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La Cámara Fintech impulsa un plan para atraer inversión, generar empleo y exportar tecnología
La gremial empresarial propone una “estrategia nacional” que permitiría atraer US$ 500 millones anuales en inversiones al sector de la tecnología vinculada con los servicios financieros
Más mujeres en tecnología: una meta de la hoja de ruta fintech uruguaya
El ecosistema fintech uruguayo creció de forma sostenida en los últimos años, pero se enfrenta hoy a una etapa de madurez que exige mayor ambición: pasar de ofrecer servicios a desarrollar productos tecnológicos con propiedad intelectual nacional. Con este objetivo, la Cámara Uruguaya Fintech (CUF) impulsa una Estrategia Nacional Fintech que articule al sector público y al privado en torno a un plan común, con metas claras y financiamiento.
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Las fintechs son empresas de tecnología relacionadas con las finanzas. La cámara estima que en 10 años el sector podría crear 5.000 nuevos empleos, atraer US$ 500 millones anuales en inversiones y aportar US$ 1.000 millones al Producto Interno Bruto. Esta proyección se enmarca en una tendencia global de expansión acelerada: el mercado fintech fue valorado en US$ 226.700 millones para 2023, y se espera que alcance los US$ 917.000 millones para 2032, con una tasa de crecimiento anual de 16,8%, según datos citados en el documento de la CUF.
El plan parte de una visión compartida con organismos como la Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII), el Banco Central (BCU) y Uruguay Innovation Hub, y propone una hoja de ruta que ubique al país como plataforma regional para la innovación financiera, la inversión y la exportación de soluciones tecnológicas.
Actualmente, Uruguay exporta cerca de US$ 2.000 millones anuales en tecnologías de la información. De ese total, el 80% tiene como destino Estados Unidos, y dentro de ese volumen, el 80% corresponde a servicios. CUF propone cambiar esa matriz a través de cinco proyectos estratégicos y dos ejes transversales.
Según CUF, menos del 10% de las fintechs locales invierte de forma sistemática en investigación y desarrollo de propiedad intelectual. Esa brecha entre sofisticación tecnológica e innovación explica el énfasis del plan en políticas que fomenten productos escalables y patentables.
Escalar el ecosistema
La estrategia propone cinco ejes. El primero apunta a financiar el desarrollo de emprendimientos fintechs con propiedad intelectual nacional: financiar 12 soluciones innovadoras (hasta US$ 200.000 cada una) y un subfondo para reconversión de personal.
El segundo busca atraer inversión extranjera mediante un “fondo de fondos” gestionado por Uruguay Innovation Hub, con hasta US$ 5 millones en conversión público-privada para financiar startups regionales que instalen centros de investigación y desarrollo en el país.
El tercer eje impulsa la incorporación de inteligencia artificial avanzada en soluciones fintechs, como scoring crediticio o prevención de fraudes. Propone financiar hasta 12 proyectos con enfoque en modelos de lenguaje y automatización.
El cuarto propone apoyar 12 desarrollos embebidos o por alianzas estratégicas para que empresas no financieras —del comercio, el agro o la salud, por ejemplo— integren servicios fintechs.
Por último, la estrategia plantea crear una nueva cámara de compensación automatizada para habilitar pagos y débitos instantáneos e interoperables. La inversión estimada es de US$ 10 millones y apunta a mejorar eficiencia, reducir costos y reforzar la ciberseguridad del sistema financiero.
Ejes transversales
En paralelo, CUF plantea dos ejes transversales. El primero es un marco normativo obligatorio de ciberseguridad para fintech e instituciones financieras, que incluye certificaciones, escalas según tamaño de empresa y un fondo de cofinanciamiento. Aspira a formar 500 especialistas y reducir 50% los incidentes cibernéticos hacia 2030.
El segundo eje propone una estrategia nacional de educación financiera, articulada entre el Ministerio de Educación, el BCU, la Administración Nacional de Educación Pública y la CUF. Incluye la integración de contenidos en la educación formal desde primaria, plataformas de aprendizaje digital y una certificación profesional en finanzas digitales. El objetivo incluye alcanzar al 90% de las personas subbancarizadas con algún nivel de alfabetización financiera y certificar a 1.000 trabajadores del sector para 2030, con un 40% de participación femenina.
Institucionalidad
El documento destaca que Uruguay parte con ventajas —estabilidad institucional, regulación moderna, capital humano calificado y un ecosistema tecnológico en crecimiento—, y empresas como dLocal, Prometeo e InCapital ya se posicionan como referentes. La propuesta de CUF subraya que consolidar a Uruguay como hub regional fintech no será automático: requiere inversión sostenida, recursos humanos capacitados, infraestructura interoperable y un marco institucional ágil. Por eso, plantea una gobernanza coordinada entre la Agencia Nacional para el Desarrollo, la ANII y Uruguay Innovation Hub, con participación del BCU, la Agesic y actores internacionales.
Más allá del objetivo económico, el plan busca crear empleo calificado, promover la inclusión financiera y ampliar la participación femenina en el sector tecnológico.