nuestra patria.
A 40 años de un asesinato impune. Cuarenta años atrás, el Poder Legislativo se ve en la necesidad de declarar el estado de guerra interno, dado el caos reinante en la seguridad de nuestra patria.
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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáPor tal motivo, las Fuerzas Armadas se vieron involucradas en una misión para la que no estaban instruidas, ni equipadas. Contaban, sí, con la moral muy alta y con un gran apoyo de la mayoría de los compatriotas. Los ciudadanos estaban cansados y temerosos ante tanta impunidad, ya que las organizaciones, mediante acciones terroristas, amenazaban derrocar a un gobierno democráticamente constituido.
En esas operaciones estuvieron comprometidas las Fuerzas Armadas, cuyos integrantes sin distinción de jerarquías se empeñaron decididamente en combatir al enemigo sin pedir nada a cambio, más que la satisfacción del deber cumplido en beneficio de la patria.
Fueron horas, días, semanas y meses en que cada integrante se entregó por entero en aras de la misión, estando dispuestos a dar la vida, sin medir sacrificios y las ausencias que sufrían madres, esposas, hijos…
Es así que el teniente segundo Ricardo Braida (prestando servicio en comisión en el Regimiento C. Nº 9) dio su vida en defensa de los valores democráticos.
El sábado 19 de agosto de 1972, día muy frío y nublado, sale a realizar un operativo en compañía de dos camaradas y del detenido José Ramón Serrano Piedecasas (alias “el Gallego”, integrante del Grupo Collar, confeso ejecutor del asesinato del teniente de Navío Ernesto Motto, entre otros).
Al quedar en custodia del sedicioso, el joven oficial es sorprendido dentro del vehículo por un transeúnte. El desconocido apuntándole con su arma intenta que Braida arranque el vehículo con el fin de escapar. Dominada la sorpresa inicial hace salir al desconocido con el pretexto de que el vehículo no arrancaba.
En un descuido de su agresor se traba en lucha con el mismo, cruzan la calle peleando, pierde el equilibrio al resbalar en el cordón de la vereda, momento que es aprovechado por el delincuente para disparar a menos de un metro, hiriéndolo de muerte al recibir un disparo en el corazón y rematándolo con otro en la cabeza.
Ante la insanía y frialdad con que actuó el homicida, varios ciudadanos se agruparon sorprendidos e indignados, aprovechando el asesino la confusión para escapar e invitando a Piedecasas a hacer lo mismo. Para su sorpresa, el detenido no acepta huir y se queda atendiendo al teniente Braida, el que es llevado en un vehículo particular hasta el Hospital Militar donde se constata su fallecimiento.
Toda esta información la recibimos de primera mano del detenido José Ramón Serrano Piedecasas, quien denunció a Hugo Washington Wilkins Méndez como autor de este cobarde asesinato.
Hugo Wilkins nunca fue detenido ni interrogado.
¿Dónde está? ¿Está en el país? ¿Recibió compensación económica por parte del Estado?
Los familiares y sus camaradas recuerdan muy vivamente esos momentos y lo acompañan cada 19 de agosto en la tumba familiar que guarda sus restos, sin rencor ni reclamos de venganza, pero sí lamentando que nuestra patria se haya visto sorprendida por acciones terroristas con ideologías extranjeras que pretendieron subvertir el orden constituido.
Tenía un reino y a su patria lo entregó. Con valor de soldado y honor de oriental.
Cnel. Walter Hugo Balbi Casas
CI 1.313.371-9
Por la Promoción Coronel Leonardo
Olivera de la Escuela Militar 1968