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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáEn nuestro país hablamos mucho del campo y de su importancia económica, pero ¿entendemos realmente de qué hablamos?
En estos últimos días, en apoyo al proyecto Neptuno, se ha planteado salvaguardar el horizonte A de los suelos donde se ubique el pólder para reserva de agua dulce.
Ahora bien, el suelo, base del “campo”, no es esa tierra negra que molesta y de la hay que deshacerse, es un cuerpo natural que tiene y alberga vida. Su formación requiere miles de años de acumulación de materia orgánica, generándose así las capas que lo componen, cada una de las cuales tiene funciones propias.
El “horizonte A” es la capa superior, fértil y oscura, donde se concentran la mayor parte de las raíces y la materia orgánica. Junto con los horizontes inferiores constituye el suelo y no se le puede separar sin modificar sus propiedades; ese horizonte sin vegetación pierde su actividad biológica, se oxida su materia orgánica y deja de captar carbono.
El proyecto Neptuno está emplazado en una de las zonas agrícolas más ricas del Uruguay (tienen un índice Coneat de alrededor de 200 y pueden acceder al riego usando el acuífero Raigón). Por eso los productores, que conocen sus características, han tratado de que se respete esa riqueza natural que permite obtener una importante producción agropecuaria.
Aun cuando se indemnice a los productores se perderá un área significativa de los mejores campos del Uruguay con alto potencial productivo. Por eso la preocupación es bienvenida pero insuficiente.
Ing. Agr. Juan Horacio Molfino
CI 969.402-6