8 Valletta Triton Fountai
La Valeta, capital de Malta y Patrimonio de la Humanidad, es una ciudad fortificada repleta de historia, arquitectura barroca y calles empedradas que miran al mar.
La Valeta, la capital fortificada, es un auténtico museo al aire libre. Fundada en el siglo XVI, la ciudad conserva sus imponentes murallas y sus edificios de piedra. Sus plazas, como la de San Jorge, están siempre animadas, con terrazas para disfrutar desde un café o un gelato estilo italiano hasta una cena bajo las estrellas. Los museos, palacios e iglesias reflejan un pasado glorioso que se siente en cada paso.
Destacan la impresionante concatedral de San Juan (con obras de Caravaggio), el Palacio del Gran Maestre y los jardines Upper Barrakka, que ofrecen vistas increíbles al Gran Puerto. El Museo Nacional de Arqueología y el Teatro Manoel también merecen una visita, aunque la mejor forma de conocer La Valeta es perdiéndose entre sus calles empedradas.
A poca distancia, Mdina —la capital antigua— sorprende con su serenidad, sus vistas y su encanto medieval, mientras que en St. Julian’s la atmósfera cambia por completo: es el epicentro de la vida nocturna y el ocio, con una gran variedad de restaurantes, bares y discotecas que atraen a locales y turistas por igual.
Por fuera de la vida nocturna, Malta cuenta con un variado calendario de festivales a lo largo del año. Entre ellos se destacan las celebraciones tradicionales de las festas en cada pueblo, con procesiones, fuegos artificiales y música en vivo. También hay eventos internacionales como el Malta Jazz Festival, el Isle of MTV o el Festival de Cine de La Valeta, que atraen a miles de visitantes cada año.
6 Marsaxlokk bay and Boat
En el sur de Malta, Marsaxlokk mantiene viva la tradición pesquera entre barcas de colores y mercados al aire libre.
Hacia el sur de la isla, el paisaje revela otros tesoros. El pueblo pesquero de Marsaxlokk ofrece una postal clásica de Malta: barcos de colores, mesas junto al mar y un mercado dominical donde los locales venden desde pescado fresco hasta miel casera. Muy cerca, St. Peter’s Pool se convierte en el lugar perfecto para nadar en aguas cristalinas o tirarse desde las rocas. También en esta zona se encuentran los templos megalíticos de aar Qim y Mnajdra, vestigios de una civilización que habitó la isla miles de años antes de Cristo. Estos sitios arqueológicos impresionan no solo por su antigüedad, sino por el misterio que aún guardan en sus enormes bloques de piedra perfectamente alineados.
En el noroeste de la isla está Popeye Village, un colorido poblado costero construido originalmente como set de filmación para la película Popeye de 1980, protagonizada por Robin Williams. Hoy funciona como parque temático y es visitado por familias o por quienes buscan fotos originales entre casas de madera que parecen salidas de un dibujo animado. Cerca de allí, las salinas de Gajn Barrani y de Marsalforn, aún en uso, ofrecen un paisaje tan inesperado como fotogénico: terrazas blancas donde se recoge sal de mar de forma artesanal, como se ha hecho durante siglos.
Después de pasar un día explorando la isla —donde todo resulta a mano gracias a un eficiente y económico sistema de transporte—, la gastronomía maltesa se convierte en el mejor premio, con platos como el fenek (conejo estofado), los pastizzi (pasteles rellenos) y el pescado fresco.
Pero lo que realmente distingue a la isla es la calidez de su gente, resultado de la convivencia de diversas tradiciones mediterráneas y europeas. La cercanía con Italia se refleja en la vida diaria, pues hay muchos italianos que trabajan en Malta y mantienen un vínculo constante entre ambos países. Además, Malta atrae a latinos que eligen la isla por las facilidades en los trámites de visado y la calidad de vida que ofrece.
Comino y Gozo
Para The Guardian, Comino es un sitio imperdible en Europa por su “belleza única”. National Geographic considera sus playas como un “paraíso mediterráneo”, y TripAdvisor la destaca entre las favoritas de los viajeros por sus aguas cristalinas y su entorno natural. ¡Y vaya si tienen razón!
Llegar a la isla de Comino —la más pequeña del archipiélago maltés— es sencillo y barato. Solo hay que tomar un ferry desde el norte de Malta, con varias salidas diarias que permiten decidir el momento adecuado para la visita sin preocuparse por sacar los tickets con anticipación.
El ferry desembarca en Blue Lagoon, un lugar donde las aguas turquesas y transparentes parecen tener un filtro invisible que las hace brillar como ninguna otra playa en el Mediterráneo.
Malta buceo (2)
Blue Lagoon, en la isla de Comino, es un paraíso natural conocido por sus aguas turquesas y su belleza natural.
Allí se pueden alquilar motos de agua, hacer kayak o incluso bucear en zonas donde el agua es tan clara que se ve hasta el fondo. Bajo la superficie, se pueden observar cuevas submarinas, túneles, bancos de peces de colores y hasta restos de barcos hundidos.
Pero una de cal y otra de arena: no hay un metro cuadrado de Blue Lagoon que no esté ocupado por sombrillas. Es recomendable ir a primera hora de la mañana o explorar la isla a pie, para disfrutar de sus senderos y así encontrar playas alejadas del bullicio.
Si Comino es ese rincón pequeño y animado donde todos quieren estar por sus aguas turquesas y su ambiente activo, Gozo es el refugio tranquilo, con paisajes rurales, playas casi desiertas y pueblos que invitan a desacelerar y disfrutar sin apuro.
También se llega por ferry, pero como la isla es más extensa, lo mejor es alquilar un auto o una moto para descubrir todos sus rincones (teniendo en cuenta que se maneja por la izquierda). Entre sus sitios imperdibles está la Ciudadela de Victoria, una fortaleza antigua con vistas panorámicas que valen cada paso, y los templos megalíticos de gantija, más antiguos que las pirámides de Egipto. La playa de Ramla Bay, con su arena rojiza, es una de las más populares de la isla, y la zona de Dwejra llama la atención por sus formaciones rocosas y cuevas marinas.
3 Ggantija Temple Aerial
Los templos megalíticos de Gantija, en Gozo, son unas de las construcciones prehistóricas más antiguas del mundo, con más de 5.500 años de antigüedad.
Una de las mejores formas de ver la costa de Gozo es desde el agua. Hay pequeños botes que salen desde la zona de Dwejra y se meten entre acantilados, grietas y cuevas marinas que solo se pueden explorar por mar.
Casamientos, películas y clases
1 Big Cave Gozo
Gozo destaca por su rica historia, paisajes rurales y tesoros arqueológicos.
Con más de 300 días de sol al año y paisajes espectaculares —desde acantilados frente al mar hasta palacios barrocos con impactantes jardines— Malta es un destino ideal para bodas al aire libre. Tanto es así que el organismo oficial de turismo de Malta lo promociona para celebraciones y destaca que los trámites legales no son complicados (basta con estar unos días antes del matrimonio) y se permite la unión entre personas del mismo sexo. En especial, se impulsa la isla de Gozo como destino de bodas por su hotelería boutique y su atmósfera romántica.
Asimismo, el país ofrece una amplia variedad de incentivos para atraer producciones cinematográficas. La versatilidad de las islas para recrear escenarios históricos es notable; por ello, se han filmado allí escenas de series y películas como Game of Thrones, Gladiador, Troya y Jurassic World.
Malta también atrae a numerosos estudiantes internacionales, especialmente a quienes desean aprender inglés, ya que tiene una de las tasas más altas de estudiantes extranjeros en la Unión Europea, con cerca del 30% del total. La isla ofrece una amplia variedad de escuelas acreditadas, cursos para todos los niveles y un entorno donde el inglés es uno de los idiomas oficiales, lo que facilita la inmersión lingüística y el aprendizaje práctico fuera del aula.
Esto último ha resultado ser un salvavidas desde lo social para los jóvenes malteses, que entre 18 y 24 años representan únicamente el 6% de la población. Esta franja etaria enfrenta además el reto de la alta inmigración juvenil.
St. George's Basilica (1) (1)
La Basílica de San Jorge, situada en Victoria, en la isla de Gozo, es una iglesia barroca del siglo XVII conocida como la "iglesia dorada" por su lujosa decoración interior en mármol y pan de oro.
Del taller a la valija
La República de Malta ha sabido preservar oficios tradicionales que hoy valoran tanto locales como turistas. El pueblo de Ta’ Qali, ubicado a solo 20 minutos de La Valeta, es uno de los principales referentes para quienes buscan llevarse un pedazo de la tradición maltesa. En sus talleres, los visitantes pueden ver de cerca cómo se sopla el vidrio de forma manual —una técnica introducida por los fenicios hace más de 2.000 años— y adquirir piezas únicas de vidrio maltés con colores vibrantes y formas orgánicas. Otro recuerdo imprescindible son las joyas de filigrana en plata, elaboradas a mano con una precisión que pasa de generación en generación.
También destacan los encajes de Gozo (bizzilla), tejidos con hilos finísimos, siguiendo patrones antiguos, y los productos de cerámica pintada a mano, ideales para quienes buscan piezas decorativas con identidad local. En mercados y ferias, como el de Marsaxlokk, los domingos es posible encontrar desde jabones artesanales con esencias mediterráneas hasta objetos tallados en piedra caliza maltesa, el mismo material con el que se construyeron los templos megalíticos de la isla.