Al otro lado del río Tíber, a cuatro kilómetros de la basílica de San Pedro, se encuentra Santa María la Mayor, la iglesia romana favorita del papa Francisco y el lugar que eligió para ser enterrado tras un sencillo funeral.
No es el primer papa que será enterrado fuera del Vaticano; solo 92 pontífices de la historia están enterrados en la basílica de San Pedro, mientras que los demás 174 eligieron otras iglesias de Roma
Al otro lado del río Tíber, a cuatro kilómetros de la basílica de San Pedro, se encuentra Santa María la Mayor, la iglesia romana favorita del papa Francisco y el lugar que eligió para ser enterrado tras un sencillo funeral.
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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáFrancisco, fallecido este lunes 21 de abril, no es el primer papa que será enterrado fuera del Vaticano. De hecho, solo 92 pontífices de la historia están enterrados en la basílica de San Pedro, mientras que los demás 174 eligieron otras iglesias de Roma, al igual que Francisco.
En el libro Esperanza. La autobiografía: memorias del papa Francisco, el papa habló sobre su devoción por Salus Populi Romani, la virgen de esta basílica que representa la protección del pueblo romano: “Siendo cardenal, siempre había ido y sigo yendo, también antes y después de los viajes apostólicos, para que ella me acompañe, como una madre, para que me diga lo que tengo que hacer, para que vigile mis gestos. Con la Virgen estoy seguro”.
En las mismas páginas confesó que deseaba ser enterrado en este lugar, en el que estuvo un total de 115 veces. “Cuando fallezca, no me enterrarán en San Pedro, sino en Santa María la Mayor: el Vaticano es la casa de mi último servicio, no la eternidad”.
Santa María la Mayor o Santa Maria di Maggiore es una de las cuatro basílicas más importantes de Roma. Junto con San Pedro, San Juan de Letrán y San Pablo Extramuros conforman las llamadas basílicas mayores y papales. De ellas, Santa María es la más antigua, la única de la época paleocristiana y el templo más importante dedicado al culto mariano en Roma.
Con una altura de 75 metros y dada su ubicación sobre la colina del monte Esquilino, el campanario de ladrillo de esta iglesia es el punto más alto de la ciudad de Roma.
Su efecto monumental y grandioso se debe principalmente a la forma de la estructura, construida de acuerdo con los cánones clásicos de Vitruvio. La basílica de tres naves y de 85 metros de largo está dividida en dos filas de 42 potentes columnas de capiteles jónicos (algunas procedentes de otros edificios de la antigua Roma) y sobre ellas se asienta un artístico entablamento que llega hasta el ábside. En este punto se abren dos arcos erigidos para la construcción de las capillas Sixtina y Paulina.
En el año 1500, Alejandro VI completó el techo con el impresionante artesonado renacentista a base de bellos casetones de madera dorada policromada, obra de los hermanos Da Sangallo, mientras que las cúpulas y las capillas laterales son de un barroquismo elocuente. El dorado se debe al primer cargamento de oro americano, regalo de la reina Isabel la Católica, gesto por el que este templo quedó ligado a la monarquía española, siendo Felipe IV otro de sus principales benefactores.
Arquitectónicamente, la basílica de Santa María la Mayor ha sufrido numerosas rehabilitaciones y modificaciones a lo largo de los distintos períodos de la historia. Edificada sobre un templo pagano que rendía culto a la diosa Cibeles, la iglesia más antigua de Roma presenta todo un armónico desfile de estilos arquitectónicos desde el paleocristiano hasta el barroco, un templo que fue restaurado y reformado en el siglo XVIII como vemos en su imponente fachada barroco-neoclásica.
A partir de EFE