El país se ubica en una posición privilegiada, en una comparación regional, para hacer frente a los shocks que vengan de un mundo que se mueve “errático e impredecible”, opina Ricardo Dessy, economista jefe de Citibank en Argentina.
, regenerado3El país se ubica en una posición privilegiada, en una comparación regional, para hacer frente a los shocks que vengan de un mundo que se mueve “errático e impredecible”, opina Ricardo Dessy, economista jefe de Citibank en Argentina.
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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acá“Hay países de América Latina que tienen bastante desarrollo económico pero una mala distribución de ingresos. Uruguay logra hacer un mix envidiable en términos de desarrollo humano, pobreza, educación. Tiene una posición envidiable en indicadores de transparencia o corrupción. Los países que estarán mejor preparados para atenuar los potenciales shocks son los que sean muy sólidos en términos endógenos porque el capital está cada vez más exigente”, analizó en diálogo con Búsqueda.
Citibank estima que la economía uruguaya crecerá entre 2% y 2,2% este año. En cuanto a los vecinos, proyecta que el Producto Bruto Interno de Argentina aumente 2,5% y que el de Brasil lo haga entre 0,5% y 1%.
“Vemos al mundo creciendo a una tasa de 2,8% que va a estar explicado por un aumento de 1,9% en las economías desarrolladas y 4,2% en las emergentes, que van a crecer al doble del ritmo. El mérito de Uruguay es que está corrigiendo la balanza de pagos sin una fuerte devaluación. Y está aumentando la actividad porque empiezan a navegar de manera endógena”, señaló el analista del grupo financiero estadounidense con presencia en Uruguay a través de una filial bancaria.
“En el corto plazo, Uruguay tiene algunas variables buenas, como el crecimiento económico y la inflación”, evaluó, y elogió el rol del Banco Central como una “entidad autónoma que buscó denodadamente alcanzar las metas” sobre el alza de los precios minoristas.
Para Dessy, la “preocupación” está en el nivel de déficit fiscal (3,8% del PBI en los 12 meses a marzo) y el nivel de endeudamiento (que en términos brutos fue 63% del Producto a fines de 2016). Por ello llamó a “tener un ojo puesto” en el grado inversor —investment grade— que las calificadoras de riesgo otorgan a la deuda que emite el gobierno uruguayo, en especial ante un contexto incierto a escala internacional. “Hay una imprevisibilidad global que hace que mañana pueda haber una guerra comercial o financiera, donde las grandes potencias defiendan el valor de su moneda con una guerra de tasas de interés, y eso puede provocar un problema para financiar el déficit y la deuda. En el mundo que viene, lo que marcaría la prudencia económica a largo plazo sería bajar un poco esos indicadores”, consideró.
Citibank espera al menos dos subas más de las tasas de interés de referencia en Estados Unidos, que podrían terminar el año cercanas a 1,5%, un nivel “todavía bajo” como para “erosionar” el flujo de capitales que fluyó hacia mercados emergentes —incluido Uruguay—después de la crisis global de 2007-2008. Esto —opinó— podría ayudar a los planes de infraestructura de la administración de Tabaré Vázquez. Además, señaló que el precio de los commodities alimentarios —como la soja o la carne— muestra mejores perspectivas que otros productos.
“Lo más difícil, que es la seguridad jurídica, lo tienen. Y el capital también va a estar porque si bien estás esperando un contexto de tasas de interés mayores a las de dos años atrás, aún no van a subir significativamente. Vuelve a haber un flujo de capitales hacia mercados emergentes, con países que están creciendo incluso más de lo esperado y otros que van a volver al sendero de crecimiento”, vislumbró.
De todas formas, Dessy apuntó que las economías emergentes deberían procurar “cerrar las ventanas de vulnerabilidad” en un mundo de “gran confusión”.
“La amenaza económica” que suponía el discurso del presidente estadounidense, Donald Trump, en cuanto a que el mundo iría hacia un proceso de desglobalización, “no sé si cambió o solo está suspendida a raíz de la situación con Corea del Norte, Rusia y China. Eso es parte de la confusión global. Se han precipitado los conflictos geopolíticos, con lo que la estrategia económica que requiere reglas claras vendrá después. En Europa la buena noticia es que empezó a crecer, pero la salida del Reino Unido de la unión no ayuda a construir confianza. Además, Francia nos tuvo en vilo (en la reciente primera vuelta electoral) y España no pudo formar gobierno” por algunos meses, analizó.
Para el economista, los países latinoamericanos están bien posicionados a largo plazo para captar la renta que pueda surgir de los cambios tecnológicos, y eso es lo que deberían apuntar como ventaja relativa en las negociaciones comerciales con otros bloques como el europeo. “La dinámica espectacular del progreso tecnológico que no solo crece sino que se abarata cada vez más, la van a absorber los países con muchos jóvenes”, afirmó.