¡Hola !

En Búsqueda y Galería nos estamos renovando. Para mejorar tu experiencia te pedimos que actualices tus datos. Una vez que completes los datos, tu plan tendrá un precio promocional:
$ Al año*
En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] o contactarte por WhatsApp acá
* Podés cancelar el plan en el momento que lo desees

¡Hola !

En Búsqueda y Galería nos estamos renovando. Para mejorar tu experiencia te pedimos que actualices tus datos. Una vez que completes los datos, por los próximos tres meses tu plan tendrá un precio promocional:
$ por 3 meses*
En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] o contactarte por WhatsApp acá
* A partir del cuarto mes por al mes. Podés cancelar el plan en el momento que lo desees
stopper description + stopper description

Tu aporte contribuye a la Búsqueda de la verdad

Suscribite ahora y obtené acceso ilimitado a los contenidos de Búsqueda y Galería.

Suscribite a Búsqueda
DESDE

UYU

299

/mes*

* Podés cancelar el plan en el momento que lo desees

¡Hola !

El venció tu suscripción de Búsqueda y Galería. Para poder continuar accediendo a los beneficios de tu plan es necesario que realices el pago de tu suscripción.
En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] o contactarte por WhatsApp acá

En el Día de la Tierra, 22 maneras de habitar el mundo

A propósito del Día de la Tierra, que se celebra el 22 de abril, la ilustradora francouruguaya Nat Cardozo invita a un recorrido por 22 pueblos indígenas y otras formas más conscientes de vivir en su libro Origen

Redactora de Galería

La tierra no nos pertenece, nosotros pertenecemos a la tierra. Sobre esta idea de desdibujar la frontera entre el ser humano y el entorno, la ilustradora francouruguaya Nat Cardozo trabajó en Origen, su libro más personal, según ella, porque nace de preguntas que quedaron sin responder en las cenas familiares, y que ni las tantas bibliotecas de su casa de la infancia alcanzaban para contestar.

¿Por qué existe la desigualdad? ¿De dónde vienen las diferencias? Todos esos cuestionamientos encuentran un sentido cuando Cardozo se adentra en el universo de los pueblos originarios y aprende sobre cómo ellos perciben el mundo y su lugar en él. Lo que encontró fue una gran desconexión que comenzó en algún punto de la historia en el que dejamos de sentir como ellos y nos autopercibimos superiores.

Con su libro, Cardozo quiere dejar en evidencia algo muy simple: hubo y hay otras formas de vivir, más humanas, más equilibradas, más conscientes. Por eso, sus ilustraciones son rostros de personas, infantiles, pero con el cabello de flores y lianas, galaxias que hacen de pecas, animales que dibujan las expresiones de la cara y agua turquesa corriendo en una mirada como el color de la tierra.

Esos rostros no son solamente personas, son ecosistemas, historias, son maneras de habitar el mundo.

origen latam.JPG

Y se habla de habitar, no de ocupar, porque ocupar un territorio no significa pertenecer a él. Desde que se aprobó la ley de traslado forzoso a los pueblos cherokees en Estados Unidos en 1830, que si bien hablaba de “destierro voluntario”, terminó siendo una herramienta para despojar de sus tierras a los nativos americanos, la misma desocupación ocurrió también en la sabana de África, en la selva de Indonesia, en la cordillera andina y en el resto de todas las comunidades indígenas. Pero todavía hay quienes resisten.

Más de 5.000 pueblos originarios de todo el mundo, de las poblaciones más marginadas del planeta, siguen cuidando de sus territorios y su cultura.

En su trabajo, la autora hace un acercamiento a 22 de ellos, explorando su forma de vincularse con la naturaleza desde la gratitud. La perciben como un ser vivo, es su dios; son sus lugares sagrados y su fuente de alimento.

Esta forma de vida parece pertenecer a un pasado casi mítico que en realidad es el presente de muchas personas a lo largo de todos los biomas de los cinco continentes, hasta en los más hostiles. Con frío polar o a la falda de volcanes activos, estas comunidades aman, respetan y cuidan el mundo tal cual les tocó vivirlo.

Origen tierra.JPG

Todo lo que puede ocurrir en un cuadradito de tierra

Los retratos de Cardozo están hechos con elementos de la naturaleza y otros culturales que identifican a cada tribu con su forma de trabajo y el lugar al que pertenecen: animales sagrados, flores nativas, símbolos espirituales. Ni siquiera la elección de los colores es casual, y cada dibujo es un mundo.

Como los tatuajes en el rostro de los ngati­ hau de Nueva Zelanda, que llevan marcado, además de “las líneas del viaje de su existencia”, la historia de su padre escrita a la derecha y la de su madre a la izquierda, y ningún tatuaje es igual a otro porque no hay ninguna vida igual a otra. Tampoco Origen tiene dos dibujos iguales.

El proceso creativo detrás del libro fue artesanal y meditativo. Además de ilustrar, la autora se sumergió en una investigación casi antropológica realizando entrevistas, buscando fotografías, aprendiendo sobre clima, geografía, fauna y flora, tocando texturas.

Y el detalle siempre fue parte de su identidad artística. Le fascina todo lo que puede ocurrir en un cuadradito de 10 × 10 centímetros de tierra, y eso lo extrapola a su universo y aparece en sus dibujos.

El lápiz fue el primer paso, seguido del pirograbado (sobre madera) y la pintura, que obedecía a las sensaciones que cada pueblo despertaba en Cardozo.

22 pueblos indígenas

En las últimas páginas del libro hay un mapa, pero no es un mapa político, sino más bien una forma de geolocalizar a cada tribu y sus elementos comunes. Es una red de senderos entrelazados al estilo de la etnia evenki, que tienen una manera más poética de ubicarse en el mundo, que no se mide por coordenadas, sino en forma de vínculos. Y volver al origen es justamente recordar esto, que todo está conectado. Ellos viven al norte de Rusia, China y Mongolia, en la tranquilidad de la taiga siberiana. Son nómades, pastorean renos, se defienden de los linces y piden permiso al alma de los animales (para los evenki, todos los seres vivos tienen alma, llamada omi) antes de cazarlos, así como interpretan la respuesta del paisaje, porque la madre naturaleza siempre se está comunicando si se la escucha con los ojos, los oídos y el corazón.

Así, el libro recopila las particularidades de cada pueblo, como los dongria kondh, una comunidad indígena de la India, para quienes todos los seres vivos y lugares tienen alma. Los rimba de Indonesia, que nacen unidos a un árbol —porque nacer es florecer y morir es marchitarse, eso dicta su cosmovisión— y todo lo que le suceda a ese árbol afecta al rimba. Los inuit en Canadá, acostumbrados al blanco de la nieve, los pelajes y el cielo, creen que la tundra, el territorio donde nada crece, está provisto de un espíritu sagrado llamado inua que nunca debemos ofender. Los bijago, de Guinea-Bissau, que usan máscaras que los acompañan toda la vida y también en la muerte. O los moken de las islas en Tailandia, sobre las aguas turquesas del Índico, que ya nacen con la capacidad pulmonar y las pupilas adaptadas como para bucear y pescar su propio alimento. En su lengua no existe la palabra desear porque el mar les provee de todo lo que necesitan. Y es que para estos pueblos no hay espacio para la idea de enriquecerse, se consume lo justo, y no existe más mañana que el hoy.

latinoamerica.JPG
evenki indigenas.JPG

En Estados Unidos, los pueblos que viven bajo las alas del águila calva y usan sus plumas para vestirse sí existen por fuera de los western, y comparten una filosofía de vida muy auténtica: el mundo se rige por distintas fuerzas que cooperan: hombre y mujer, caza y cosecha, humano y animal, fuego y agua. Y esa es la única absolutez.

En Centroamérica y Latinoamérica, que alberga casi el 10% de la población indígena mundial, los bribri de Costa Rica y Panamá piensan que nacieron de un árbol llamado sibo que les otorgó un gran talento para el cultivo pero también la responsabilidad de cuidar la tierra.

Los tz´utujil, en Guatemala, interpretan a las aves —si te cantan al oído izquierdo es un mensaje de ánimo y si lo hacen al derecho es una advertencia— y las llevan en todas sus coloridas vestimentas. Los yanomami en Brasil y Venezuela distinguen más de 50 tipos de abejas y se alimentan de su miel. Y así se llega a la última de las ilustraciones.

No tiene colores, no hay agua, no hay animales. No tiene mucha alma ni movimiento. Es un rostro lleno de chimeneas, de humo, de concreto, donde hay números y multitudes sin gracia. Una serpiente de tráfico, el canto de las sirenas que sustituye al de los pájaros. El dibujo no tiene sonido pero uno se lo imagina, porque es una imagen mucho más cercana que las anteriores.

Con esta ilustración, Cardozo deja una nueva pregunta sin respuesta: el paisaje que habitamos hoy… ¿es realmente el que queremos?

Nat Cardozo Origen.jpg
Origen, de la ilustradora francouruguaya Nat Cardozo; un recorrido por 22 pueblos indígenas y otras formas más conscientes de vivir en la Tierra

Origen, de la ilustradora francouruguaya Nat Cardozo; un recorrido por 22 pueblos indígenas y otras formas más conscientes de vivir en la Tierra