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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáHabiendo pasado ocho meses desde aquella firma del acuerdo para comprarle dos buques de patrulla al español Francisco Cardama, por 92 millones de dólares (en realidad, es más que eso porque el contrato es en euros reajustables por inflación, o sea que van a costar unos cuantos millones más), y 12 meses de la resolución presidencial que lo asigna, aún sigue sin concretarse nada del proceso constructivo por la falta de avales, requeridos afortunadamente por el estudio jurídico del Dr. Delpiazzo, tengo al respecto algunas preguntas para formularle al exministro Javier García:
¿Por qué no se mandó estudiar a la Armada, la mejor opción para sus necesidades, en este caso de patrulla marítima, y posteriormente se hizo una licitación internacional bien clara y transparente?
La Armada Nacional tiene órganos específicos para determinar qué buque es el necesario para cada tarea y analizar en consecuencia, la mejor opción existente; tal es el cometido del Estado Mayor y la Dirección de Material Naval. El relato de los hechos de ambos contralmirantes al mando de esas unidades nos dice que nunca les fue asignada esa tarea por parte del almirante Wilson, sino que este designó un grupo ad hoc bajo su propio mando, el cual primeramente eligió los buques chinos. Posteriormente, para elegir las naves de Cardama, ni siquiera se conformó un grupo de estudio, sino que fue presentada esta solución como decisión de Wilson, apoyada por dos de sus contralmirantes funcionales, con abstención y oposición del resto. Tal es así que provocó la reacción del jefe del Estado Mayor, con su pase a retiro voluntario, ya que había presentado el único estudio al respecto, en el que la selección del comandante Wilson era la peor de todas.
Con estos hechos y basado en lo difundido públicamente, solo cabe inferir que fue el ministro García que ordenó elegir las naves chinas en el marco del TLC anunciado y deseado. Seguramente, desde el Ministerio de Defensa se lo identificó como un elemento favorable para el objetivo del Poder Ejecutivo.
Las complicaciones geopolíticas de esta elección fueron obvias, y así el ministro mandó a su secretario, el Dr. Fabián Martínez, a concretar la compra de patrulleros noruegos usados, sin que previamente fueran inspeccionados a fondo en cada una de sus características y capacidades. Con el negocio casi cerrado, afortunadamente de la propia Armada le advirtieron que debido al calado no era factible atracar en los muelles navales, además de que no podían vararse en diques nacionales, con la consecuencia de que, ante cualquier desperfecto, reparación o mantenimiento en cascos, hélices o timones, sería una flota rehén de la disponibilidad de diques en el extranjero.
Casualmente, en medio de esta situación, como por arte de magia aparece en escena una propuesta de Cardama, en la que el exsubsecretario Elgue viaja únicamente a ese varadero gallego, más chico que el Dique de la Armada, en una misión oficial, declarando de “conveniencia la concurrencia”, con sus “noventa preguntas” elaboradas por expertos y que, por sus respuestas, fue la ganadora, cuando Elgue fue posteriormente el presidente del comité de selección.
Entre esas preguntas no creo que estuvieran estas (las repuestas son mías, pero con información pública, cierta y verificada):
¿Tiene alguna experiencia construyendo buques militares? Respuesta: no.
¿Se dedica a la reparación y mantenimiento de buques pesqueros? Respuesta: sí.
¿Ha construido algún buque exitosamente? (¿lo ha vendido?) Respuesta: no.
¿Tiene solvencia financiera, garantías para encarar esta construcción? Respuesta: no.
El costo de buques similares ya construidos ronda los 60-80 millones de euros, su oferta es de solo 40, ¿a qué se debe? Respuesta: no sabe/no contesta.
El plazo de entrega es factor decisivo, ha dicho el Dr. García, ¿cree que el frío, la lluvia y la nieve en su dique abierto, construyendo un buque desde cero, por primera vez y con especificaciones militares, afectará el plazo estipulado de 18 meses, cuando empresas navales que ya han construido mencionan 22-24 meses?
Respuesta sugerida: no tengo penalizaciones, si demoro un poco más, ¡joder!
Pregunta extra fuera de fecha: Siguiendo los criterios de cercanía e integración nacional, como se mencionó por parte del Ministerio de Defensa, para su elección de aviones de combate a Brasil.
¿Por qué no se optó por construir allí, habiendo recibido ofertas al respecto? Resp: no sabe/no contesta.
Mensaje a los políticos en estos temas:
Sres. del Frente Amplio de la Comisión de Defensa, ¿están conformes con su trabajo de control y cuestionamiento en esta acción de compra del Ministerio de Defensa? Habiendo leído las actas respectivas, opino que les respondieron en el mejor de los casos con medias verdades, inexactitudes y discursos. Y que fueron avasallados absolutamente. ¿Es con esta tibieza de reacción ante claros hechos inconvenientes para el país que pretenden gobernar?
Sres. Dr. García y Cnel. Elgue, nacionalistas y artiguistas: ¿por qué se descartó de plano la construcción nacional? Lenta, ineficiente, problemática pero viable; experiencias exitosas hay. Con Brasil al lado, Mercosur, experiencia y solvencia comprobada en construcción naval, ¿no era mejor que este salto al vacío? ¿Este es el ejemplo para el gobierno que ofrecen?
Como lo vimos, sospechamos, advertimos, esta mala decisión de García, Elgue, Wilson, luego avalada por el Sr. Presidente, va a perjudicar a la Armada en sus capacidades de patrullaje marítimo por décadas y, por ende, a los intereses marítimos del país. Es una gran inversión con los dineros públicos, con futuro muy incierto, no obstante, que aún se puede detener. Después de todo, y hasta ahora, Cardama no ha cumplido con ninguno de sus compromisos, a pesar de que el gobierno le ha extendido gentilmente los plazos una y otra vez para que consiga los avales que cualquier astillero solvente tendría que haber presentado al momento de la firma, hace ya ocho meses y con los documentos originales en mano.
Se pueden hacer las cosas correctamente y coherentemente, que a nuestro juicio es lo que no se hizo.
Almirante Canaris