Una ley israelí y la Cancillería uruguaya

Apoyo al profesor titular de Derecho Internacional de Udelar, Dr. Alejandro Pastori, por su valiente y fundado reclamo al gobierno, que hasta ahora, parece mancillar la dignísima tradición del Uruguay en apego al Derecho Internacional. Cancillería debe rechazar expresamente la pretensión de Israel de legislar en el territorio invadido —“ocupado”— de Palestina. Es claro que para quienes gobiernan el mundo, el derecho (el de los demás) es un obstáculo, porque para ellos, su fin justifica los medios, y sin límites éticos ni morales son capaces de todo. Ejemplo contemporáneo es la patraña de armas en Irak, falaz excusa para destruir un país de 30 millones de habitantes y matar a miles de civiles inocentes. ¡Hasta hoy EEUU no se considera responsable de semejante crimen! En realidad fue un “tanteo”. ¿Qué hace el mundo? Nada. La conciencia del mundo se anestesia con fútbol, noticieros de pacotilla y manipulaciones —grotescamente acríticas— de la opinión pública. No es casualidad que el establishment colocó a un desequilibrado al mando de EEUU. Es posible que Trump (parecido a Truman) le tire una bomba atómica a Corea del Norte, el elegido y promocionado “nene malo”, que no debe tener ningún poder real (similar al caso Irak) por eso le pegan, porque al que tiene poder real (Rusia o China) no lo tocan, ¡son muy valientes!  Con una bomba atómica en Asia se inicia otra crisis similar a 1929, cae el comercio mundial y todos los precios, y ganan los de siempre: los banqueros y los que sabían que venía la crisis. En este ambiente de “sálvese quien pueda” en el mundo, pasará desapercibida la apropiación de toda Palestina por Israel de derecho (pero sin Derecho). No le alcanzó a Israel la mitad de Palestina que Naciones Unidas confiscó a los palestinos en 1947, quieren toda Palestina. Cuesta creer que el pueblo de Israel, que hace milenios tiene en sus manos el Decálogo, ejemplar conjunto de reglas éticas y morales, lo  pisotee: mintiendo, robando y matando a millones de palestinos, para despojarlos de la mitad que les quedó de su secular terruño; el sionismo quiere toda Palestina, a cualquier precio, parecido al libro primero de los Reyes capítulo 21 y siguientes, cuando relata que el rey de Israel Acab manda matar (mentiras  mediante) a Nabot para robarle su viña y Elías profetiza a  Acab su castigo ejemplar.