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María José Borges, periodista cultural: “Está bueno tener algo en tu vida que no sea racional”

Edad: 42 • Ocupación: periodista cultural • Señas particulares: Es aracnofóbica; es madre reciente por adopción; con lo que tiene en la cartera puede sobrevivir hasta el otro día; le gusta hacer un pícnic el día de su cumpleaños

En agosto de este año adoptó a una niña, ¿por qué eligió la vía de la adopción para ser madre? Para casi todos, la adopción es un plan B. Yo deseaba ser madre desde hacía 10 años, más o menos. No logré serlo de manera biológica por distintas razones, pero igual la adopción siempre fue una posibilidad para mí. Me parecía algo generoso, una buena vía. Hace unos años decidí inscribirme (para adoptar), porque se me seguía pasando el tiempo y realmente sentía el deseo de ser madre.

¿Cómo vivió el proceso, que le llevó cuatro años? Fue difícil, largo, cansador, desestimulante, y no planteaba mucha luz en el camino. Hay algo bueno, y es que te preparan para la guerra. Estás preparado para todo lo que pueda llegar a pasar, para lidiar con cosas complejas, con tus emociones, con la integración en el momento en el que lo conocés. Porque no es como cuando conocés a una pareja, que tiene que haber química y ya. Es una cosa que se construye, un gran aprendizaje y no algo inmediato que te mueras de amor por el niño o el niño por vos. Es cansador, conozco gente que dice 'si no sale este año, me bajo'. Fue muy valiosa toda la información que me dieron, pero quizás me hubiera gustado que me dieran un poquito más de esperanza.

¿Y usted en algún momento consideró bajarse? Yo este año había decidido poner mi energía en otro lado, porque me pasé todo el año pasado esperando que pasara, cambiando cosas, cancelando viajes, y no pasó. Este año dije 'me voy a distraer y voy a poner mi energía en otro lado', y sucedió.

En 2020 fue Familia Amiga (hogar de tránsito) de una niña. ¿Le sirvió la experiencia para prepararse para la adopción? Sí, aunque cuando fui Familia Amiga no pensaba en adoptar. Me sirvió para ver la adopción más de cerca, pero fue como una externalidad positiva. Pude entender el lazo que se puede crear con un ser que no conocés previamente y del que no conocés a su familia. Podés crear un lazo increíble. En mi caso sigue hasta hoy, le digo 'sobrina' y ella me dice 'tía', es nuestro nuevo vínculo.

¿Cómo compatibiliza trabajo y maternidad? Por suerte tengo ayuda familiar, niñera, amigos, gente cercana y que me quiere. A mí una vez me dijeron que ser madre soltera se puede, pero sola no. Necesitás una red, una familia o amigos. Cuando estás soltera te das cuenta de que te falta la otra familia: otros pares de abuelos, otros tíos, personas del otro lado. Ese lugar lo ocupan tus amigos, gente querida. Aparece gente que hace años que no ves y se acercan mucho más. Todo lo que pasa alrededor del bebé es increíble. Ver la reacción de tus padres, de tus hermanos, tus amigos. Te sorprende cómo se van construyendo esos vínculos, porque de repente una madre más fría se convierte en una abuela totalmente afectuosa, muerta de amor.

Es hija de Arturo Borges, experto en seguridad vial. ¿Él le inculcó alguna costumbre o cuidado particular a la hora de conducir? Sí, obvio. De chica, yo manejaba en su falda. Es severo con todas las normas de tránsito, con qué hago o no hago, cómo manejo, con la mecánica, cómo poner los cambios, por ejemplo. Yo saqué la libreta el día en el que cumplía 18, pero a los 12 años ya había aprendido a manejar, me enseñó él. Manejaba en Sarandí del Yí con 13 o 14 años, con mi abuela loca de nervios en el asiento de atrás. Él me transmitió el gusto por manejar. Una amiga me dice 'Meteoro', porque voy para todos lados. Voy a pasar el día a Las Flores, a Piriápolis, Punta Colorada, Punta del Este, Colonia. Y ando con lo que tengo en la cartera que, si bien no es chica, puedo sobrevivir hasta el día siguiente quedándome donde sea. A veces me voy por el día y veo si me quedo en algún lado y después vuelvo. Ese placer de andar, el paseo, es mi fascinación.

Es muy futbolera, hincha de Nacional, ¿quién le inculcó ese fanatismo? Mi padre también.

En medios en los que trabaja rodeada de hombres, ¿siente que le cuesta hacer respetar sus opiniones deportivas o futbolísticas por ser mujer? Más o menos. Siempre sentí que el fútbol era como un lenguaje universal. Me gusta tenerlo y se lo quiero inculcar a mi hija. Siempre le digo a los padres de hijas mujeres: 'depende de vos que le guste, que entienda y que sepa de fútbol'. Porque no es que no tengamos ese chip. Y siento que es algo que me ayuda a conectar con el público. Hay algún compañero de la radio que cuando hablo de fútbol no me presta atención, pero otros me hablan de igual a igual. Creo que es al revés, que me abre puertas. Conozco jugadores, gente muy bizarra, tengo anécdotas. Además, me parece que está bueno tener algo en tu vida que no sea racional. Yo soy muy racional. El fútbol lo comparto con mi viejo y espero compartirlo ahora con mi hija de la misma manera.

Dentro de muy poco, el 5 de noviembre, es su cumpleaños. ¿Le gusta cumplir años? No, no mucho.

¿La entristece? Me han bajoneado algunos cumpleaños en particular. Este me agarra muy contenta, porque tengo una nueva integrante en la familia. Los 43, que es un número que no me gusta, me encuentran muy bien. Me gusta hacer un pícnic el día de mi cumpleaños. Si está lindo hago eso, y si no, no me muero por festejar.

¿Siente la necesidad del contacto con la naturaleza? Sí, sí. El paseo, que es una de mis palabras favoritas, siempre fue a la playa, pero ahora descubrí los árboles. Sacarme los championes, estar tirada un ratito abajo de un árbol en el rosedal o en el Parque Rodó, es de mis momentos favoritos. Descubrir parques, jardines. Si tomo sol, duermo mejor. Y me molesta mucho el ruido. Tengo mucha sensibilidad, escucho muchísimo, entonces los ruidos me agotan un poco. Valoro mucho el silencio.

Es muy lectora, ¿cuál es su libro preferido? Tengo autores preferidos, no libros. Me gusta mucho la autora catalana Milena Busquets. El libro Esto también pasará me gustó y lo regalo muchísimo. También la belga Amélie Nothomb.

Otra de sus aficiones es el cine, ¿cuál es su película o género preferido? Antes del atardecer, de Richard Linklater, es una de mis películas favoritas. Le he visto N veces. Tiene un diálogo entero por país y me los sé casi de memoria, sé de qué van a hablar en cada lugar.

También le gusta la música, ¿qué escucha en su día a día? Escucho todo el día radio, en realidad. Pero, cuando no, escucho música.

¿Qué tipo de música le gusta? Me gusta mucho el rock, hace poco fui a ver a Paul McCartney por cuarta vez, porque también lo vi en San Pablo. Fui a ver a Bruce Springsteen a Madrid. Sigo el rock, pero también amo la música tropical, me encanta, la defiendo. Creo que hay una mala prensa de la música tropical en Uruguay, se la trata como un género menor y no me gusta eso. Es una cosa que va a las caderas y que me lleva a bailar.

En su perfil de la red social X dice: "utopía: un país con calefacción central". ¿Sufre mucho del frío? Sí, soy muy friolenta.

¿Se pelea por el aire acondicionado con sus compañeros de trabajo? Sí, lo sufro, y siempre tengo una prenda o dos más que el resto. Odio el frío y que en Uruguay esté todo muy mal calefaccionado. Son malos los cerramientos, los abrigos, y hay una obsesión por ventilar que no existe en ninguna otra parte del mundo.