Cuando era chiquita, en su clase todos tenían mamá y papá. Todos menos tres alumnos, y Victoria era uno de ellos. Le daba vergüenza, a veces. Llegó a mentir y a decir que sí tenía papá, cuando la realidad era que su padre ya no vivía. Cuando vio por primera vez la película El rey león, que se estrenó en 1994, observó con atención que a Simba, el pequeño león, se le moría su papá, Mufasa. “¡Como a mí!”, dijo para adentro frente a la pantalla, con los ojos casi tan abiertos como su boca. Allí lo descubrió: no era “rara”, no era poco normal. El mundo estaba lleno de niños que no tenían mamá o papá.
En el marco de Working JIIFF, el espacio del Festival Internacional de Cine de José Ignacio dedicado a la industria, Alonso dio una clase magistral titulada El poder global de la inclusión en las narrativas cinematográficas. Antes, dialogó con Galería sobre su carrera, sus logros en Marvel y en el mundo del cine en general, la importancia de promover narrativas diversas, y sus proyectos a futuro.
¿Cómo fueron sus inicios en el mundo del cine?
Estudié teatro y psicología, soy psicóloga. Empecé como asistente de producción, desde abajo. Por media hora quise ser actriz. Media hora.
¿Por qué?
Porque no me podía aguantar el rechazo. Los actores son seres sumamente fuertes porque se aguantan el rechazo toda la vida. De 100 cosas que tratan de hacer, por ahí les sale una. Esa es la escala. Y yo me pregunté: ¿quién toma las decisiones? Los productores. Y dije: “Este tipo de rechazo mi corazoncito no puede aguantarlo, soy débil”, entonces empecé a hacer producción. Pasé mucho tiempo viajando, haciendo películas por todo el mundo. Estuve ocho años seguidos de viaje, era como que no estaba nunca en ningún lado. Después me decidí a hacer solo películas que se filmaran en Los Ángeles, para poder quedarme un poquito donde vivo. Ahí había empezado a hacer una película en Sony que tuvo unos cambios de directores, y la persona que estaba como productor de línea comercial era Louis D’Esposito, que fue uno de mis socios en Marvel. Cuando esa película cambió de directores y se iba a cerrar, me dijo: “Voy a hacer otra película”. Yo le pregunté: “¿Dónde filmás?”. Porque mi única cuestión era que quería filmar en Los Ángeles. Y me dijo que se filmaba allí y ni le pregunté de qué era. Ese fue el comienzo de Iron Man. Empezamos trabajando juntos en 2005, empezamos a hacer la preparación de Iron Man en 2006 y estuve ahí hasta 2022.
¿Cómo fue para usted, como mujer y como argentina, entrar en ese universo?
No sé la diferencia de cómo hubiera sido como hombre, entonces te digo que, para mí, si bien no fue difícil, tampoco fue fácil. ¿Cómo hizo Victoria? De la misma manera que hago todo: con mucha fuerza, mucha garra; no paro, no duermo, sigo, persevero, persevero, persevero. La idea era poder contar historias que realmente tuvieran algo para la audiencia global, y me parece que las historias que pudimos contar, todas, además de entretenerte, de hacerte reír, de repente te hacían pensar un poquito, te hacían llorar un poquito. Y lo más importante era que durante esas dos o tres horas estabas con una audiencia cautiva. Eso para mí era lo más importante, poder tener una audiencia que mirara la película de la misma manera en Nueva York, Nueva Delhi, París o Buenos Aires.
Traté de impulsar la diversidad en Hollywood cuando no era ni sexy, ni agradecido, ni querido, ni bien visto. Traté de impulsar la diversidad en Hollywood cuando no era ni sexy, ni agradecido, ni querido, ni bien visto.
¿Qué siente que le dejó la experiencia de haber estado tantos años en el universo Marvel?
Me dejó muchísimas experiencias inolvidables. Me quedé con muchísima gratitud, porque muy raramente como cineasta tenés la capacidad de tener una película que sea la número uno en la taquilla en el fin de semana que abrís, y de las 32 que hice, todas abrieron en el número uno global. Es más, tuve el gran honor de que Argentina 1985, que fue la última que hice, también abriera como primera película. Espero que se repita, pero en ese sentido es un gran honor. Y también tener el acceso a una audiencia que estuviera a la expectativa de lo que teníamos en un país como en otro. Aunque las culturas sean muy diferentes, todos esperaban las historias de superhéroes con la misma expectativa. Eso es muy lindo.
¿Y qué siente que aportó usted a Marvel?
Diariamente, yo daba mil ideas. De las mil ideas, 998 eran rechazadas.
No fue actriz pero igual sufrió bastante rechazo...
Sí, pero eso es Hollywood. Y de las dos ideas que quedaban, había una que enganchaba y sorprendía. Y la otra por ahí no era (aceptada) exactamente, pero empezaba la conversación. Y de repente decíamos “ah, pero si la damos vuelta …”. Pero cuando me iba a mi casa, todas las noches durante todo ese tiempo, después de trabajar seis a siete días de la semana, agradecía profundamente que esa única idea hubiese tenido impacto. El hecho de que algunas películas que propuse se hayan hecho, para mí es importantísimo. A nivel personal, creo que en todos los equipos con los que he tratado, para mí lo que es más importante es el factor humano. Entonces, siempre he tratado de que ese factor humano no se olvide, y que dentro de ese factor humano estamos Todos, con t mayúscula. Traté de impulsar la diversidad en Hollywood cuando no era ni sexy, ni agradecido, ni querido, ni bien visto. Pero, para mí, sinceramente, la inclusión de todos es muy importante.
Es imperativo que las sociedades incluyan a todos los niveles de seres humanos, a todos los colores del arcoíris, a todas las formas de ser. A todos, a todas, a todes. Es imperativo, porque es muy peligroso el solo tener un ángulo de una historia. Es imperativo que las sociedades incluyan a todos los niveles de seres humanos, a todos los colores del arcoíris, a todas las formas de ser. A todos, a todas, a todes. Es imperativo, porque es muy peligroso el solo tener un ángulo de una historia.
Como productora, impulsó la diversidad en el mundo del entretenimiento, logró un aumento en el número de mujeres contratadas para dirigir películas y series de Marvel, e impulsó historias inclusivas como Black Panther o Capitana Marvel. ¿Cómo lo logró?
No lo hice sola. Eso es un trabajo de equipo, un trabajo en el que todo el mundo tiene que tener opinión y apoyo. Pero me parece que es muy importante que nos acordemos de que hay gente que no ha sido representada que se quiere ver representada. Y no nos damos cuenta hasta que hay una película como Black Panther o Capitana Marvel. O cuando hay una serie como Ms. Marvel, o una película como Shang-Chi. Importantísimo también que los niños de todo tipo se vean representados, porque eso los empodera para que sepan que pueden llegar a su potencial. Porque el niño que juega a ser superhéroe es el niño o la niña que quiere volar, que quiere hacer el bien, que quiere defender a los seres queridos. Para esos niños o adolescentes, era importante verse representados.
¿Qué poder tiene la inclusión en las narrativas cinematográficas?
Es imperativo que las sociedades incluyan a todos los niveles de seres humanos, a todos los colores del arcoíris, a todas las formas de ser. A todos, a todas, a todes. Es imperativo, porque es muy peligroso el solo tener un ángulo de una historia.
¿Por qué es peligroso?
Porque si solamente lo que contamos es que el cielo es de color rojo, y yo te digo “bueno, pero donde yo vivo no es rojo, es más naranja. Y hay días en que está muy oscuro y no sale el sol, porque tenemos seis meses de noche...”. Si yo vivo en Alaska o en Groenlandia, tengo seis meses de noche y seis meses de día. Eso es solo a nivel geográfico. Depende de donde uno viva, se viven unas cosas terribles o maravillosas o diferentes. Para mí es muy normal abrir una canilla y que salga agua. Pero hay muchísimos lugares en el mundo en los que el agua potable no existe. No está, no la tienen. Entonces, esas historias es importante que las contemos. No por el problema de que no tienen agua, sino las formas de ver, de vivir, de sentir, que nos hacen mundo. Y de cierta manera, lo que nos une es el amor. Todos tenemos historias de amor. De falta de amor, de querer buscar el amor, de agujeros que nos dejó el amor. Esa es la historia global. Hay gente que necesita el agua para poder vivir la historia de amor, hay gente que necesita el amanecer todos los días para tener esa historia de amor y hay gente que está bien con tener seis meses de día y seis meses de noche para esa historia de amor. Y eso es solo la capa superficial de lo que es la inclusión.
¿En qué proyectos está trabajando?
¡Tengo tantos!
¿Alguno que pueda comentar?
Tengo un proyecto que anunciamos hace poco que es una película que se llama Batón, que va a dirigir Daniel Ramírez. Él la escribió, la va a dirigir y va a hacer el papel protagónico. Esa película la estamos haciendo en asociación con David Beckham y su compañía productora. Es una película de fútbol, obvio. Esa es la única que hemos anunciado, pero después vamos a hacer varias.