El 17 de noviembre de 1994, y tras una obra dirigida por el estudio de arquitectos Gómez Platero-Cohe-Alberti, se inauguró el complejo Tres Cruces, conformado por una terminal de ómnibus y un shopping. La construcción del edificio supuso la unificación de un lugar de partida y arribo cómodo, limpio y seguro para los pasajeros, destacado por su localización accesible y combinación de servicios.
Treinta años después, lo que comenzó operando como una terminal con 80 locales, evolucionó a un moderno complejo que integra un shopping con casi 200 propuestas comerciales y de servicios, tiendas y gastronomía. Además, cuenta con un sector de encomiendas desde donde se envían y reciben paquetes a todo Uruguay y países de la región. Este crecimiento estuvo acompañado por varias ampliaciones, que resultaron en la reducción en los costos del transporte a los pasajeros y en un impacto positivo directo en la creación de empleo. En la actualidad, trabajan en el complejo más de 3.000 personas, entre colaboradores directos e indirectos.
A su vez, la terminal incidió positivamente en el transporte montevideano, ya que hoy se realizan menos servicios de ómnibus para transportar más pasajeros, lo que implica un menor consumo de combustible y emisiones, un menor desgaste de la infraestructura vial y un menor impacto en el tránsito de la ciudad.
Se destaca la reducción de la cantidad de unidades movilizadas para una mayor cantidad de pasajeros. También se declaró la definición de una zona de exclusión para la circulación de ómnibus, lo que favoreció la fluidez en el tránsito del centro de la ciudad. Todo esto desarrolló una nueva centralidad en la ciudad: Tres Cruces no tardó en convertirse en un punto neurálgico de referencia. Con el transcurso de los años, se generaron en el entorno del complejo nuevos desarrollos inmobiliarios, locales comerciales, centros de salud, centros de enseñanza y unidades de oficina, transformando por completo aquella zona deprimida de comienzos de los años 90.
Orígenes
El proyecto de Tres Cruces se inició a partir de la visión de satisfacer las necesidades de los usuarios del transporte. Un grupo de nueve empresas transportistas (conformado por Agencia Central, Amestoy Hermanos, Chadre, CITA, COT, CUT, Núñez, Turil y Turismar) plantearon esa inquietud al Ministerio de Transporte y Obras Públicas, y encargaron al doctor Luis Víctor Muxi se reuniera con el contador Luis Eduardo Lecueder para lograr su incorporación en la dirección, el desarrollo del proyecto y en la organización del grupo inversor.
Durante 1989, bajo la presidencia de Julio María Sanguinetti, Lecueder y Muxi plantearon la idea a Alejandro Atchugarry. Definidas las bases y convocada la licitación, el día 20 de julio de 1990, bajo la presidencia de Luis Alberto Lacalle, se otorgó la concesión a Gralado S.A. para la construcción, explotación y mantenimiento de la terminal y el shopping Tres Cruces. En este proceso, la actuación de Lecueder y Muxi resultaron fundamentales para que el proyecto lograra éxito en su desarrollo. Desde el comienzo, Luis Lecueder fue el presidente del directorio hasta su fallecimiento, pocos días antes de la inauguración en 1994.
Desde ese momento y hasta la fecha, el contador Carlos Lecueder lo sustituyó en el cargo de presidente del directorio, acompañado de Muxi como vicepresidente y por un tercer director rotativo en representación de las empresas transportistas socias del emprendimiento. Sus liderazgos han sido fundamentales para el desarrollo sostenido del proyecto durante estos 30 años, así como el gran trabajo y apoyo de un equipo de alrededor de 100 personas que lidera desde hace 25 años el contador Marcelo Lombardi.
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Inauguración de Tres Cruces en 1994
Innovación y expansión
Tras una gestión de tres décadas, el MTOP otorgó la extensión de la concesión de la terminal hasta 2041.
Desde su apertura, el complejo ha desarrollado un crecimiento sostenido, posicionándose como el principal punto de encuentro del país y la puerta de acceso a la capital para los 10.000.000 de personas que pasan por la terminal anualmente.
La evolución en la cantidad de conexiones y rutas nacionales e internacionales, así como las dos grandes ampliaciones de infraestructura del complejo, han marcado el camino hacia un presente sólido. Con la primera ampliación en 2012, se construyeron nuevas áreas comerciales y de estacionamiento, que sumaron más de 31.500 m2 de servicios. Además, se creció de 33 a 41 plataformas, en la zona de andenes, y se ensanchó el área de plataformas para una mayor comodidad y fluidez de pasajeros. Estas mejoras se continuaron en 2019, cuando se agregó un nuevo nivel de shopping y se amplió el estacionamiento del segundo nivel de subsuelo. Actualmente, en la terminal operan más de 40 empresas de transporte y el complejo cuenta con casi 200 locales comerciales con una amplia plaza de comidas.
Por otra parte, Tres Cruces ha demostrado desde sus inicios una profunda responsabilidad con el desarrollo sostenible, alineando su gestión con énfasis en los temas que marcan la agenda de la sostenibilidad, como el cuidado del medio ambiente y la promoción de iniciativas comunitarias. Estas acciones se publican cada año en un reporte de sostenibilidad de la empresa, que sigue los últimos estándares del Global Reporting Initiative (GRI). Este documento representa su compromiso con las mejores prácticas empresariales, al informar con transparencia su desempeño económico, social y ambiental.
Por la extensión de la concesión, y la recuperación de las visitas y ventas pospandemia, el recinto obtuvo también una mejora de la clasificación por parte Moody’s Uruguay, que en su informe detalla una mayor previsibilidad en la producción de flujos futuros de la compañía. A su vez, en el último ejercicio, Gralado S.A. alcanzó la mayor cotización del precio de su acción en el mercado de la Bolsa de Valores de Montevideo, la mayor generación neta de fondos y el mayor ingreso por arrendamientos comerciales de la última década.
Camino hacia la renovación
Con un plan de inversión mínimo de más de US$ 23.600.000, la Terminal de Ómnibus de Tres Cruces inicia una nueva etapa que estará marcada por transformaciones edilicias, tecnológicas y de equipamiento para mejorar la experiencia del usuario y producir un impacto positivo en el servicio al pasajero.
El programa de inversiones ya comenzó a desarrollarse y se extenderá hasta 2041. En ese plazo, se realizarán mejoras en la infraestructura para potenciar el desempeño de todos los servicios y la eficiencia del funcionamiento del complejo.
Algunas de las obras más destacadas incluyen la ampliación del área comercial, la construcción de un nuevo estacionamiento, la modernización de sistemas tecnológicos, el reacondicionamiento de la planta de residuos y la mejora de la accesibilidad de todas las instalaciones.
La primera etapa de obra inició a mediados de este año con la renovación de todos los pisos de la terminal y encomiendas. También se llevó a cabo la sustitución de todas las sillas de las salas de espera por otras sustancialmente más confortables, que permitirán brindar una estadía más amigable a la hora de viajar. Todos los antiguos asientos fueron donados a instituciones, escuelas y organizaciones públicas.
Otras reformas encaminadas son las mejoras en todo el sector de encomiendas y la construcción de una nueva rampa de acceso al subsuelo por la calle Goes, lo que permitirá mejorar la dinámica del tránsito de la zona y ofrecerá un acceso más ágil al complejo. Las refacciones en los servicios higiénicos de toda la terminal están en proceso y se finalizarán en diciembre de este año. A su vez, se añadió un servicio higiénico familiar y universal.
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Prontamente, se instalará un nuevo sistema de información al público que permitirá almacenar la información de todos los coches que entran y salen de la terminal, con los datos de cada servicio. Además, gestionará toda la información que se visualiza en las pantallas de los 41 andenes, boleterías, puertas, rotonda central y salas de espera, y permitirá obtener información de las antenas que leen los tags de telepeaje de los ómnibus.
Para llevar adelante todo este plan de reformas y renovaciones, Tres Cruces lideró una profunda investigación, relevando la gestión de las mejores terminales de las principales ciudades del mundo, que ponen al usuario como centro para brindarle un espacio cómodo, seguro y versátil.
Finalizado el contrato de concesión en el año 2041, y tras la ejecución de las múltiples obras de renovación, Tres Cruces habrá invertido más de US$ 135.000.000.
Cifras con impacto
El complejo Tres Cruces tiene un total de 80.000 m2 construídos y emplea a más de 300 personas. Se estima que en estos 30 años han pasado por el recinto unos 700.000.000 de clientes y pasajeros, y se han generado más de 15.000.000 de toques de andén.