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Luego de 46 torneos oficiales disputados en cinco continentes y 26 países, el domingo 17 finalizó la temporada del circuito europeo de golf con el DP World Tour Championship en Dubái. El norirlandés Rory McIlroy fue quien se quedó con la última victoria al emplear 273 golpes para los 72 hoyos, 15 bajo el par del espectacular campo del Jumeirah Golf Estates de Dubái.
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Con dos golpes más finalizó en el segundo puesto el danés Rasmus Hojgaard, mientras que el chileno Joaquín Niemann, el único golfista latinoamericano presente en el certamen, en una destacada actuación terminó en el séptimo puesto.
Por su victoria, la 37ª de su carrera, McIlroy recibió un total de US$ 5 millones, un cheque por US$ 3 millones por su triunfo en el torneo y US$ 2 millones por haber ganado la Race to Dubai (ranking de ganancias). Lo que antes se llamaba Orden de Mérito para el golfista ganador del ranking de puntos al finalizar la temporada pasó a llamarse Race to Dubai, desde que la gira europea cierra su actividad en Dubái .
Esta fue la sexta vez que McIlroy ganó este título, con el cual igualó la marca del inolvidable Severiano Ballesteros. El escocés Colin Montgomerie se mantiene como el mayor ganador hasta el momento con ocho conquistas.
“Todo aquel que juega al golf sabe perfectamente lo que Seve (Ballesteros) significó para el desarrollo del golf en Europa. Siento un gran orgullo por haber igualado la línea de Severiano al ganar por sexta vez la Race to Dubai”, dijo entre lágrimas el norirlandés de 37 años en declaraciones a la televisión tras su triunfo.
El DP World Tour Championship tuvo, además del gran incentivo económico con una bolsa de US$ 16 millones en premios, otro gran premio por el cual varios jugadores estuvieron en contienda hasta el final mismo del certamen: quienes quedan ubicados en los primeros 10 puestos del escalafón al cierre de la temporada europea obtienen tarjetas para formar parte en la siguiente temporada del PGA Tour. Esta posibilidad se puso en práctica en 2023 como reconocimiento al apoyo explícito que el circuito europeo dio al norteamericano en la confrontación con la LIV Series, la gira de fondos saudíes.
Rory McIlroy: una temporada terrible cerrada de la mejor manera
Desde hace16 años el tour europeo cierra su temporada de torneos en el Jumeriah Golf Estates de Dubái, cancha con un espectacular diseño de Greg Norman. De este certamen participan solo los primeros 50 golfistas del ranking de ganancias.
El jueves 14, McIlroy y el inglés Tyrrell Hatton quedaron igualados en la punta del torneo con una tarjeta de 67 golpes. Los campeonatos donde no hay corte clasificatorio, como este, llevan en general a scores bajos y a un estilo de juego más agresivo de los protagonistas. En la segunda ronda, el francés Antoine Rozner saltó a la punta del certamen con una muy buena tarjeta de 65 golpes y un muy buen acumulado de 135 golpes para los 36 hoyos.
La tercera ronda, que es por lo general la de los grandes movimientos en las posiciones, marcó al final del día un triple empate en la punta con McIlroy, Rozner y el danés Rasmus Hojgaard, los tres igualados con un score de 204 impactos.
McIlroy venía de una temporada terrible en la definición de torneos importantes, con lo cual el triple empate ponía expectativas sobre cómo reaccionaría en la ronda final. Los fantasmas del último US Open, disputado en junio en Pinehurst, donde falló dos putts muy cortos en los últimos tres hoyos y perdió el torneo en forma increíble a manos de Bryson DeChambeau, seguramente rondaban en la cabeza del norirlandés en Dubái. Para peor, en la ronda definitoria su compañero en el grupo final sería Rasmus Hojgaard, quien le ganó en agosto el Abierto de Irlanda disputado en el Royal County Down por un golpe tras un final poco creíble en el que el danés embocó un tiro desde 120 yardas en el hoyo final.
Pero los grandes jugadores tienen una fortaleza que los distingue y, con cuatro birdies consecutivos entre los hoyos 2 y 5, McIlroy empezó a marcar el camino hacia una muy ansiada victoria.
Sin embargo, la tarea no sería tan fácil. Dos bogeys en los hoyos 9 y 13 contra dos birdies de Hojgaard dejaron a ambos golfistas igualados a falta de tres hoyos. Un birdie sensacional en el siguiente capítulo le dio a McIlroy la tranquilidad para afrontar el cierre del torneo. El birdie en el hoyo final fue una simple anécdota: el norirlandés había terminado de la mejor manera una temporada terrible.
Un emocionado McIlroy
“He vivido momentos difíciles este año, tanto en lo personal como en lo profesional, por lo cual esta victoria tiene un significado muy especial para mí”, dijo entre lágrimas el ganador al recibir el Harry Vardon Trophy. Contó que llegar a la Race to Dubai con chances de ganar era “una prioridad” entre los objetivos que se había trazado y, de hecho, con su equipo de trabajo armaron un calendario que le permitiera jugar la cantidad suficiente de torneos que exige el DP World Tour como mínimo. El norirlandés destacó y agradeció a los responsables del circuito europeo, en particular a su comisionado, Guy Kinnings. En su opinión, la gira tuvo un “gran desarrollo” en los últimos tiempos que ayuda a los jugadores.
McIlroy también tuvo palabras de agradecimiento para su caddie Harry Diamond, tantas veces criticado. “Es un gran amigo pero, además, destaco su trabajo en estos últimos siete años en que estamos juntos”.
Sobre la definición, dijo que sabía que la disputa con Hojgaard “no iba a ser fácil”, y así fue. Dijo que vivió la ronda final como un match con el danés en el que cada golpe valía mucho.
“Los bogeys que hice en los hoyos 9 y 13 complicaron el panorama. El par que pude salvar en el 15 fue a mi entender decisivo, me dio confianza para el final”, repasó.
Cuando llegó la referencia a Severiano Ballesteros, el norirlandés no pudo contener las lágrimas. “Igualar la línea de Seve en Orden de Mérito es algo tremendo; él es mi gran ídolo, comencé a jugar al golf por él, por lo cual hoy siento un gran orgullo”, finalizó.
A pesar de ser la cuarta victoria en la temporada, dos en el PGA Tour y dos en el DP World Tour, evidentemente esta consagración en Dubái tuvo un significado especial para McIlroy.
