En Búsqueda y Galería nos estamos renovando. Para mejorar tu experiencia te pedimos que actualices tus datos. Una vez que completes los datos, tu plan tendrá un precio promocional:
* Podés cancelar el plan en el momento que lo desees
¡Hola !
En Búsqueda y Galería nos estamos renovando. Para mejorar tu experiencia te pedimos que actualices tus datos. Una vez que completes los datos, por los próximos tres meses tu plan tendrá un precio promocional:
* Podés cancelar el plan en el momento que lo desees
¡Hola !
El venció tu suscripción de Búsqueda y Galería. Para poder continuar accediendo a los beneficios de tu plan es necesario que realices el pago de tu suscripción.
Una vez más la cancha del Augusta National Golf Club puso de rodillas a Rory McIlroy. A lo largo de su carrera, el norirlandés tuvo en esa cancha 17 intentos con frustraciones, decepciones y lágrimas; quizás la mayor amargura fue en el 2011, cuando lideraba por cuatro a falta de nueve hoyos y terminó haciendo 43 golpes en los segundos nueve, para terminar en el 15º puesto.
¡Registrate gratis o inicia sesión!
Accedé a una selección de artículos gratuitos, alertas de noticias y boletines exclusivos de Búsqueda y Galería.
El venció tu suscripción de Búsqueda y Galería. Para poder continuar accediendo a los beneficios de tu plan es necesario que realices el pago de tu suscripción.
Esta vez fue diferente. En la tarde del domingo 13 McIlroy cayó de rodillas sobre el green del hoyo 18 de Augusta tras embocar su putt para birdie y quedarse finalmente con el ansiado título, luego de una larga espera de 11 años sin ganar un Major. Fue un festejo prolongado, sentido, que conmovió a todo el mundo del golf. McIlroy ganaba el Masters y con ello cerraba el círculo que lo suma a la selecta lista de seis golfistas que completaron el Grand Slam del Golf (los cuatro Majors) en su carrera. Gene Sarazen, Ben Hogan, Jack Nicklaus, Gary Player y Tiger Woods tienen a partir de esa trabajosa conquista un nuevo integrante en ese grupo.
El ganador empleó 277 golpes para los 72 hoyos igual que el inglés Justin Rose, por lo cual el torneo se definió en playoff. El birdie del norirlandés en el hoyo 18 contra el par del inglés le permitió quedarse finalmente con el saco verde y un cheque por US$ 4,2 millones de los US$ 21 millones que repartió el certamen en premios.
Pero más allá de los números fue un Masters espectacular, con un clima de fiesta a lo largo de las cuatro jornadas, en una cancha presentada como siempre en excelentes condiciones y con una vuelta final que será recordada por mucho tiempo por los constantes cambios que se dieron a lo largo de los 18 hoyos.
Los grandes tableros ubicados en lugares estratégicos del trazado (única información para jugadores, autoridades y público en general, ya que en Augusta están prohibidos los celulares) cambiaban constantemente para el delirio de los espectadores, lo que le dio un marco de emoción a la definición del primer Major de la temporada.
Las tradiciones en Augusta y un recuerdo
El Masters de Augusta se abrió el jueves 10. El campeonato se caracteriza por sus tradiciones, costumbres y reglas propias y solo se puede participar por una invitación del Comité Organizador. En la mañana de ese día, con una verdadera multitud que rodeaba el tee del hoyo 1, Jack Nicklaus, Gary Player y Tom Watson cumplieron con una tradición que comenzó en 1963 y pegaron un golpe simbólico, dando así el inicio formal a la competencia.
En el final de ese día, Justin Rose a sus 44 años sorprendía al mundo del golf al quedar como único líder con un recorrido de 65 golpes. La gran incógnita era si el inglés soportaría la enorme presión de liderar un Major a su edad con grandes golfistas persiguiéndolo, pero con un acumulado de 136 golpes mantuvo el liderazgo del torneo tras la segunda ronda y respondió a la pregunta de la mejor manera. El corte clasificatorio se ubicó en los 148 golpes y dejó a 55 golfistas en competencia para el fin de semana.
La tercera vuelta, por lo general la de los grandes movimientos en los tableros, mostró otra excelente ronda de McIlroy, quien repitió el 66 que había hecho el día anterior para quedar como puntero del Masters. Quiso el destino o los dioses del golf que Bryson DeChambeau embocara un putt desde 15 metros en el hoyo 18 para quedar en el segundo lugar y jugar con Rory la vuelta final.
En este escenario, sobrevolaron en Augusta las especulaciones y los recuerdos del último US Open, donde DeChambeau tras dos bogeys de McIlroy en los últimos cuatro hoyos se quedó con el título, desenlace que tenía el condimento adicional de las grandes controversias entre el PGA Tour y el LIV (un representante de cada lado).
Una definición espectacular
Ocho jugadores separados por apenas tres golpes salieron a la última vuelta en busca de la gloria y el preciado saco verde, símbolo de victoria en el Masters, tradición que se remonta a 1937. Esa ronda final fue un verdadero sube y baja con cambios permanentes en la punta y tres golfistas (McIlroy, Rose y Ludvig Aberg) con posibilidades de triunfo en el hoyo final.
Primer hoyo: doble bogey del norirlandés y adiós a la ventaja con la cual salió a jugar. Hoyos 3 y 4: dos birdies de Macllroy para quedar nuevamente como puntero. Y su recuperación se consolidó al cerrar los primeros nueve hoyos en 35 golpes y abrir una diferencia de cuatro sobre sus perseguidores.
La diferencia se mantuvo hasta el hoyo 13, donde McIlroy desde 82 yardas envió con su tercer tiro la pelota al agua del Rae’s Creek. Doble bogey increíble, más otro bogey en el siguiente hoyo. Torneo abierto. Rose era una máquina de hacer birdies, en total hizo 10, el último en el hoyo 18, para cerrar el campeonato de forma espectacular. Su ronda final de 66 golpes lo puso en lo más alto con un score acumulado de 277.
Jugando en el grupo final, McIlroy respondió con birdies en los hoyos 15 y 17 para llegar con un golpe de ventaja al último capítulo, donde en forma poco creíble falló el green desde unas 120 yardas con su wedge. Terminó haciendo bogey y la definición se prolongó a un desempate con Rose.
En el playoff, McIlroy, con una enorme presión, respondió con gran categoría haciendo birdie en el primer hoyo y se quedó con el título. El festejo, su caída de rodillas tras embocar el putt, pero esta vez con el saco verde y el Grand Slam, quedará en los mejores recuerdos del Masters de Augusta.