• Cotizaciones
    lunes 09 de diciembre de 2024

    ¡Hola !

    En Búsqueda y Galería nos estamos renovando. Para mejorar tu experiencia te pedimos que actualices tus datos. Una vez que completes los datos, tu plan tendrá un precio promocional:
    $ Al año*
    En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] o contactarte por WhatsApp acá
    * Podés cancelar el plan en el momento que lo desees

    ¡Hola !

    En Búsqueda y Galería nos estamos renovando. Para mejorar tu experiencia te pedimos que actualices tus datos. Una vez que completes los datos, por los próximos tres meses tu plan tendrá un precio promocional:
    $ por 3 meses*
    En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] o contactarte por WhatsApp acá
    * A partir del cuarto mes por al mes. Podés cancelar el plan en el momento que lo desees
    stopper description + stopper description

    Tu aporte contribuye a la Búsqueda de la verdad

    Suscribite ahora y obtené acceso ilimitado a los contenidos de Búsqueda y Galería.

    Suscribite a Búsqueda
    DESDE

    UYU

    299

    /mes*

    * Podés cancelar el plan en el momento que lo desees

    ¡Hola !

    El venció tu suscripción de Búsqueda y Galería. Para poder continuar accediendo a los beneficios de tu plan es necesario que realices el pago de tu suscripción.
    En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] o contactarte por WhatsApp acá

    Un “proceso profesional” que terminó con deudas, aviones parados y empresarios presos

    Hace casi ocho años Leadgate Investment Corporation llegaba como la solución para encauzar la gestión de Pluna luego de una frustrada asociación con la brasileña Varig. El sábado 21 los argentinos Matías Campiani, Sebastián Hirsch y Arturo Álvarez Demalde —socios del consorcio— salieron del Juzgado de Crimen Organizado procesados con prisión.

    En el camino, la aerolínea vio crecer su flota hasta llegar a 13 aviones, operó desde Montevideo un centro de distribución regional, logró por primera vez en mucho tiempo resultados operativos positivos, pero no redujo su déficit y terminó liquidada.

    El Frente Amplio se acercaba a cumplir su segundo año a cargo del gobierno nacional cuando creyó encontrar una solución “conveniente” para la aerolínea de bandera que permanecía moribunda y con el Estado soportando las pérdidas millonarias que generaba cada mes. El logro era importante para el gobierno y así quedó demostrado cuando el 12 de febrero el entonces presidente Tabaré Vázquez decidió atestiguar la venta de la mayoría de las acciones de Pluna a Leadgate, que firmaron el entonces ministro de Economía, Danilo Astori, y el ministro interino de Transporte, Luis Lazo, en ausencia del titular Víctor Rossi.

    El Estado debía capitalizar a la aerolínea con algo menos de U$S 14 millones para sanear las pérdidas que venía teniendo y U$S 1 millón adicional que sería el patrimonio neto de la empresa al momento de firmar con los nuevos socios. Estos, por su parte, acordaban pagar U$S 15 millones por la compra de las acciones.

    Para Astori las cifras que había que comparar eran el U$S 1 millón aportado por el Estado con los U$S 15 millones del privado. De esa manera entendía que el inversor aportaba el “93% de los fondos iniciales con una representación en las acciones de 75%” y eso revelaba “claramente la conveniencia del acuerdo para el país”.

    “Este es un proceso profesional, que a diferencia de algunos que se han realizado en el pasado recorre todas las etapas que debe recorrer un proceso de este tipo. Y por eso tenemos que sentirnos muy tranquilos de que se va a ver coronado por el éxito. Las cosas que empiezan bien por lo general siempre se desarrollan y culminan bien, y al revés en sentido contrario”, dijo Astori en la conferencia de prensa posterior.

    La tarea de conseguir un nuevo socio para Pluna había sido encomendada por el gobierno al broker holandés Paul Elberse.

    Durante el gobierno de Jorge Batlle, Elberse —con su empresa Ficus Capital— se había encargado de conseguir socios privados que se hicieran cargo del Nuevo Banco Comercial. Sin embargo, en 2004 el ministro de Economía, Isaac Alfie, resolvió remover al holandés, que era gerente general y uno de los directores de la institución, al comprobar que se había votado “bonos especiales” para él y otros gerentes. Elberse llegaba a cobrar U$S 1 millón por año en un banco que estaba saliendo de su peor crisis. Por esos días Rossi, como representante frenteamplista en el Parlamento, pedía al gobierno colorado la cabeza del broker al que años después debió acudir.

    En el directorio del Banco Comercial estaba el padre de Campiani, que era representante del fondo de capitales Advent International. Además, en 2004 el gerente de Riesgos del banco era Javier Liberman, quien fue designado el año pasado como fiduciario en el fideicomiso al que fueron a parar los siete aviones Bombardier CRJ 900, luego de que el Parlamento con los votos del oficialismo aprobara la ley 18.931.

    El procedimiento por el que Leadgate llegó al frente de Pluna fue observado en 2007 por el Tribunal de Cuentas. Entre otras cosas sostuvo que el Poder Ejecutivo “carece de competencia” para aprobar ese tipo de contratos y que el proceso “no cumplió” con “los principios generales básicos en materia de contratación administrativa”, como “la publicidad, la igualdad de los oferentes y la concurrencia”.

    Incluso dentro del propio gobierno la llegada de Leadgate generaba dudas. “No conozco para nada a estas empresas, pero no me gusta Campiani. ¿Motivos? No sé, lo digo por olfato. Es que de un día para el otro arrancó de las vacas para los aviones”, dijo cuando era senador el hoy presidente José Mujica durante una interpelación a Rossi en 2008.

    Leadgate venía de ser accionista de Ecolat, la filial uruguaya de Parmalat. El grupo venezolano que le compró las acciones en esa empresa se encontró con una compañía con pérdidas, falta de inversión, pagos excesivos a tamberos y acuerdos comerciales desfavorables.

    Sanear y vender.

    “Leadgate es un grupo inversor y por lo tanto va a buscar una salida. ¿Cuándo la va a buscar? Bueno, cuando la empresa sea rentable, sea mucho más grande y tenga todavía un plan de crecimiento por delante”. Así explicaba Campiani las intenciones de su grupo con Pluna (Búsqueda Nº 1.391).

    Una de las primeras medidas tomada por los nuevos socios fue cancelar los vuelos a Madrid, lo que despertó la resistencia del sindicato de la empresa y del propio gobierno. Pluna se encaminó a un modelo de hub regional, para lo que adquirió una flota de siete aviones Bombardier CRJ 900 por U$S 168 millones, en una compra que garantizó Pluna Ente Autónomo, aunque eso no estaba previsto en el acuerdo original.

    En 2009 la empresa registró su mejor temporada de verano en años, lo que motivó el optimismo de los inversores. “Pluna dejó de ser un costo para todos los uruguayos”, se animó a afirmar Álvarez Demalde.

    Con ese envión, la empresa resolvió incorporar en los siguientes años otros seis aviones a su flota en régimen de leasing. Esa fue una de las medidas más resistidas por el gobierno. Los directores de Pluna ente Autónomo rechazaron la decisión de incorporar las últimas tres aeronaves.

    En 2011 Pluna alcanzó ganancias operativas por U$S 4,2 millones. El gerente general de la aerolínea, Jorge Lepra, atribuyó el éxito al modelo de hub desarrollado a partir del ingreso de Leadgate. Desde 1999 la aerolínea no lograba resultados operativos positivos. Sin embargo, aún mantenía una pérdida neta de U$S 8,1 millones.

    En 2012 la situación financiera de Pluna comenzó a resquebrajarse hasta llegar al punto de la cesación de pagos con Ancap. El proyecto de realizar vuelos de cabotaje en Argentina a través de la aerolínea Aerovip se frustró. Aerovip, en una de las maniobras más controvertidas de Leadgate, terminó compitiendo en el puente aéreo contra la propia Pluna mientras operaba un avión de la aerolínea uruguaya. El aumento del precio del combustible fue otro de los argumentos que el grupo de Campiani esgrimió para explicar un debilitamiento de la situación financiera.

    El fallo por el que la jueza de crimen organizado, Adriana de los Santos, procesó a los empresarios de Leadgate, da cuenta de algunos de los mecanismos que empleaban para mejorar los resultados financieros. Por ejemplo, asegura que para aumentar el valor de los aviones en los balances contables se extendía a entre 25 y 30 años su vida útil, que es en realidad de entre 15 y 20.

    A mediados de 2012 un informe de la Comisión Fiscal de Pluna dado a conocer por “El País” mostraba que los activos de Pluna eran de U$S 290 millones y su pasivo de U$S 301 millones por lo que tenía un endeudamiento de 104% y se encontraba en causal de disolución. Aún así Leadgate se resistía a capitalizar a la empresa.

    Lejos de irse con una empresa saneada y vendiendo sus acciones por más valor del que las compraron, Campiani, Hirsch y Álvarez Demalde acordaron su salida de Pluna el 15 junio de 2012 sin cobrar nada y con un “pacto de indemnidad” con el Estado. Aún así no lograron librarse de ser procesados por estafa.

    Para la jueza la asociación con Leadgate “desde el inicio fue una cadena de irregularidades, omisiones y estratagemas artificiosas en beneficio propio y en perjuicio del Estado y la sociedad en su conjunto”. Como ejemplo, establece que los socios,aunque declaraban trabajar juntos desde 2004, recién constituyeron la empresa Leadgate Investment Corporation el 28 de diciembre de 2006 en Panamá, apenas un mes y medio antes de firmar el acuerdo con el Estado. Su cuenta bancaria la abrieron el 31 de marzo de 2007.

    Equivocaciones y fantasmas.

    El senador blanco Carlos Moreira fue desde el Parlamento uno de los principales protagonistas del proceso seguido por Pluna. Durante el gobierno de Vázquez citó en reiteradas ocasiones a Rossi al Senado. Ante la insistencia del senador, el ministro llegó a ironizar con que ambos podrían formar un dúo y presentar su show por el país.

    En el segundo gobierno frenteamplista Moreira realizó tres interpelaciones a los ministros de Transporte y Economía y en mayo de 2012 presentó junto a sus compañeros de bancada una demanda penal.

    Algunos de los gobernantes que lideraron el proceso asumieron sus responsabilidades. A mediados de julio de 2012 Astori escribió una columna al respecto.

    “He seguido con mucha atención y tensión toda la situación que se vive en torno a Pluna y quiero asumir plena y totalmente mi responsabilidad: me equivoqué”. A su juicio el error que cometió “fue el de buscar denodadamente una salida para Pluna que (...) terminara de una vez por todas con el permanente drenaje de recursos públicos destinados a financiar sus malos resultados”.

    Allí reconoció que “la gestión de Leadgate no fue la que el país esperaba y necesitaba”, pero recordó que “en 2007 sólo se presentó un interesado” y debieron “decidir en base a un único plan de negocios”.

    Vázquez, que como presidente había atestiguado la firma del contrato con Leadgate, se sumó a la autocrítica. “La equivocación no fue solo del compañero, sino que por el contrario ‘nos equivocamos’ y el principal responsable de esa equivocación es quien suscribe este comunicado ya que en ese momento ejercía la Presidencia de la República por mandato soberano (…). Todas y cada una de las acciones que se tomaron para concretar la unión de Pluna con Leadgate me fueron informadas (...) y contaron con mi respaldo y aprobación explícita”, escribió.

    Sin embargo, Rossi no acompañó la opinión de sus colegas. “Entiendo que el ‘me equivoqué’ no es la definición de lo que pasó. No comparto esa definición y mucho menos lo afirmo en primera persona. Por eso me rechina, yo no lo voy a decir”, sostuvo el ex ministro de transporte en declaraciones a Búsqueda por esos días.

    “Uno amasa con los ingredientes que tiene. Con los ingredientes que teníamos hicimos un buen amasijo”, concluyó.

    Algo más contundente que sus correligionarios fue Raúl Sendic al referirse a la decisión de elegir a Leadgate como socio para Pluna. “Todos lo que trajeron a Matías Campiani son unos fantasmas”, dijo en el marco de una entrevista en Canal 4 en julio del 2012.

    Rossi dijo que tenía una convicción cuando como ministro de transporte aceptó que Pluna Ente Autónomo garantizara la compra de los siete primeros Bombardier. “Si esta sociedad fracasara y estos hombres tuvieran que irse, el Estado ya no recibiría una empresa con un patrimonio perdido, con deudas mayores a su patrimonio, con aviones muy viejos, sino una empresa en marcha, con aviones en plena circulación y rodaje y con la posibilidad de desarrollar una estrategia a partir de otra situación”, sostuvo.

    La sociedad fracasó, Leadgate acordó su salida y el gobierno decidió cerrar Pluna, que había quedado con más deudas que patrimonio. El intento del gobierno de separar del concurso los aviones para recuperar el dinero que garantizó Pluna Ente Autónomo fue declarado inconstitucional y el Estado deberá pagar lo que aún se debe al Scotia Bank.

    Los aviones volvieron al concurso y, según informaron a Búsqueda fuentes del gobierno, la jueza de concurso “autorizó” al síndico a venderlos con “apoyo del fideicomiso”. Sin embargo no se expidió sobre una solicitud del fideicomiso de entregar los aviones al síndico para cumplir con el fallo de la Suprema Corte, y en cambio le dio vista al síndico.

    Las fuentes dijeron que si la jueza no se expide al respecto el asunto quedará para después de la feria judicial y “de hecho” el fideicomiso deberá seguir haciéndose cargo del mantenimiento de los aviones, que cuesta U$S 400.000 mensuales.