Sr. Director:
Sr. Director:
Accedé a una selección de artículos gratuitos, alertas de noticias y boletines exclusivos de Búsqueda y Galería.
El venció tu suscripción de Búsqueda y Galería. Para poder continuar accediendo a los beneficios de tu plan es necesario que realices el pago de tu suscripción.
En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáAyer vi en DirecTV el documental sobre la matanza del 7 de octubre. Creí que me iba a dar un infarto por la angustia que me provocó mientras lo veía. Incluye los videos que mandaban los jóvenes a sus padres antes de morir, despidiéndose y agradeciéndoles 30 años de crianza, educación y cuidados. El documental incluye videos de los palestinos gritando y disparándoles a los chicos.
Me llamó la atención que muchachos de ambos bandos, en plena locura, invocan la protección de Dios, o de Allah, “su único Dios”. Yo no sabía que los judíos también proclamaban a su único Dios. Ello confirma una vez más que las dos religiones, muy fuertes, están detrás de estos odios y que no hay solución a la vista. La religión católica perdió la agresividad que tenía hace cinco siglos cuando gobernaba gran parte de Europa. Pareciera que la agresividad de las religiones tiene relación con cuánto poder estatal tienen, cuántos países gobiernan sus sacerdotes y cuál es su afán de dominio. Israel es un poco más grande que Tacuarembó y su afán de dominio no se conoce, o por lo menos no es explícito, o no pasa de Palestina. En cambio el islamismo radical del Medio Oriente y del norte del África abarca siete países —Irán, Irak, Siria, Libia, Somalia, Sudán y Yemen—, con 300 millones de habitantes, y en sus textos fundacionales se proponen la eliminación de Israel y la conquista del mundo por medio de la migración y la reproducción o, lisa y llanamente, la eliminación de infieles, apóstatas y herejes mediante sus ejércitos de terroristas: Al Qaeda, Hamás, Hezbolá, Estado Islámico, Yihad Islámico, talibanes y otros que la izquierda mundial llama “resistentes”.
Daniel Heide