"Queremos compartir un momento muy delicado que ha sucedido en las últimas horas. Mari volvió a atravesar un embarazo ectópico que derivó en una hemorragia interna con riesgo de vida". Esta es una parte del comunicado que se publicó en la cuenta de Instagram de la cantante argentina María Becerra el jueves 24 de abril. “Gracias a la rápida intervención de Juli (su novio, Julián Reininger), del equipo médico y el entorno que los acompaña, se logró actuar a tiempo. Mari salió sana y salva de la operación, con todo lo que eso implica”, continuaba el comunicado. Becerra llegó a estar un tiempo en terapia intensiva tras la intervención quirúrgica y luego siguió su recuperación con normalidad.
El comunicado usaba la palabra volvió, previo a embarazo ectópico, porque se trató de la segunda vez que la cantante sufrió esta complicación de salud. La primera fue en setiembre de 2024. Entre muchos fanáticos, seguidores, y entre quienes leyeron la noticia que recorrió portales de toda Sudamérica, surgió la pregunta: ¿qué es un embarazo ectópico?
La definición de diccionario para ectópico es “que se produce fuera del lugar propio”. En el caso de un embarazo, después de que el espermatozoide fecunda el óvulo y se forma el cigoto o “huevo”, ese huevo debe viajar a través de una de las trompas de falopio hasta llegar al útero y allí es donde debe ocurrir la implantación para que un embarazo sea viable y tenga posibilidades de llegar a término. Pero hay algunos casos en los que ese cigoto nunca llega al útero y se implanta en otra parte del aparato reproductor de la mujer. “Alrededor del 90% de los embarazos ectópicos suceden en una trompa, en ese viaje del óvulo fecundado”, explicó a Galería la ginecóloga Natalia Pérez, presidenta de la Sociedad Ginecotológica del Uruguay (SGU).
Pérez agregó que también existen algunos casos de embarazos que, si bien se implantan dentro del útero, lo hacen en una zona específica llamada istmocele, que es como una “hernia” que se genera en la cicatriz de una cesárea previa. Estos casos también se consideran ectópicos, ya que no es posible que lleguen a término porque allí no se puede formar la placenta, el órgano que da oxígeno y nutrientes al embrión.
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Julián Reininger y María Becerra
¿Por qué ocurre?
La pregunta es casi un misterio en medicina. No se sabe por qué se producen los embarazos ectópicos, aunque sí existen algunos factores de riesgo. El principal es la enfermedad pélvica inflamatoria: una enfermedad infecciosa que afecta a los órganos reproductores femeninos internos.
También pueden ser factores de riesgo las cirugías previas en las trompas o en la zona del abdomen. Este tipo de intervenciones pueden provocar adherencias y dificultar la llegada del cigoto hasta el útero.
Pero hay algo que es seguro: no intervienen otros factores físicos, genéticos o de estilo de vida. En este caso, la buena alimentación y el ejercicio físico no son garantía de nada ni tampoco ayudan a prevenirlo. “No hay prevención” del embarazo ectópico, aseguró la presidenta de la SGU.
En el pasado, cuando se hacían pocas ecografías y el control de embarazo era más esporádico y menos estricto, era frecuente que las mujeres fallecieran por un embarazo ectópico. Al implantarse el cigoto dentro de la trompa —una cavidad muy fina y con poco músculo—, si no se interviene a tiempo, comienza a crecer hasta horadarla (término médico para agujerearla) y romperla. En ese caso, se produce una enorme hemorragia que puede tener el peor final.
En la actualidad es más frecuente que el embarazo ectópico se diagnostique a tiempo. Y “a tiempo”, en este caso, quiere decir apenas se obtiene un resultado positivo en un test de embarazo de los que se hacen en casa.
Los síntomas del embarazo ectópico son los de cualquier embarazo: náuseas, vómitos, sueño. En el caso de una implantación fuera de lugar, el síntoma frecuente que se agrega es el del sangrado. Las pacientes pueden presentar también dolor abdominal, que suele comenzar como algo leve e ir en aumento.
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Cómo se trata el embarazo ectópico
La solución más común para cuando un cigoto se implanta fuera de lugar es la cirugía. En general, los médicos recurren a extraer la trompa en la que se produjo ese embarazo ectópico, un procedimiento que se realiza por laparoscopía (una técnica mínimamente invasiva) en el 99% de los casos, según Pérez. En el 1% restante se recurre a un corte en el abdomen, cuando el aparato circulatorio de la paciente se ve afectado por la pérdida de mucha sangre.
También existe un tratamiento no quirúrgico, con una droga llamada metrotexato que, en etapas muy tempranas, detiene el crecimiento del óvulo fecundado antes de que llegue a crecer tanto que pueda romper la trompa de falopio. El metrotexato hace que las células de ese huevo que se acaba de formar sean expulsadas.
María Becerra tuvo dos embarazos ectópicos y no es tan extraño que esto suceda. “Si una mujer tuvo un embarazo ectópico, tiene más riesgo y es más frecuente que tenga otro”, aseguró la ginecóloga. “Sobre todo si cuando la operaron no le sacaron la trompa”, supone, sin mayor información sobre este caso.
La presidenta de la SGU contó que, antes, el procedimiento quirúrgico más frecuente consistía solo en sacar el cigoto de dentro de la trompa. Sin embargo, hace un tiempo se comprobó que la repetición del embarazo ectópico era más frecuente en estos casos. La trompa afectada quedaba algo debilitada y eso implicaba una alta probabilidad de que un nuevo huevo quedara allí y no llegara al útero.
La información actual indica incluso que, aunque se extraiga una trompa, igual la paciente tiene más probabilidad de que se le repita el embarazo ectópico. Esto es porque “los mismos factores que tuvo en la trompa derecha pueden llegar a estar en la izquierda”, por ejemplo, explicó Pérez.
“No quiere decir que esto ocurra en el 100% de los casos. Muchas mujeres han tenido un embarazo ectópico y después a los cuatro meses quedaron embarazadas de vuelta y todo salió bien. Pero es más frecuente verlo cuando ya hay un antecedente. Cuando una mujer queda embarazada y ya tuvo un embarazo ectópico antes, rápidamente tiene que ir a hacerse la ecografía, para corroborar que ese embarazo esté dentro del útero y no fuera”, agregó.
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Una o dos mujeres en 100
Según los libros de medicina que se estudian en Uruguay, la incidencia de embarazos ectópicos es de entre 1% y 2%. Esto quiere decir que, de cada 100 mujeres que quedan embarazadas, una o dos tienen un cigoto que se implanta fuera del útero o en el istmocele. La ginecóloga dijo que desconoce si a nivel nacional hay algún tipo de registro de embarazos ectópicos, porque los médicos de su especialidad no están obligados a informarlos ante el Ministerio de Salud Pública.
Algunos ginecólogos u obstetras optan por abrir el formulario del Sistema de Información Perinatal apenas reciben a una paciente con un test de embarazo positivo, mientras que otros prefieren esperar a que haya una primera ecografía que indique que ese embarazo puede ser viable.
“En la práctica clínica, si bien el embarazo ectópico no es superfrecuente, de todos los días, sí se ve y, en general, se diagnostica de forma temprana. Si podemos, les hacemos tratamiento médico y, si no, uno quirúrgico”, dijo la especialista.
La mortalidad por esta causa en el Uruguay actual es baja, aseguró la ginecóloga. Y no solo eso, sino que, en la mayoría de los casos, las mujeres quedan sin ninguna secuela y pueden ser madres de forma natural pasados algunos meses.
Las mujeres que tienen un embarazo ectópico pueden sufrir una disminución de su fertilidad porque suelen quedar con una trompa afectada o una trompa menos, en caso de que se les haya extraído. Pero la trompa que queda puede ser funcional. Y aun si no lo es, existen las técnicas de fertilización in vitro, en las que el óvulo fecundado en el laboratorio se implanta directamente en el útero.
La SGU sugiere que la mujer espere un mínimo de entre cuatro y seis meses, tras un embarazo ectópico, para intentar quedar embarazada de nuevo. Muchas veces se sugiere incluso esperar un año, porque el proceso implica también un proceso psicológico. Lo importante, según Pérez, es “que la paciente pueda entender lo que es un embarazo ectópico y que pueda entender el tratamiento. Que pueda entender que no hay nada que haya hecho que la haya llevado a tener ese embarazo ectópico, porque son cosas no prevenibles”. “Lo único prevenible son las enfermedades de transmisión sexual, que predisponen un poco más cuando generan infecciones pélvicas. No hay algo comportamental ni de alimentación ni de nada que pueda hacerse para evitar tener un embarazo ectópico”, concluyó.