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    Sebastián da Silva: “El centro de poder no va a estar en el Directorio del Partido Nacional”

    El senador dice que Álvaro Delgado “ganó en los papeles”, que no lo ve siendo la “fortaleza” de los blancos, y dispara contra el gobierno: “Se autoinflige errores todos los días” y “no hay nada más ruido de mate que Yamandú Orsi”

    “A veces me harto de mí mismo”, dice el senador blanco Sebastián da Silva mientras se reclina en el sillón de un despacho plagado de referencias rurales. “Tranco y tranco y estoy con el campo”, se lee en uno de los cuadros que adornan su oficina en el Palacio Legislativo. Lo de trancar y trancar al oficialismo —y la inevitable exposición que eso conlleva— es lo que, dice, lo harta. Da Silva está sobreexpuesto. Su rostro opositor y combativo en los informativos y programas de televisión, en la radio, su cara en recortes del stream, su cara y sus declaraciones picantes en todas las redes sociales que existen. Pero más allá de que igual parece sentirse bastante cómodo en ese rol, asegura que lo obligan a salir, que no le queda otra.

    Da Silva se justifica: “Todos los días el gobierno se autoinflige un daño. Y eso nos lleva a nosotros a ser comentaristas de las cagadas del gobierno”. Su último entredicho público fue con el ministro de Ganadería, Alfredo Fratti, a quien tachó de “mentiroso” por anunciar la suspensión de exportación de ganado en pie y le reclamó que pida un cambio de ministerio si lo que busca es “favorecer” a “sus amigos” de los frigoríficos: “Que se saque el gorrito Panamá, se ponga un traje negro y es ministro de Industria”. Da Silva también tira munición a la interna blanca. Se pregunta irónicamente si Álvaro Delgado realmente ganó la presidencia del Directorio del Partido Nacional, cuestiona su “fortaleza” y señala que en la sede de los blancos no va a estar el “centro del poder”.

    Lo que sigue es un resumen de su entrevista con Búsqueda.

    —Van más de tres meses de gobierno, y el comentario general en la oposición es que le había costado arrancar, ¿para usted, ya arrancó, ya hay un camino trazado?

    —Vamos a ver el Presupuesto. En febrero cuando anunciaron el gabinete, dije “esto es un gobierno flojo”. No tiene títulos, no tiene profundidad, y me trataron de cualquier cosa. La bancada de senadores del gobierno no tiene un abogado, no digo que los abogados sean el principio y el fin de los problemas, pero acá se tratan leyes. Y bueno, eso después se ve reflejado en los elencos y en algunos temas. Primero, que no se cambió mucho, el Uruguay es el mismo. Y después hay errores, torpezas. Porque tampoco es que tiene un arrebato esnobista de querer cambiar la realidad, no lo tiene. Es ese MPP (Movimiento de Participación Popular) de esa simpleza, con ese claim de la revolución de las cosas simples, que es lo más mediocre que uno puede llegar a escuchar, y lo peor es que con ese claim mediocre nos ganaron las elecciones. Pero se ve que ellos van por ahí. Hay dos o tres ministros que están con una hoja de ruta, y el resto no se sabe.

    —¿Cuáles son esos dos o tres ministros?

    —Los que se ven: (Gabriel) Oddone, (Cristina) Lustemberg. A veces el canciller, Mario Lubetkin.Y después hay ministros que no dan la talla, el ministro de Ganadería, el de Interior, la ministra de Defensa, que no ha podido designar un contralmirante de la Armada, esas cosas que son de mando.

    —¿Cómo es ser oposición de este gobierno que describe?

    —Bueno, lo que pasa es que caés en la misma mediocridad que el gobierno. Esto de la exportación del ganado en pie podría ser un debate filosófico, lo que pasa es que Fratti lo terrajea. Entonces, ya termina en que Fratti es esto, es lo otro. Sos un comentarista de las cagadas ajenas. Y bueno, un presidente que se toma su tiempo, que va y que viene, no dice nada, que sí, que no. Y hoy hay pasaportes que tienen validez, declaraciones de todo tipo. Todo así, y todos los días.

    Sebastian-Da-Silva

    —Pero usted va a todas también: va a lo de los pasaportes, va a lo del campo, va a lo de ASSE (Administración de Servicios de Salud del Estado)...

    —A lo de ASSE no fui. Lo que pasa es que es tanto que parece que fuera a todas. Voy a lo que me dedico: seguridad, sí; ganadería, sí; economía, también. Nada más. Lo que pasa es que yo tranco más fuerte y hago más ruido. Pero después no hablo de educación, no hablo de salud pública. Pero pareciera que estoy en todas. Y es lo que más quiero evitar, ¿no? Pero lo que pasa es que, por casualidad, estos 130 días hubo temas que yo los seguí. Capaz que es más por el ruido que uno hace que por los temas.

    —En la oposición está el Partido Nacional, está el Partido Colorado, está Cabildo Abierto, está el Partido Independiente, pero la coalición republicana no funciona en oposición. Son distintas oposiciones. ¿Por qué?

    —Y hay que emanciparse también. El que piense que hay que esperar a que Luis baje y nos diga qué es lo que hay que hacer todavía no entendió las coordenadas en las que está Luis Lacalle Pou. Él está en modo apartado, apartado de verdad. Descansando la sesera. Y nosotros no lo podemos esperar. No lo podemos esperar por el partido y no lo podemos esperar por la gente.

    —¿Y Lacalle Pou es el único que puede amalgamar a toda la coalición?

    —Ni tanto, diría yo. Ni tanto.

    —¿Pero siente que tiene que haber una oposición alineada, orgánica?

    —Hay muy buena onda. Y hay como una especie de barrera grande entre el Frente Amplio y los otros. Entonces hay como una responsabilidad agregada. No es aquella imposición del gobierno en donde teníamos que contemplar a todos. Acá no nos contemplamos pero nos llevamos mejor. Hasta por no tener tanta responsabilidad. O no tener que bancar macanas de otros. El gobierno tiene eso que el Frente lo está sufriendo. Acá adentro lo sufren mucho. El tener que poner la cara por cagadas de hoy.

    —La oposición estuvo alineada ahora en rechazar el “diálogo social” propuesto por el gobierno.

    —Bueno, capaz que hubo un mensajito entre los partidos. Probablemente lo hubo.

    —Pero Cabildo Abierto se desmarcó y aceptó la invitación.

    —El problema de Cabildo Abierto es el síndrome de Estocolmo. Algo que ya lo he hablado con ustedes mil veces.

    —¿Cómo es eso?

    —Es el amor al opresor. A ver, si hubo operaciones contra alguien, fue contra Manini Ríos ¿no? Todo lo de Colonización ustedes lo sacaron. Todo lo del desafuero...

    —No entiende la relación entre Cabildo Abierto y el Frente Amplio.

    —Hay toda una teoría legendaria sobre la relación entre los tupas y los milicos que a mí me da pereza. La conozco, la sé y me da pereza. A Manini lo cancelaron con lo de Colonización. Fue una operación del MPP. Y ahora va con ellos. Yo no lo entiendo, no lo haría. Es lógico que el gobierno quiera encontrar mayorías, sí. Si no era esa, el gobierno iba a encontrar otras. Y más Orsi, que se dice amigo de todos, y él va a andar con los intendentes, va a generar una influencia ahí que en algún momento va a generar una tensión. Porque ni somos mejores los que estamos con firmeza enfrentando al gobierno ni son mejores los que en aras del diálogo eterno y la armonía social están haciendo eso para tener más plata para sus departamentos.

    Sebastian-Da-Silva-Despacho
    Despacho de Sebastián Da Silva en el Senado

    Despacho de Sebastián Da Silva en el Senado

    —¿Y qué opinión le merece que el Partido Nacional, en este caso, le haya dicho que no al gobierno para formar parte del “diálogo social”?

    —Nada es más intrascendente que el “diálogo social”. Una puesta en escena típica de la izquierda. No van a llegar a nada. Porque en lo crucial, que es la reforma de la seguridad social, no sé ni qué van a hacer. Ya lo resolvió el pueblo, además. Si ellos se hubiesen sacado eso y hubiésemos hablado en serio de infancia, estaríamos todos juntos. Pero les encanta hacer eso que no le importa a nadie. No le importa a nadie el “diálogo social”, ni a los que se escandalizan y nos hablan de lealtad institucional y le dan a la cacerola ni a nosotros mismos.

    —Hubo muchas reacciones del oficialismo a su negativa a participar.

    —Todo exagerado. Es como a la garrafa a 100 pesos y después te suben el boleto. ¿Cómo bajaba línea la izquierda antes? ¿Cómo romantizaba? ¿Cómo se da esa disputa de modelos o de relatos? Antes la izquierda era muy baja línea: los muros, los aparatos, las movilizaciones. Desde que aparecieron las redes sociales están más empatados esos relatos. No es necesario tener la bajada de línea bolche y que pinten “yanquis go home”. Ahora cualquiera, de cualquier lugar, tiene la contrarreacción de la otra parte, de la derecha, del centro-derecha. La reacción porque Carolina Cosse se fue en avión a Minas, que es a 100 kilómetros. Eso se ve. La gente se indigna. Entonces aquel relato hoy se ve empardado. Y eso es lo que la generación esta no entendió. Nosotros no la entendíamos tampoco, pero nos la hicieron. Luis estaba allá arriba en popularidad pero marchamos por 100.000 votos. Nos faltó eso que permeó, que el gobierno fracasó, que no había medicamentos. Y al fin y al cabo, cuando vas a contar los votos, hay 10.000 votos menos que los que tuvimos en octubre y que los que tuvimos en mayo. Entonces todo es más complicado. La gente es más inmediatista. Es más complicado. Lo cual te obliga a vos a tener la capacidad de diferenciar entre blanco y negro siempre. No hay medio.

    —¿No hay lugar para el medio, para el gris?

    —Y acá no hay lugar, no hay lugar, pese a que Orsi es el medio más medio de todos los medios. Pero no hay lugar.

    —Es raro eso, porque justamente, por un lado, se dice que Orsi encarna al uruguayo promedio…

    —Nada es más ruido de mate que Yamandú Orsi.

    —Usted habla desde hace tiempo de la necesidad de combatir el relato del Frente Amplio. Y en su última visita al Directorio del Partido Nacional, Lacalle Pou pidió lo mismo. ¿Cree que el actual directorio puede hacerlo?

    —La era Lacalle Pou es sin el directorio. Lo fue antes de ser presidente, cuando fue presidente y ahora en la pospresidencia.

    —Pero se quería un directorio fuerte ahora, con otro peso político.

    —No sé si fuerte. No lo veo a Álvaro Delgado siendo la fortaleza del Partido Nacional.

    —Bueno, pero si hubiera ganado Javier García, capaz que se encarnaba ese discurso.

    —Pero no ganó. La realidad es esa.

    —Ganó Delgado.

    —¿Ganó? No sé si ganó.

    —¿Cómo que no ganó?

    —Y bueno, ganó en los papeles, después no sé si ganó. La realidad la viste vos, la sabemos todos, ganó por un sublema. Y después creo que hoy el directorio está muy compartimentado.

    —¿Y cómo funciona un directorio así de dividido?

    —Y funciona en la era Lacalle Pou, donde el centro de poder no va a estar ahí en el directorio, va a estar en otro lado.

    —¿Dónde va a estar el centro del poder?

    —Y donde Lacalle Pou y los que nos queremos emancipar o los emancipados, digamos. Pero no va a estar ahí en el directorio. Ahí va a estar la conducción, la administración, pero después no va a estar ahí.

    Sebastian-Da-Silva-Busqueda-Entrevista

    —¿Hay que emanciparse de Lacalle Pou?

    —Yo tengo 53 años. Todos sabemos lo que tenemos que hacer, ¿sí? Yo lo trato de hacer todos los días en las áreas mías. Me cansé de pedir “por favor, no me dejen solo”. Entonces, ¿qué vas a hacer?, ¿voy a exigirle a fulano, a mengana que haga lo mismo? Ya está.

    —¿Pero Lacalle Pou es el líder absoluto de los blancos o no?

    —Ah, creo que sí. Nadie lo discute. Frente a la discusión de la Rendición de Cuentas, la vara la dejamos muy arriba, ¿quién la dejó? Él. Además de dejar la vara alta, cometió algunos errores, ¿no? ¿Alguien imagina que el próximo gobierno de Luis Lacalle Pou va a poner a Francisco Bustillo como canciller? No, nadie lo imagina, ¿de acuerdo? Entonces, ya está. No voy a esperar a Luis a ver qué me dice. Los blancos estamos todos en el llano. Luis decidió no estar en el directorio, no estar en el día a día. Lo respeto, haría lo mismo. Que se haga extrañar.

    —¿Hay pocos dirigentes que se le animen a Lacalle Pou? ¿Usted es uno?

    —No, no es que me le anime o no, no es que yo lo esté desafiando, pero por lo menos no quedo immovilizado esperando a que me llame, a ver qué es lo que tengo que hacer y dejar de hacer. Yo sé qué hacer.

    —¿Leyó el informe del sociólogo Oscar Licandro sobre las razones de la derrota electoral?

    —Sí, lo firmo todo.

    —Habla de un descuido de los blancos al votante del interior; usted, que dice estar siempre en el camino y nunca en la posada, ¿eso también lo firma?

    —Lo que pasa es que hay un dato que no lo dice, que es el tema del atraso cambiario. Y el tema del nombramiento de Diego Labat como posible ministro de Economía. Eso tuvo un ruido. Nosotros perdimos parte del voto de Un Solo Uruguay, que fue parte fundamental de la reacción a los 15 años del Frente Amplio, que después le tenían desconfianza a la cabellera rubia de Lacalle Pou, pero votaron ahí algunos, y después surgió el fenómeno de Cabildo Abierto. Porque yo lo vi en Pueblo Grecco: nunca nadie, pero nadie, de Cabildo Abierto pisó ese pueblo y sacaron seis votos. Entonces ahí, todos esos votos los absorbimos nosotros, porque la cabellera de Lacalle Pou lo hizo estadista, la gente hoy lo quiere y lo respalda, y Cabildo Abierto se encargó de perderlos también con sus macanas. A lo que voy es que la autocrítica tiene que ser para ver todo eso.

    —¿Dónde se ve en 2029? ¿Se ve como candidato?

    —Si llego a hacerle caso a todo lo que me dicen por ahí, tendría el culo lleno de papelitos. Y la verdad es que tengo los pies bien sobre la tierra. El hombre de campo sabe cuando viene una sequía y ve volar los pájaros. Yo soy hijo de las circunstancias.