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    “Movilidad social”

    POR

    Sr. Director:

    “Aquellos que se nos parecen son Nosotros y el resto son Ellos”

    (Rudyard Kipling)

    En algunas sociedades la movilidad social ha sido imposible. Por ejemplo en aquellas en las cuales el estatus social viene determinado por sistemas religiosos o legales, como el sistema de castas indio, o antiguamente con la esclavitud o el feudalismo.

    En las modernas democracias de mercado, los individuos pueden desplazarse socialmente a lo largo de su vida (movilidad intrageneracional) o sus descendientes pueden hacerlo con relación a sus padres (movilidad intergeneracional). Cuando se habla de igualdad de oportunidades, se habla de movilidad social, que cualquiera, solo por sus méritos y su esfuerzo, tenga la posibilidad de conseguir una posición social mejor para sí mismo y para su familia. A diferencia de la igualdad en general, utopía frustrante causada por una creencia sobrenatural, no científica. Las personas no han sido creadas sino que han evolucionado. La evolución se basa en la diferencia, no en la igualdad. Cada persona posee un código genético diferente y desde su nacimiento está expuesta a diferentes influencias ambientales. Esto conduce al desarrollo de cualidades diferentes que significan diferentes probabilidades de supervivencia y de desempeño en la vida. No evolucionamos para ser iguales, la idea de igualdad se halla inextricablemente ligada de la “creación”, que dice que todas las almas son iguales ante Dios. La igualdad entonces es un concepto religioso, no biológico, y por tanto no es científico. La movilidad social es sinónimo de igualdad de oportunidades. Esto es valorado por todo el espectro político, demagógicamente algunos confundan con “igualdad total”, percepción próxima a la envidia y el resentimiento.

    Existen datos comparables internacionalmente sobre movilidad social intergeneracional para países ricos realizados por London School of Economics. Allí se observa que los países con mayores diferencias de renta tienen una movilidad social mucho más baja. La tasa de movilidad más alta la tienen Canadá y los países escandinavos, Alemania está a medio camino, Reino Unido la tiene baja, siendo la tasa de movilidad más baja de todos los Estados Unidos (Wilkinson, Richard y Pickett, Kate, 2009, Desigualdad, Turner Publicaciones, pág.183).

    Este último dato contrasta con el famoso mito del “sueño americano”. Cuesta creer que miles de individuos de todo el mundo y de todas las edades pongan en riesgo su vida para llegar a ese país si sus oportunidades de mejora son tan bajas. Los humanos somos guiados por las expectativas que “soñamos”, no por la realidad objetiva. Cuando se focaliza la atención en el futuro (expectativa), se observa el futuro ideal, el cerebro se inunda de dopamina que lo vuelve maleable para perseguir el “sueño”. Nadie compra el 5 de Oro para sacar el pozo de plata. Las expectativas generan las emociones positivas requeridas para actuar, ya sea para salir campeones o para “terminar el liceo”. Nadie va a “18 de Julio a festejar el camino”.

    Las neuronas espejo hacen que se imiten los comportamientos que se consideran exitosos: miran a los campeones, a los ganadores, a aquellos que viven en el mismo barrio y lograron el éxito (terminar el liceo). Se puede saber mucho siendo escolástico pero, si no se entiende cómo funciona el cerebro humano, las sociedades no avanzan. Se requieren incentivos que el cerebro traduce en hechos. Si no se avanza en educación, la movilidad social no existe, la famosa “igualdad” queda en el discurso, que hoy aparece exitoso porque es solo discurso, lejos de la realidad que se persigue.

    “Nuestro progreso como nación depende de nuestro progreso educativo. La mente humana es nuestro principal recurso” (John Kennedy). En este período de la historia, el camino de la movilidad social es emprender. Y no se trata de montar una empresa. Consiste en seguir nuestro propio camino en la vida, cultivando una nueva actitud que nos permita crear proactivamente nuestra profesión, reforzando nuestras fortalezas. Todos nacemos con un potencial único e irrepetible. Está dentro de nosotros esperando a que lo desarrollemos. Para lograrlo es necesario escuchar con atención a nuestra voz interior, la cual nos guía hasta nuestros dones y talentos innatos.

    Quienes aman lo que hacen y hacen lo que aman se distingan por su entusiasmo. Esta palabra procede del latín entusiasmus, que a su vez viene del griego enthousiasmos. Y significa “espíritu guiado por la inspiración divina”. Eso es precisamente lo que sentimos cuando sentimos cómo la vida crea a través nuestro.

    Saber quiénes somos y para qué estamos aquí convierte nuestra autoestima en un arco y la confianza en nosotros mismos, en una flecha. Al encontrar nuestra dirección y nuestro camino en la vida, encontramos también nuestro lugar en el mundo. De pronto todo tiene sentido. Y las cosas adquieren un nuevo significado.

    Al empezar a confiar en nosotros mismos (y no en aquellos que se legitiman en nuestras carencias, se amarran a cargos con buenas remuneraciones y nos dicen que “somos explotados y pobres”), comenzamos a confiar en la vida. Es entonces cuando tomamos la firme decisión de iniciar una estrategia para cambiar nuestra manera de relacionarnos con el mercado laboral. Y vamos paso a paso, sin prisa, aprendiendo y disfrutando de cada una de las etapas que componen este proceso de transición.

    En el nuevo paradigma profesional emergente en la era del conocimiento, nos pagarán por aportar valor, crear riqueza, generar beneficios y lograr resultados. En este sentido, el emprendedor encuentra la manera de aunar su pasión, sus dones y sus talentos con la resolución de algún problema del mundo, profesionalizando la forma de atender dicha necesidad y demanda ya existentes. En esencia, se trata de ofrecer lo mejor de nosotros mismos al servicio de los demás.

    Por tanto, la gente del PIT-CNT, que luce tan versada en tantos temas —seguridad social, economía, trabajo, salud, educación, relaciones exteriores, etc.—, que apoye a sus miles de integrantes a encontrar su camino desde el emprendimiento personal o colectivo. Pueden constituir en su seno incubadoras de empresas que permitan el autoempleo de sus integrantes y puestos de trabajo a otros de sus colegas. En lugar de reclamarle al Estado fuentes de trabajo y, lo que es peor, reclamárselo a los capitalistas que tanto odian, que todos ellos elijan el camino propio. Un camino propio de riesgo y esfuerzo que brinda la autoridad para reclamar a la sociedad apoyo técnico, financiero y de capacitación. De última, el software humano que todos los sapiens tenemos es el mismo, solo nos diferenciamos en cómo lo aprovechamos.

    “No os dejéis atrapar por el dogma que es vivir según los resultados del pensamiento de otros, no dejéis que el ruido de las opiniones de los demás ahogue vuestra propia voz interior. Tened el coraje de seguir a vuestro corazón y vuestra intuición, de algún modo ellos ya saben lo que tú realmente quieres ser… Todo lo demás es secundario” (Steve Jobs).

    ¿Cambiamos nosotros? ”Si no piensas en tu futuro, no lo tendrás” (Kennet Galbraith). Cambiar nosotros significa aprender nuevos hábitos y desarrollar nuevas habilidades. Un estudio presentado en el Foro Económico Mundial ocurrido en Davos (Oppenheimer, Andrés, El futuro de nuestros empleos, 2016) afirma que “el sesenta y cinco por ciento de los niños que entran en la primaria hoy van a terminar trabajando en empleos que no existen en la actualidad”. Por tanto, si no preparamos a nuestros jóvenes desde ahora para que tengan más habilidades técnicas y para ser más emprendedores e innovadores, van a estar más amenazados por la ola tecnológica actual.

    Reforma educativa: “Si enseñamos a los alumnos de hoy como enseñábamos ayer, les estamos robando el futuro” (John Dewey).

    Se piensa que para generar una actitud emprendedora se requieren sofisticados procesos educativos. La experiencia enseña y la academia lo confirma que el solo hecho de invitar a los jóvenes a “pensar y soñar su futuro” es suficiente para incubar esa actitud, la cual se debe reforzar mediante prácticas consistentes y ejemplos a imitar. Nunca con burócratas que solo reclaman presupuestos, en lugar de generar autodesarrollo.

    ¿Se está dando ese ejemplo o a las autoridades y los docentes solo les interesa más presupuesto para mejorar sus salarios?

    Si tratamos de bosquejar un escenario futuro, la única salida para la creación genuina del desarrollo laboral del siglo XXI parece estar fundada en el andamiaje de miles de emprendedores que actúen como agentes de cambio, sustenten la competitividad de nuestra sociedad, se procuren trabajo a sí mismos y sean multiplicadores de empleo. Ser un agente de cambio es una virtud; es el que hace que las cosas sucedan.

    Cuando se habla de multiplicadores de empleo, se refiere a emplear, término originario de latín implicare, que significa “introducir”. Es esta la forma de eliminar la exclusión con la que se amenaza a la sociedad.

    Son las pequeñas y medianas empresas (pymes) las que motorizan el PBI de las naciones y ocupan la mayoría de la mano de obra, por tanto, es necesario introducir en la agenda de todos los sectores (empresario, gubernamental, tercer sector, enseñanza inicial, básica, media y superior) el especial desarrollo de una sociedad culturalmente emprendedora.

    Solo así habrá movilidad social y se tenderá a una igualdad social. Como decía Thomas Jefferson, una sociedad con mayoría de empresas chicas es garantía de democracia política y social.

    ”Si no trabajas por tus sueños, vas a trabajar por los sueños de otros” (Steve Jobs).

    Rafael Rubio

    CI 1.267.677-8