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La primera banda de rock psicodélico de Arabia Saudita formada por mujeres se llama Seera

El grupo quiere romper con un imperativo rotundo, internacionalizarse y volverse un modelo para las niñas

Redactora de Galería

De casualidad, se reproduce un video: un grupo de mujeres con aire de hechiceras, un bosque, una canción, un bajo, una carcajada misteriosa, la letra en saudí. Es Al Fanaa, el primer video de Seera, una banda árabe de rock psicodélico formada por cuatro mujeres, género históricamente postergado por la ley y la tradición de Arabia Saudita.

Sin embargo, hace tiempo que el controvertido príncipe heredero, Mohamed bin Salmán­, se comprometió a modernizarse con el programa Visión Saudí 2030, que apunta, entre otras cosas, a dejar de depender poco a poco del petróleo lanzándose de lleno a proyectos educativos, de recreación, que los posicione como potencia turística.

A esta apertura que busca flexibilizar una imagen ultraconservadora se le suma, aparentemente, una apuesta de la propia sociedad al arte. Allí tuvo una mínima oportunidad de existencia esta banda que, en una charla a distancia con Galería, describe su última canción como “un viaje a través de un bosque oscuro y desconcertante, que simboliza la pérdida del sentido del tiempo y la dirección. Los pasos cautelosos en un camino ruinoso reflejan la lucha contra las dificultades en busca de un resultado esperanzador”.

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Seera

Seera

Nora es la vocalista principal y toca el teclado, Hayahuascah está en la guitarra, Meesh en el bajo y Thing, que usa una máscara para representar sus orígenes árabes y añadir un poco de misticismo a su imagen, toca la batería.

Sus nombres artísticos son una combinación de su nombre real con algún apodo elegido por ellas mismas. La parte de no revelar sus identidades, más allá de que podría ser una decisión política, dicen, las divierte.

Nora asegura que le encanta darles a sus interpretaciones un toque teatral y escribir canciones que cuenten historias. “Cuando era una adolescente angustiada me atraían las artes en todas sus formas. Así terminé enamorada del piano, que me permitía convertir cualquier dolor en algo hermoso”, explica. Meesh, por su parte, dice que toca el bajo para “darle estructura al caos”.

Claramente ellas no solo se están divirtiendo en el escenario. Si bien Seera no se ha internacionalizado todavía (pero aspira a hacerlo) y su base de fanáticos más sólida es local, la banda consiguió llegar a un grupo muy diverso de personas que incluye a los hombres. Eso las sorprende: “¡Hemos visto algunos tipos con barbas impresionantes en nuestros shows rockeando más fuerte que nosotras!”, cuenta su vocalista. Para Thing, la idea es lograr volverse universales sin dejar de ser fieles a sus raíces ni de transmitir un mensaje. Por lo demás, “que se aloquen hasta los camellos”.

Que sea rock

Hayahuascah vagaba por Instagram hasta que, así como hoy alguien puede encontrarse con un video de Seera, ella se cruzó con uno de Meesh. Era un cover de The Doors con el bajo, y pensó que eso podría ir muy bien con su guitarra. Le escribió para grabar una sesión de improvisación juntas y Meesh invitó a su hermana Nora. Era abril del 2022 cuando las tres se juntaron por primera vez, y la química fue instantánea. “¡Escribimos cinco canciones en una noche!”, cuentan.

Thing apareció después durante un evento por el Día Internacional de la Música en la ciudad de Riad y las cautivó con su “energía eléctrica” que solamente podía sumar a la “sinergia magnética” que ya existía entre las tres. Estaba claro que tenían algo especial en proceso.

Seera se estableció oficialmente en octubre de 2022 y tuvo sus primeras presentaciones en la capital de Arabia Saudita. Sus influencias vienen de todas partes del mundo y van desde el rock psicodélico hasta el metal progresivo, mezclados con música tradicional árabe.

¡Hemos visto algunos tipos con barbas impresionantes en nuestros shows rockeando más fuerte que nosotras! ¡Hemos visto algunos tipos con barbas impresionantes en nuestros shows rockeando más fuerte que nosotras!

La apuesta siempre es a conseguir un sonido inmersivo, profundo, místico, aunque no niegan haber cantado, bailado y hasta usado de inspiración la música de Los Bitchos, una banda de cumbia psicodélica instrumental formada por cuatro mujeres —dos de ellas uruguayas­— en Londres.

Antes de conocerse, las chicas de Seera tenían en común que les encantaba la cumbia, por eso algún día sus shows prometen volverse “un safari” de músicas, “una discoteca trotamundos”.

Hayahuascah cuenta que la banda reconoce “la naturaleza pionera de su viaje”, pero si bien se sienten honradas por ser la primera banda pública de rock exclusivamente femenina, no dejan de apoyarse en los hombros de quienes intentaron el camino antes que ellas, que rompieron barreras e inspiraron a las siguientes generaciones.

Más apoyo que obstáculos

Seera no hace parecer que sea un problema ser mujer, tomar la decisión de subirse a un escenario, cubrirse de pies a cabeza, usar hiyab, gafas, sombreros y hasta máscaras, y tocar en Arabia­ Saudita.

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En realidad la única que cubre por completo su rostro es Thing, pero no lo hace por lo que la creencia popular piensa. Cuenta que su máscara estaba exhibida en casa de su madre como una reliquia tradicional de la península arábiga hasta que la tomó prestada para cada vez que se presentara poder mostrar también sus orígenes. “No es para esconderse detrás de nada, se trata de potenciar nuestra expresión artística y conectar con nuestras raíces. Es difícil que la gente no me identifique cuando mi peinado tiene identidad propia”, bromeó.

Estas mujeres aseguran que el apoyo que recibe la banda es mucho más grande que cualquier obstáculo que se presente en su camino. “Solo vemos oportunidades de crecimiento­”, señala Hayahuascah.

Nora, en cambio, sí reconoce algunos momentos en los que se sintieron “como pez fuera del agua” y que todavía hay algunas cuestiones sociales que hay que respetar. Pero, justamente, por haber alcanzado ese equilibrio entre traspasar los límites de sus posibilidades creativas sin exceder los culturales, dice que la sociedad las recibió con los brazos abiertos. “Entonces, si me preguntan qué tan difícil fue, el mayor desafío fue encontrarnos las cuatro. Por lo demás, todo siguió como una melodía salvaje con la medida justa de delicados guiños culturales”.

Con la iniciativa de Visión Saudí 2030, dice Nora, vino una nueva ola de conciertos públicos, exposiciones de arte y festivales “¡que nos brindan más espacios para rockear!”. Hayahuascah­ piensa que la situación del arte en Arabia Saudita hoy está siendo empujada por un envión popular que hay que saber aprovechar. “Hay oportunidad de evolución, de volverse icónicas, de ser coloridas, y un nuevo motivo de orgullo para nosotras”.

“Los artistas estamos encontrando nuevas formas de expresarnos y abrazar las tradiciones a través del arte”, agrega Thing. Y porque exista el preconcepto de que el rock es una música “a los gritos”, no significa que lo que ellas están haciendo sea una representación menos respetuosa de su cultura: “Todos gritamos a veces, de eso se trata el arte, de la autoexpresión. Y es subjetivo. Para nosotras, el rock es un recordatorio ruidoso y sin complejos de lo que somos, es empoderamiento. Representamos a todas las que alguna vez se han sentido invisibles y amplificamos sus voces”.

Más allá de Medio Oriente

Hayahuascah dice canalizar a sus ancestros a través de la punta de sus dedos y de una guitarra hecha de madera de oud o madera de agar, de origen asiático. Las chicas están convencidas de que aún cantando en saudí pueden alcanzar una audiencia global. “Cantar en árabe es lo que nos permite conectarnos profundamente con nuestra audiencia y compartir un mensaje de unión entre las culturas con voz propia“, explica Meesh.

La idea también es difundir el idioma; “no solo estamos haciendo música, estamos llamando a la búsqueda de un tesoro lingüístico, dice Nora. “El árabe es uno de los idiomas más fascinantes y complejos, con capas de doble significado y palabras que aceptan múltiples interpretaciones, lo que mejora la capacidad creativa de nosotras y de quienes nos escuchan y descifran. Así las oportunidades de exploración son infinitas“.

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Seera

Seera

Thing opina que Seera tiene un sonido moderno y contemporáneo que así como (recién ahora) está floreciendo en Medio Oriente, la banda también tiene chances de internacionalizarse. Quieren primero recorrer el país, luego el golfo y Medio Oriente y por último anunciar una gira mundial. “El cielo es el límite, pero ¿quién sabe? Quizás algún día actuemos en Marte y diremos: ¡hey, qué pasa, Elon!”, bromeó Hayahuascah.

En el futuro inmediato visualizan su primer álbum, al que pertenece su sencillo Al Fanaa, para finales de este año.

En definitiva, Nora describe Seera como “un mensaje para romper con un imperativo rotundo preexistente; queremos ser modelos para las niñas e inspirarlas a tomar un instrumento y a que compartan su historia. Queremos escuchar“.

Todos gritamos a veces, de eso se trata el arte, de la autoexpresión. Y es subjetivo. Para nosotras, el rock es un recordatorio ruidoso y sin complejos de lo que somos, es empoderamiento. Representamos a todas las que alguna vez se han sentido invisibles y amplificamos sus voces Todos gritamos a veces, de eso se trata el arte, de la autoexpresión. Y es subjetivo. Para nosotras, el rock es un recordatorio ruidoso y sin complejos de lo que somos, es empoderamiento. Representamos a todas las que alguna vez se han sentido invisibles y amplificamos sus voces

Al final del día, dicen las chicas, simplemente están haciendo lo que más les gusta.