El presidente Tabaré Vázquez evalúa remover al presidente de UTE, Gonzalo Casaravilla, luego de que el Directorio decidiera sustituir al gerente de Generación de la empresa, lo que generó diferencias entre los directores frenteamplistas.
La empresa estatal inició una renovación gerencial con medidas resistidas por dos directores, una astorista y otro de la oposición
El presidente Tabaré Vázquez evalúa remover al presidente de UTE, Gonzalo Casaravilla, luego de que el Directorio decidiera sustituir al gerente de Generación de la empresa, lo que generó diferencias entre los directores frenteamplistas.
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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáLa medida fue tomada por UTE el martes 12, cuando el Directorio resolvió iniciar un proceso de recambio gerencial. El primer paso fue sustituir al gerente de Generación por un funcionario que es suplente de un diputado del MPP, lo que generó resistencia de parte de dos directores de UTE.
El presidente de la empresa pública, Gonzalo Casaravilla, dijo que el nombrado es un funcionario competente que puede hacer frente a los nuevos “desafíos”, pero el director de UTE por el Partido Nacional sugiere que se intentó establecer el “control político” sobre UTE.
Las novedades generaron molestia en el astorismo, sector al que pertenece la directora Cristina Arca, que votó en contra de las principales medidas que adoptó el Directorio.
Ayer miércoles por la tarde empezó a circular en ámbitos políticos la noticia de que Vázquez evalúa remover a Casaravilla, información que fue confirmada a Búsqueda por varias fuentes políticas y de gobierno.
El jueves 7 “El País” informó que el presidente de UTE pretendía remover a los gerentes Óscar Ferreño (Generación) y Luis Margenat (Comercial). Además, decía el artículo, el sustituto de Ferreño sería Daniel Larrosa, un asesor del Directorio que es también suplente del diputado del MPP Julio Battistoni. Los directores Cristina Arca (Frente Amplio) y Luis Eduardo Pereira (Partido Nacional) se oponían a esa medida.
El Directorio discutió el tema el martes 12 durante varias horas, y aprobó la sustitución de Ferreño, y el inicio de una renovación gerencial.
En la primera de tres resoluciones a las que accedió Búsqueda, el Directorio encomendó al gerente general que eleve un “Programa de reordenamiento, renovación y racionalización de la alta gerencia de UTE en el marco de las restricciones presupuestales de corto y mediano plazo”, el que deberá contar con el aval de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto.
El Directorio lo justificó en que UTE tiene “un elevado rango etario en la alta gerencia, que hace pensar en el corto plazo en vacíos que pueden producirse en áreas sensibles de la organización”.
También resolvió ordenar la reunificación de las gerencias de Distribución y Comercial en un plazo de tres meses, porque los cambios tecnológicos y de gestión “exigen una impostergable respuesta”. Arca votó en contra de ese punto.
Por último, el Directorio decidió, con los votos en contra de Arca y Pereira, designar a Larrosa como gerente de Generación y encomendar a Ferreño “tareas de asesoramiento y apoyo” a su sucesor durante tres meses.
Las resoluciones dicen que las áreas de Generación y Comercial tienen los desafíos de participar en la renovación de la matriz energética, el desarrollo de parques eólicos, la formulación de negocios, las ventas regionales de energía y la incorporación del gas natural, entre otros temas.
Búsqueda consultó a Casaravilla ayer miércoles, antes de saber que Vázquez evalúa destituirlo.
El presidente de UTE comentó que el Directorio decidió trabajar en “un plan de sucesión”, porque para el 2018 el 42% de los gerentes va a tener más de 60 años, lo que es una “situación compleja para una empresa tecnológica”, que “no tiene planificada esta situación”.
En ese sentido sostuvo que tienen que estar “las reglas de juego bien claras en establecer que, sin ser los gerentes de área, todo el resto de los puestos tienen que ser cubiertos por procesos competitivos”. Ferreño, sin embargo, era un gerente de área, y “la mayoría” de esos puestos se cubren “por encomendación de funciones”, agregó el presidente.
Además de la “situación etaria“, UTE tiene “nuevos desafíos”, afirmó Casaravilla. “Llegamos a donde llegamos porque la gente que ha ido creciendo en la empresa ha ido creando la UTE. Pero necesitamos más. Tiene que ver con el cambio de la matriz eléctrica, nuevos modelos de negocios, redes eléctricas inteligentes, regasificadora, negocios internacionales”, explicó.
Casaravilla valoró que Ferreño “claramente tiene un reconocimiento”, pero ahora UTE necesita “un cambio en función de los nuevos lineamientos”. Sobre Larrosa dijo que sus competencias son “coherentes” con las “necesidades que se tienen por delante”.
“Todo cambio genera reacciones. Yo puedo entender muchas; hay otras que no me gustan, como que se politice este tema”, afirmó.
Reconoció que “está claro” que es una persona de su confianza pero sostuvo que “tiene otras condiciones”: es economista y desde 1993 funcionario de UTE, es “especialista en estudios de generación y transmisión”, fue asesor de la Dirección Nacional de Energía y trabajó en el impulso de la incorporación de energías renovables, participó en un grupo que negoció parques eólicos y también fue representante de la Presidencia en negociaciones con el sindicato.
“Hay un tema de confianza personal. Ha trabajado conmigo codo a codo y creo estar capacitado para evaluar la competencia de una persona”, sostuvo.
Pero la oposición considera que los cambios en UTE sí tienen motivos políticos.
Consultado por Búsqueda, el director de UTE por el Partido Nacional, Luis Eduardo Pereira, dijo que está de acuerdo en que algunas áreas de UTE “merecerían ciertos ajustes en su gestión”, pero rechaza que los cambios “deban producirse llevándose por delante a nadie”.
Dijo que “hay muchos funcionarios que cuestionan la decisión” de sustituir a Ferreño por Larrosa y “le asignan móviles políticos”. Agregó que el tema “ha generado preocupación en varios niveles” y Pereira teme “que repercuta negativamente en la gestión”.
El director destacó que UTE es una empresa pública y no “un club de amigos ni un comité político”. Dijo que no quiere “que los funcionarios públicos sean funcionarios del gobierno de turno” ni que “tengan sobre su cabeza la amenaza de un cese”. Opinó que “parece que lo que se quiere crear es un clima de inestabilidad en toda la plana mayor de la empresa”.
“Nosotros reivindicamos el concurso y su transparencia. Creemos en que hay que darles oportunidad a todos, y no a los elegidos por circunstanciales mayorías”, sostuvo.
Pereira dijo que la decisión tomada implica un “régimen del miedo” sobre las decisiones que tomen los gerentes y lleva a “concentrar” el poder en el Directorio, lo que “es contrario a las mejores prácticas de UTE”, donde “han pasado directorios de diferentes partidos y el rumbo en lo técnico ha mantenido la coherencia”.
“Según me he informado, ni en la oscura época de la dictadura se han constatado estos saltos de garrocha en la carrera de los funcionarios”, dijo. “Si lo que se desea establecer es el control político de las empresas públicas por parte de las autoridades entrantes, que se diga claramente, así sabremos a qué atenernos”
El diputado blanco Jorge Gandini, consultado el domingo 10 por “El País”, se preguntó “por qué” la UTE “se genera un problema donde no lo tiene” y valoró que los cambios “tienen motivaciones políticas” que “surgen mucho más del manejo de la ministra de Industria (Carolina Cosse) que del Directorio de UTE”.
En tanto, un grupo de unos 150 gerentes y profesionales de UTE firmaron una nota en la que sostienen que “no son claros los criterios” por los que se decidieron los cambios.