En Búsqueda y Galería nos estamos renovando. Para mejorar tu experiencia te pedimos que actualices tus datos. Una vez que completes los datos, tu plan tendrá un precio promocional:
* Podés cancelar el plan en el momento que lo desees
¡Hola !
En Búsqueda y Galería nos estamos renovando. Para mejorar tu experiencia te pedimos que actualices tus datos. Una vez que completes los datos, por los próximos tres meses tu plan tendrá un precio promocional:
* Podés cancelar el plan en el momento que lo desees
¡Hola !
El venció tu suscripción de Búsqueda y Galería. Para poder continuar accediendo a los beneficios de tu plan es necesario que realices el pago de tu suscripción.
Mientras los funcionarios colocaban las clásicas banderas publicitarias de los patrocinantes y terminaban de acondicionar las instalaciones para el inicio de un nuevo carnaval, en un doble acto simultáneo realizado ayer, miércoles 22, en el escenario del Teatro de Verano Ramón Collazo, se presentó el segundo volumen del libro Teatro a cielo abierto, que cuenta la historia del legendario recinto. Su autora, la historiadora Elizabeth Emilia Alfaro, más conocida como Milita Alfaro, investigadora académica de primera línea especializada en la cultura popular uruguaya, fue declarada ciudadana ilustre de Montevideo.
¡Registrate gratis o inicia sesión!
Accedé a una selección de artículos gratuitos, alertas de noticias y boletines exclusivos de Búsqueda y Galería.
El venció tu suscripción de Búsqueda y Galería. Para poder continuar accediendo a los beneficios de tu plan es necesario que realices el pago de tu suscripción.
Alfaro agradeció la distinción al intendente Mauricio Zunino y a la directora de Cultura de la Intendencia de Montevideo, María Inés Obaldía, y retribuyó también a las instituciones, bibliotecas, archivos y centros de documentación que colaboraron con la publicación —una preciosa edición de 270 páginas encuadernada en tapas duras—, enmarcada en la conmemoración de los 80 años del teatro, y a las decenas de entrevistados que “recrearon la trayectoria del teatro, al margen de la investigación histórica, desde dimensiones vivenciales, afectivas y emocionales”.
La historiadora definió al Teatro de Verano como “un espacio único dentro de la escena nacional”, por ser “un referente clave del sonido de la ciudad y nuestras formas de teatralidad popular, pero único también por lo que representa dentro del imaginario del país de cercanías, una idea que me gusta mucho”.
Alfaro define al Teatro de Verano como “nuestro teatro de cercanías” y ahondó en ese concepto: “Una cercanía que nos abraza en su semicírculo de teatro griego enclavado en las canteras, pegadizo al mar, donde el entorno natural y el paisaje forman parte del espacio escénico y donde por las características de sus plateas y de sus tribunas se genera una comunicación muy especial entre los artistas y el público”.
“Es como una cascada de gente al alcance de la mano”, dice uno de los músicos entrevistados en el libro. Otro agrega: “Levantás la cabeza y ves una grada llena de ojos. Ves como todo el mundo te está mirando, hasta los de la tribuna”. Y Alfaro dice que “no hay otro teatro que genere esta proximidad que tiende puentes y que de alguna manera borra fronteras entre los de arriba y los de abajo del escenario”.
20250122JC_0238.jpg
Milita Alfaro, ciudadana ilustre de Montevideo
Javier Calvelo / adhocFOTOS
Esa cercanía, para Milita, “en sentido literal, también tiene su costado metafórico por la apropiación que la gente hace de este espacio que siente como suyo. Estar en el teatro es como estar en casa, esa sensación difícil de definir, de poner en palabras, pero que bien conocemos los que frecuentamos este teatro, y que muchos de nuestros entrevistados confirman”.
Alfaro incluyó en su descripción a quienes van al Teatro de Verano sin pagar: “Esta cercanía abarca incluso a los que garrotean el espectáculo desde allá arriba, desde atrás del alambrado, que como se sabe no llega a separar del todo a los que están adentro de los que están afuera, algo que forma parte del folclore del teatro pero creo que además remite a una tradición mucho mas profunda, esa cosa eminentemente democrática que es una de las señas de identidad que mejor definen al Collazo”.
La investigadora académica continuó con su pequeño ensayo sobre ese “teatro de cercanía”: “También ha sido emblema y baluarte de la diversidad cultural, un espacio inclusivo que le ha dado voz y visibilidad a una infinidad de expresiones artísticas promoviendo una interacción muy rica entre distintos lenguajes escénicos. Esto que también es uno de los rasgos distintivos del teatro habilita una de las miradas más interesantes de esta historia. Porque indagar en el nacimiento y los derroteros de un teatro, que no es un emprendimiento privado sino que es una institución pública configura una vía de acceso a las políticas culturales estatales y por lo tanto da cuenta de una infinidad de debates que ponen el foco en el papel del artes en la sociedad, en la articulación entre alta cultura y cultura popular, y en el papel que se asigna al Estado en estos temas. Todos estos asuntos estuvieron sobre la mesa en los años posteriores a su inauguración, en los que estaba un poco a la deriva, tratando de encontrar su identidad”.
Alfaro describió al detalle algunos “ejemplos muy significativos del desprejuicio y la libertad” que caracterizaron la cartelera del teatro desde sus inicios. “La programación del teatro desafió visiones reduccionistas y excluyentes en materia cultural. Les cuento uno de esos ejemplos: en 1945 la Compañía de Ballet de Mercedes de la Quintana, una bailarina del Teatro Colón de Buenos Aires, que la Comisión Municipal de Fiestas había contratado para la temporada de ese año, dentro de un repertorio tradicional que incluía a varios compositores clásicos, estrenó en este escenario una coreografía de La Cumparsita. ¡Para qué! Toda la prensa conservadora, que siempre estaba en pie de guerra contra las políticas batllistas, pero que además era promotora de esas líneas hegemónicas que cuidan muy celosamente los límites que separan la alta cultura de la cultura popular, la prensa herrerista y riverista de la época, puso el grito en el cielo y deploró la falta de respeto y la frivolidad que significaba mezclar la Danza turca de Beethoven o la Serenata Árabe de Tárraga con un tango. Es un ejemplo de esas pequeñas audacias que en 1945 configuraban por lo menos en nuestro medio un gesto verdaderamente revolucionario”.
Con los años, prosiguió la historiadora, “el Teatro de Verano no hizo más que radicalizar ese perfil al punto de hacer de la versatilidad uno de sus rasgos más distintivos. Esto contribuyó a sedimentar la concepción de cultura tolerante y democrática que define al Collazo. A eso hay que sumarle la profunda simbiosis del teatro con el carnaval, al punto de convertirlo en el ámbito que mejor ha sabido articular entre la forma de vivir la fiesta y el teatro. Entonces en cada febrero, cuando el teatro se convierte en el templo de Momo, se borran las fronteras entre un carnaval teatralizado y un teatro carnavalizado”.
20250122JC_0147.jpg
Acto de declaración de Alfaro como ciudadana ilustre y presentación del libro Teatro a cielo abierto
Javier Calvelo / adhocFOTOS
La cercanía de la que habla Alfaro se tradujo en la gran pluralidad de lenguajes estéticos que alberga el recinto: “Una diversidad que este libro documenta profusamente, desde la música popular uruguaya hasta toda esa camada de artistas internacionales que desembarcan aquí desde el entorno de los años 2000, desde el tango a la música clásica, desde los ritmos tropicales a las bandas locales y argentinas de los años 80 y 90, que inauguraron un nuevo perfil muy fuerte, por el cual el templo de Momo empezó a oficiar como el templo del rock”.
Finalmente, Alfaro subrayó la relación “muy particular” entre el Teatro de Verano y la arquitectura montevideana. “Desde sus orígenes este teatro estuvo asociado a la idea de no edificio y cuya existencia es el resultado de una sumatoria de arquitecturas efímeras. La reinauguración celebrada hace unos días fue la enésima, en el marco de sucesivas reformas, refacciones, remodelaciones que han sido una constante desde los mismísimos años 40. Entonces uno no puede menos que preguntarse qué es esto de un teatro que vive en una suerte de reconstrucción permanente”.
Tras sus palabras, el director del Teatro de Verano, Cristian Calace, afirmó que tanto la reconstrucción de plateas realizada entre 2023 y 2024 como la reforma en la gestión del teatro efectuada en los últimos años son “las mayores en la historia del teatro”.